Daniel Rafecas presentó su novela “Pinche” junto a Reynaldo Sietecase: "Los personajes pugnaban por salir al mundo"

Sietecase definió a Rafecas como un hombre reticente a las entrevistas y “dueño de los silencios”. Dijo que a ambos los une “una relación de confianza pero no amistad”, y valoró sus fallos judiciales y “el coraje” con el que muchas veces ha fallado de modo diferente al esperado. Pero además, el periodista y escritor destacó a Pinche como una especie de partida de nacimiento de un “segundo nacimiento”: “Uno nace en forma natural una vez, nos morimos de manera natural también una vez, pero hay una oportunidad de tener un segundo nacimiento, que es cuando uno nace por el deseo. Cuando uno dice ‘yo quiero hacer esto’, ‘yo estoy hecho para esto’. Ese nacimiento es de la voluntad, no depende de la voluntad de tus padres sino de tu propia voluntad”. 

La carrera de Rafecas como escritor de ficción “arranca con un libro muy potente: es raro encontrar un muy buen primer libro”, que tiene “personajes atractivos, difícil de dejarlos, que te impulsan”. “Lo que más me gusta es que me cuenten una buena historia. Gerardo Rozín cuando yo le contaba algo me decía: ‘para, pará, contalo bien’. En este caso lo que hace Daniel es contarlo bien”. Sietecase también destacó una particularidad de la novela de Rafecas que, según su opinión, la distingue de gran parte de las novelas policiales argentinas y latinoamericanas actuales: según explicó, para los novelistas es difícil hacer creíble a un detective o comisario “que busca la verdad”. 

“En general la mayor parte de las novelas que se escriben en otras partes del mundo, especialmente en la novela negra norteamericana, la de enigma inglesa o la nueva novela europea, tiene más comodidad: vos podés hacer creíble a un detective o comisario. Pero después de lo que pasó en Argentina -y que Daniel trabajó también en su trabajo sobre la solución final y todo lo que trabajó en el tema de los derechos humanos en Argentina- es muy difícil hacer creíble a un policía buscando la verdad”, explicó Sietecase. En Pinche, la búsqueda de la verdad está puesta en el protagonista, Guille, un “pinche” (meritorio) de un juzgado, que según Sietecase “tiene su propia moral, que tiene que ver con la necesidad”, y en una jueza, lo que para Sietecase es uno de los aciertos del libro. 

Rafecas recordó cómo se gestó el proyecto a pedido de su hermano, el cineasta Diego Rafecas, que inicialmente iba a ser un guión cinematográfico, que llegó incluso a tener reuniones con el actor Tomás Fonzi para interpretar el papel de Guille, el “Pinche”. El proceso duró más de una década, y se truncó con la muerte de su hermano en 2017. Sin embargo, la novela ha conservado algo de “cinematográfico”, según contó el autor:  “Muchos de los lectores en este mes de recorrido, un porcentaje altísimo, me ha dicho que leerla era como estar mirando una serie de Netflix”. 

El autor recogió pequeños fragmentos, anécdotas, historias y personajes que fue coleccionando por más de una décadas y que terminaron nutriendo las páginas de la novela. Pero fue con el caso del triple crimen de la efedrina que Rafecas encontró el punto de partida para la novela. “Me acuerdo un verano que esas ideas se convirtieron en un trabajo de 100 páginas”, dijo, y contó que ese fue el texto que le dio a su hermano Diego, que “lo leyó de un tirón y le encantó”. “Estaba tan embalado Diego que, si no lo soñé, hace 10 años atrás, almorzamos él conmigo y con Tomás Fonzi, que iba a ser el pinche. Estaba enloquecido, fascinado”. 

El proyecto trunco por la muerte de Diego llegó a manos de la editora Ana Wajszczuk, y después de un largo intercambio, “larguísimo”, sufrió una metamorfosis “de crisálida a mariposa” que termina convirtiéndose en la novela que el mes pasado llegó a las mesas de las librerías. “Lo que más me da satisfacción y placer de todo este proceso es ver que finalmente esos personajes -el pinche, la jueza, los protagonistas mexicanos, las dos parejas que tiene Pinche-, todos esos personajes, durante demasiado tiempo estaban albergados exclusivamente en la imaginación del autor, y pugnaban por salir al mundo. Y encontré una cita de Pirandello para esa sensación que yo tenía de que la cuestión se me había ido de las manos, los personajes habían cobrado vida”, contó Rafecas y añadió: “Es muy intensa esa sensación y es un enorme placer constatar que esa característica de personajes entrañables ahora es compartida por el lector”.

Otro aspecto que destacó Sietecase tiene que ver con la escena que abre la novela: una matanza múltiple, de 7 personas. “No es fácil contar las escenas de violencia con muertes múltiples”, sostuvo el también novelista, que destacó la “potencia de ese inicio”. Al respecto, Rafecas contó que en la ciudad de Buenos Aires la balacera con más víctimas se registró en 2011, con 5 personas muertas en un asentamiento. “El punto de partida es que el episodio pasaba a ser el episodio más cruento de la ciudad. Aprovecho para mostrar al lector el vínculo entre la Justicia y los medios de comunicación, que es un aspecto inevitable”, dijo y añadió: “En una novela policial con un episodio como este no puede dejar de dar cuenta de eso”. 

Respecto del papel de la jueza, Rafecas contó que cuando comenzó a escribir “Pinche”, “hace 13 o 14 años atrás”, en el ámbito de la Justicia “éramos todos hombres salvo la legendaria María Servini de Cubría. Las siguientes generaciones éramos todos varones: me propuse también mostrar eso, cómo a las funcionarias de carrera judicial les cuesta tanto acceder a los ámbitos de poder”.  “Ella logra romper, pero dejo entrever los prejuicios, la misoginia, que se respiraba 15 años atrás”, dice el autor, aunque reconoce que gracias a políticas públicas que hubo al respecto la situación algo ha cambiado en el último tiempo. 

Rafecas explicó que se sentía “muy cómodo” situando la novela en el ámbito de los tribunales, “donde trabajo y conozco”. Pero además, “como el 95% de quienes trabajamos en los tribunales, yo también empecé como pinche”, dijo y señaló entre el público a un viejo amigo y compañero de trabajo con quien compartieron años atrás los inicios en el último escalafón en la carrera administrativa. “Es un rol muy entrañable para los que estamos en tribunales, porque todos lo fuimos, pero también porque hay que capacitarlo, informarlo”, añadió. 

La sutileza de la pluma de Rafecas hace que muchos personajes estén delineados con un trazo fino, difícil de reducir a una pelea entre entre buenos y malos, sostuvo Sietecase, a lo que el autor respondió que en parte eso se debe al esfuerzo deliberado “por tratar de sorprender, no caer en el lugar común, ni en el trazo grueso”. Justamente, de esa característica es que nace el personaje principal, el “Pinche”, que en ficciones como El secreto de sus ojos es un personaje periférico, “el que trae el café”, y en Pinche se convierte en el protagonista. “Además, su transformación es creíble”, agregó Sietecase. 

Otro aspecto interesante es el lugar de la policía en la trama. “Muchos de los que estamos aquí tenemos muchas décadas de trabajar con la Policía Federal y hemos visto de todo”, contó Rafecas y añadió: “como en todas las corporaciones, hay policía que quieren hacer las cosas bien, y otros que han tomado otro camino. En la novela está reflejado eso”. 

Como cierre de la presentación, Nacho Iraola coincidió con Sietecase en que Pinche “es un gran debut literario”, una gran novela y sostuvo que la novela recuerda al escritor norteamericano Don Winslow, “en esa cosa de la trama que mezcla policías buenos, policías malos, los carteles mexicanos, la CIA, el FBI. En este caso no hay CIA, no hay FBI, hay una jueza inocente, y hay dos personajes espectaculares: el Pinche, y sobre todo Milo, que es un mexicano del cartel de los Zetas”. A propósito, Iraola recordó que en momentos en los que se habla de militarizar el combate contra el narcotráfico en Rosario, “los Zetas fueron eso: militares que fueron a pelear contra un cartel y se dieron que podían ser ellos un cartel”.  “Milo es un killer de Los Zetas que vio el horror, y el tipo está quebrado: para mí es uno de los personajes más logrados de toda la novela”, sostuvo Iraola.