Cruce entre diplomáticos por conveniencia de integrar la nueva Ruta de la Seda

Fuentes diplomáticas dijeron a El Observador que una importante embajada europea ha enviado algunos informes a la cancillería que interpela la conveniencia de que Uruguay se sume al proyecto global chino en función de las experiencias de otros países a nivel internacional.

La Franja y la Ruta pretende revitalizar la tradicional “Ruta de la Seda” que conectó al país asiático con Europa y África desde el siglo I AC hasta el final de la Edad Media y que con el tiempo se transformó en la principal vía para los intercambios comerciales entre Oriente y Occidente. 

Uno de esos informes diplomáticos al que accedió El Observador cuenta sobre un reportaje periodístico en el que dos equipos de un canal de televisión alemán hicieron la nueva ruta comercial tanto a nivel marítimo como terrestre y contaron lo que vieron.

La llegada de ese reporte -que pretendía transmitir la mirada mediática sobre el tema- al Palacio Santos despertó la respuesta de la embajada de Uruguay en China que valoró el reportaje periodístico como una reacción “anti China” ante la pérdida de espacios de Europa en Asia, África y América Latina. Desde esa sede diplomática se defendió además que la estrategia de China es la más apropiada para Uruguay.

Efectos nocivos

“Aunque puede verse que la nueva ruta de la seda, en cuya realización el gobierno chino está invirtiendo el extraordinario monto de un millón de millones de dólares, despierta esperanzas de bienestar y de una mejor vida en muchos, no cabe duda que la mayoría de las opiniones reproducidas expresan más bien decepción o temor”, dice el informe diplomático confeccionado en Europa.

Luego se pasa a detallar el número de problemas, irregularidades y desventajas que ha traído la inversión china en Camboya, Birmania, Sri Lanka, Pakistán, Hungría y Alemania, entre otros países. Se habla de corrupción, afección de la población local por la suba del precio de los inmuebles, falta de transparencia, intercambio comercial desfavorable, créditos para la construcción de infraestructura con dudosa intencionalidad y la compra de materias primas a bajo precio pero sin considerar si hubo explotación infantil en el proceso.

“En Sri Lanka se muestran imágenes de un lujoso aeropuerto que en sus cinco años de existencia no ha recibido un solo avión o pasajero, un centro de eventos donde no hay evento alguno, un hospital sin médicos ni pacientes, supercarreteras sin automóviles, un puerto que carece de movimiento – todo realizado en base a créditos de bancos chinos–, pero que cuando el país no pudo pagar las cuotas, se le condonó el monto de mil millones de dólares a cambio del derecho de usufructo del puerto por 99 años, sin que se sepa si el puerto se usará tal vez también como base militar”, se ejemplifica.

En otro pasaje se cita el testimonio de un ingeniero húngaro que, al comentar la construcción china de un trayecto ferroviario para trenes de alta velocidad en su país, dice: “Los chinos suelen hablar de una situación ‘win – win’. Lo que en realidad quieren decir es que China siempre gana dos veces.”

El informe contextualiza que este reportaje es  parte de “un cambio de actitud” en la percepción de los medios públicos alemanes en sus descripciones sobre China y constituye una “alerta”. El informe diplomático detalla que esa “actitud” empezó a cambiar principalmente a partir de la compra de la empresa Kuka, uno de los más avanzados fabricantes mundiales de robots industriales, por el consorcio chino Midea en 2016. 

“Se notó que las compras chinas de empresas de alta tecnología seguían un plan coordinado en el cual el gobierno, los bancos y las empresas actuaban en forma mancomunada”. 

Quienes llaman a poner mayor atención sobre el acercamiento con China hacen una lectura geopolítica del asunto. Desde este enfoque, la Franja y la Ruta no sería un proyecto de cooperación internacional que pone el foco en la ganancia mutua, sino una estrategia de penetración china para ganar influencia. 

La defensa de la Franja

China es el país el principal socio comercial. China es el principal estado cooperante. China fue el destino al que más autoridades uruguayas viajaron en este período (solo el canciller Rodolfo Nin Novoa fue al menos en cinco ocasiones en este período). El denominador común está a la vista.

Entre saludos de cumpleaños que se publicitan en la página de Presidencia y celebraciones por el cumplimiento de los treinta años de las relaciones bilaterales, Uruguay se transformó en un socio “estratégico” para el gigante asiático. 

En ese acercamiento, el gobierno abrazó el proyecto de la Franja y la Ruta. En 2013 el presidente de China Xi Jinping lanzó iniciativa de la construcción de la Franja Económica de la Ruta de la Seda y la Ruta Marítima de la Seda del Siglo XXI. El 20 de agosto de 2018, Nin Novoa firmó en Beijing un memorándum de entendimiento por el cual Uruguay se incorporó a la Franja y la Ruta, y convirtió al país en el primero del Mercosur en firmar ese documento. Ese gesto ha sido especialmente ponderado por las autoridades chinas.

A nivel regional Uruguay no fue el único en acompañar esta novedad. La II reunión de ministros de Relaciones Exteriores del Foro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y China, que se celebró en Santiago de Chile en enero de 2018  publicó una declaración especial sobre La Franja y la Ruta. Chile y Costa Rica también firmaron sendos memorándum de entendimiento con China por este tema. 

En una columna de opinión publicada en El Observador el 23 de agosto de 2018, el embajador chino en Montevideo Wang Gang dijo que la Franja y la Ruta es una “construcción conjunta” que “se ajusta a la multipolarización mundial y la globalización económica” al tiempo que “defiende el sistema global del libre comercio y la economía mundial abierta, para crear un marco abierto, equilibrado e inclusivo de la cooperación económica”.

El diplomático chino entiende que el proyecto “está en línea con los intereses comunes de la comunidad internacional” entre los que se destaca “la búsqueda del bienestar de la sociedad humana”. El gobierno chino encuadra esta idea como un nuevo modelo de cooperación internacional y gobernanza global en un momento en el que aparecen cuestionamiento de otras potencias al sistema multilateral, especialmente en materia de comercio.

“La Franja y la Ruta aboga por la deliberación en común, la construcción conjunta y el codisfrute, y se adhiere a los principios de apertura y cooperación, armonía e inclusión, operación de mercado, beneficio mutuo y el ganar-ganar. Se esfuerza por hacer realidad la coordinación de las políticas, la conexión de las infraestructuras, la fluidificación del comercio, la conectividad financiera y la comprensión mutua entre los pueblos, con el fin de crear nuevas plataformas de cooperación internacional e inyectar nuevas fuerzas motrices al desarrollo conjunto”, escribió el embajador.

La pregunta que algunos se hacen es si esa es la motivación real o un discurso confeccionado especialmente para saciar las expectativas de Occidente: un producto made in China con todas sus connotaciones.