En Uruguay se beben 1,77 litros de whisky per capita al año, según informó La Nación en base a un estudio de la consultora Euromonitor.
El informe reconoce que Uruguay es, después de Francia, el segundo país con mayor consumo por persona por año, seguido por Estados Unidos, Australia y España.
En un artículo elaborado por Sebastián Ríos se atribuye esta tradición del consumo de whisky a la larga historia de esta bebida en Uruguay.
Esta historia se desprende, en primer lugar, al rol de Ancap como productor de whisky. La firma estatal comenzó a producir alcohol luego de 1933, después del fin de la Ley Seca y lo produjo durante 87 años. Con marcas como Mac Pay o Añejo la compañía estatal o garantizaba buenos con aval del Estado, algo que en ese momento no era lo más habitual. En aquel entonces, el Estado hacía además publicidad de estas bebidas, algo inusual para la época.
Esta extensa práctica de Ancap que terminó en la producción de bebidas alcohólicas se originó por sus ensayos que buscaban crear un carburante uruguayo.
Con este envión el whisky nacional logró posicionarse en el mercado por décadas. Además de las marcas de Ancap nacieron otras como Old Times o Dunbar, y también fue exitoso el argentino Criadores que compartía los beneficios impositivos de los productos uruguayos.
Como relata Sebastián Ríos, los whiskies locales llegaron a acaparar el 77% del mercado uruguayo, sin embargo algunas medidas como la marcha atrás de los incentivos fiscales, el dólar barato y la mejora de los salarios que permitía acceder a productos extranjeros le jugo a las marcas locales una mala pasada. Ahora la producción nacional de la bebida concentra alrededor del 40% del mercado.
Hoy el uruguayo está dispuesto a pagar por destilados de mejor calidad lo que provoca cambios en el origen de la bebida pero siempre manteniendo por lo alto el consumo de la clásica bebida ámbar.