El mercado de crédito al consumo abrió el año con una tendencia de estancamiento y con usuarios que transmiten una baja predisposición a contraer nuevos créditos. Las familias de extractos socioeconómicos “medio-bajo” y “bajo” manifiestan a las empresas del sector que en sus hogares atraviesan dificultades económicas para cumplir con obligaciones de créditos tomados, según se desprende del último Monitor de Mercado de Crédito al Consumo (MMCC) de Pronto! con datos a marzo.
A fin de 2018 aparecía cierta insinuación de leve mejora de expectativas para un tramo de las familias, pero durante el primer trimestre de 2019 se volvió a un panorama pesimista, advierte el MMCC. El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) registró aumentos significativos en diciembre y enero (+1,8 puntos y +1,9), pero volvió a bajar en febrero y quedó en nivel de moderado pesimismo.
De acuerdo al MMCC, un 55% de los encuestados considera que su situación económica para dentro de cuatro meses será igual que ahora, 29% piensa que estará mejor y 7% que estará peor. Pero la imagen sobre el país es más negativa, ya que ante la pregunta sobre la situación económica de Uruguay para julio, solo el 9% dice que estará mejor, mientras que el 50% manifiesta que estará igual, y el 28% dice que empeorará.
El porcentaje de personas que presentaron propensión a contraer créditos a futuro registró una contracción en el trimestre. Tras bajar de junio de 2017 a junio de 2018, había crecido en setiembre y diciembre pero ahora vuelve a contraerse. La cantidad de usuarios que tienen intención de contraer algún préstamo en el breve plazo representan el 14%, según la encuesta de marzo.
La proporción de personas que tienen algún tipo de préstamo amortizable vigente (préstamos en efectivo u órdenes de compra) registró una baja de dos puntos respecto al trimestre anterior y cerró en 57%.
En tanto, la cantidad de créditos vigentes por persona se mantuvo relativamente estable. Este indicador, que mide el promedio de préstamos que mantienen los clientes que cuentan con algún tipo de endeudamiento, se ha mantenido estable a lo largo de los últimos meses y a marzo quedó en 2,2.
Por su parte, el ratio que muestra el peso que tiene la cuota, por préstamos, órdenes de compra o pagos mínimos de tarjeta de crédito, sobre el ingreso mensual total, cerró en 26% en marzo y cayó tres puntos porcentuales respecto a diciembre.
El crédito a las familias siguió creciendo a tasas reales moderadas, y a fin de 2018 se ubicó algo por encima de los US$ 7.000 millones. La evolución del crédito a las familias, medida en moneda local, muestra que al cierre del tercer trimestre la tasa de crecimiento interanual era de 9%, pero que al quitar el efecto inflacionario, eso se reduce sustancialmente.
El crédito a las familias se había mantenido en varios trimestres con una tasa de aumento real en torno a 2% anual, pero 2018 dio un ritmo de aumento más bajo: 1%.
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