La investigación sobre el crimen de Umma Aguilera, la hija de 9 años de uno de los custodios de la ministra Patricia Bullrich, ha pasado a una etapa de perfil público más bajo. El único detenido en relación con el incidente ha designado abogados particulares, quienes se presentaron ante la fiscalía para asumir su defensa. Estos abogados afirmaron que su cliente no estuvo involucrado en el ataque que ocurrió a las 8:48 del lunes en Villa Centenario, Partido de Lomas de Zamora.
Patricio Valentín García, detenido en relación con el caso, se abstuvo de declarar ayer, y hoy los abogados particulares Edwin Henry Valenzuela Rojas y Ramón Elías Salto asumieron su defensa. Estos letrados aseguraron que presentarán pruebas que demuestran que en el momento del suceso, García se encontraba en otro lugar.
La investigación, que ha catalogado el crimen como "robo agravado en dos hechos, con arma de fuego apta y homicidio criminis causa", contempla pruebas como testigos e imágenes de cámaras de seguridad que, según indicaron las fuentes de la investigación al diario La Nación, situarían a García en un sitio diferente a la esquina de Pío Baroja y París, donde cuatro delincuentes dispararon contra el automóvil en el que Umma viajaba junto a su padre, un oficial de la Policía Federal Argentina que forma parte del equipo de custodios de la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich.
Al mismo tiempo, la Policía de la Provincia de Buenos Aires prosigue con la búsqueda de los tres prófugos que ya han sido identificados, dos de ellos con nombre y apellido, y el tercero con un apodo. Dos de los individuos cuentan con antecedentes penales, mientras que uno fue identificado a través de una huella encontrada en el vehículo que utilizaron para cometer el crimen.
El día del homicidio, Patricio Valentín García fue detenido por la Policía bonaerense durante un allanamiento de urgencia en su domicilio, ubicado en la calle El Zonda al 700, aproximadamente a cinco kilómetros del lugar del crimen. Durante los allanamientos, se incautaron ocho teléfonos celulares, tres municiones, una notebook y una chaqueta negra con rayas blancas, similar a la que llevaba uno de los agresores de Umma, según registros de las cámaras de seguridad.
Respecto a los demás allanamientos, se informó: "Realizamos cuatro y no encontramos a ninguna de las dos personas identificadas que buscábamos. Esto era esperable porque, obviamente, no estarían en sus hogares. Sin embargo, los allanamientos nos permitieron establecer contacto con los familiares, quienes en algunos casos ratificaron o proporcionaron testimonios sobre las actividades de los prófugos en los días previos".
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