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Con frialdad y tensión, Aníbal Fernández recibió a Bullrich para hablar de la transición
Aníbal Fernández recibió este lunes a quien lo sucederá en el Ministerio de Seguridad, Patricia Bullrich, marcando así el inicio de la transición en el ámbito de Seguridad.
El encuentro, llevado a cabo en la sede del Ministerio, estuvo impregnado de frialdad y cierta tensión, después de la confirmación de Milei sobre el retorno de la dirigente del PRO al organismo que encabezó durante el gobierno de Macri.
El encuentro reúne a dos figuras políticas antitéticas, con notables diferencias ideológicas y en la concepción del orden público. Estas discrepancias se hicieron evidentes durante la conversación que duró cerca de una hora, fluctuando entre formalidades protocolares y cierta tensión palpable.
La reunión, destinada a avanzar en la transición de gobierno, tuvo lugar en la oficina de Fernández en el Ministerio, ubicada en la zona de CABA conocida como La Isla, en la calle Gelly y Obes, en Recoleta. Aunque ambos indicaron que se encontraron a solas, al menos nueve personas más acompañaron a los funcionarios durante la charla.
Bullrich llegó acompañada por Sebastián García De Luca, diputado nacional y estratega político, Carlos Cortés, su jefe de prensa, y Martín Siracusa, economista y asesor de confianza. Mientras tanto, en el equipo del ministro saliente, destacaron la presencia de Mercedes La Gioiosa, secretaria de Seguridad Pública y Política Criminal, y de José Lucas Gaincerain, titular de la Unidad de Gabinete del Ministerio de Seguridad.
La conversación se extendió por unos 50 minutos, donde Fernández repasó los puntos clave que ya había discutido en la primera reunión de transición con Guillermo Francos, futuro ministro de Interior. Este encuentro previo también incluyó a Nicolás Posse, el futuro jefe de Gabinete de Milei.
En medio de acusaciones cruzadas durante la campaña, Bullrich y Fernández han cuestionado mutuamente sus gestiones en el área. En este contexto, Bullrich busca llevar a cabo una profunda renovación en las cuatro fuerzas federales, designando autoridades de su confianza o del círculo cercano al presidente electo.
Desde que Milei oficializó su nombramiento, Bullrich ha estado trabajando con su equipo en un programa con prioridades políticas y medidas a implementar durante su mandato. La dirigente considera fundamental garantizar el orden público y combatir delitos simples, especialmente homicidios en situaciones de robo, en los grandes centros urbanos. También contempla un plan especial para combatir el crimen organizado y el narcotráfico, centrándose en la ciudad de Rosario.
En esta línea, Bullrich evalúa la posibilidad de que su Ministerio colabore con el de Defensa, a cargo del radical Luis Petri, su ex compañero de fórmula presidencial. El objetivo sería involucrar de cierta manera a las Fuerzas Armadas en tareas de apoyo o logística para combatir el narcotráfico transnacional. Este aspecto requeriría modificaciones en la Ley de Defensa y ajustes en la Ley de Seguridad Interior, cuestiones que, aunque no estén inicialmente previstas, el bullrichismo considera necesarias.
