El 31 de diciembre marcó la culminación de "Compre sin IVA", una iniciativa promovida por el ex ministro de Economía, Sergio Massa, y respaldada en el Congreso por el actual presidente, Javier Milei, y la vicepresidenta, Victoria Villarruel, en su anterior rol como diputados.
La propuesta libertaria surgió en el contexto de un proyecto de ley presentado por el Ejecutivo de Alberto Fernández con el objetivo de mantener a largo plazo el beneficio de devolución del IVA. A pesar del respaldo actual del oficialismo, la iniciativa obtuvo la aprobación en la Cámara de Diputados, pero quedó pendiente de tratamiento en el Senado.
El programa, que aún no fue prorrogado, implicaba la devolución del 21% del valor de alimentos, bebidas, productos de limpieza, artículos de higiene personal y productos para el cuidado del hogar, siempre que se realizaran mediante tarjetas de débito.
Este beneficio alcanzaba a más de 18 millones de personas, abarcando a empleados formales con salarios de hasta $708.000, beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH), monotributistas, empleadas domésticas, trabajadores informales, jubilados y pensionados.
El límite máximo de devolución estaba establecido en $18.800, y el reintegro correspondiente se acreditaba automáticamente en la cuenta bancaria vinculada a la tarjeta utilizada en la transacción, en un plazo de hasta 48 horas después de la compra.
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