Fútbol Internacional > LA MUERTE DEL DIEZ

De Fidel Castro a Ménem, y de Kirchner a "soldado" de Maduro: la vida política de Maradona

El astro argentino no eludía a la polémica y la política fue una de las tantas arenas en las que hizo gala de su personalidad confrontativa y controversial
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26 de noviembre de 2020 a las 05:02

La pierna izquierda del hombre que una tarde de 1986 arrastró a once ingleses por el pasto del Estadio Azteca y condujo a la Argentina a la gloria eterna del fútbol llevó en sus últimos años grabada en la piel el rostro barbudo de un cubano que, como un presagio del destino, moriría exactamente cuatro años antes que el portador del tatuaje.

El 25 de noviembre de 2016, Diego Armando Maradona no pudo contener el llanto cuando recibió la noticia del fallecimiento de Fidel Castro. Un 25 de noviembre pero de 2020, es al astro argentino a quien el mundo despide entre lágrimas y los cuestionamientos de siempre, recordando su obra dentro de una cancha pero también los sinuosos caminos que recorrió fuera de ella. 

A diferencia de lo que hacía con sus rivales, Maradona no eludía a la polémica y la política fue una de las tantas arenas en las que hizo gala de su personalidad confrontativa. Su pensamiento político incluye un incondicional apoyo a dictadores como Castro y el venezolano Nicolás Maduro, el respaldo a líderes cuestionados como el nicaragüense Daniel Ortega, una apasionada defensa del kirchnerismo, una devoción por Perón y Evita y una desenfrenada idolatría por Ernesto Che Guevara, a quien también se tatuó en uno de sus brazos. 

La historia del Diez no estará hecha solo de jugadas grandiosas: quien repase su vida no podrá saltearse el día que tildó a George W. Bush de "asesino"; sus críticas al "derroche" del Vaticano y al "hijo de puta" del papa Juan Pablo II que vivía en "techo de oro" y después "besaba niños pobres"; sus insultos a Mauricio Macri por "botón" y "cartonero"; su autodefinición como "soldado" del chavismo incluso en los peores momentos del régimen; su foto en 2001 disfrazado de Osama Bin Laden en la casa del expresidente Carlos Ménem, a quien visitó durante su prisión domiciliaria; su disposición a completar una fórmula presidencial con él y años más tarde con Cristina Kirchner; incluso su halago a José Mujica, en 2014, cuando ambos coincidieron en el programa De Zurda para descargar la bronca contra la FIFA tras la sanción a Luis Suárez. 

De Fidel a Maduro

Al líder de la revolución cubana lo conoció en 1987, durante una visita a la isla un año después de haberse coronado campeón en el Mundial de México. La relación se afianzó a fines de la década de 1990, cuando Maradona eligió Cuba como lugar para rehabilitarse de su adicción a las drogas. Como agradecidimiento, tras la desintoxicación el futbolista se tatuó a su anfitrión en la pierna.

El astro del fútbol y el dictador cubano solían mantener largas conversaciones y correspondencias, en las que hablaban desde el precio del petróleo hasta de deporte. 

"Fidel, si algo he aprendido contigo a lo largo de años de sincera y hermosa amistad, es que la lealtad no tiene precio", le escribió Maradona en una carta fechada el 15 de enero de 2015.

Tras la muerte de Castro, Maradona declaró que había sido como "un segundo padre" y el "más grande de la historia".

En sus charlas con Fidel Castro ambos solían evocar la figura de Hugo Chávez, presidente de Venezuela de 1999 a 2013 y de quien Maradona también fue gran admirador.

En 2011 se dio una cumbre entre los tres en La Habana, donde Chávez realizaba el tratamiento contra el cáncer. En esa oportunidad dialogaron sobre fútbol pero también sobre la Unasur y las Malvinas. En el documental "Maradona: Rebelde, héroe, estafador, dios", el futbolista dijo que el gol con la mano contra los ingleses en cuartos de final de México 1986 había sido una "venganza" por la guerra que tuvo lugar en 1982. 

"Lo que me dejó Hugo fue una gran amistad, una sabiduría política increíble. Hugo Chávez ha cambiado la forma de pensar del latinoamericano, nosotros estábamos entregados a Estados Unidos y él nos metió en la cabeza que podíamos caminar solos", dijo en una entrevista para Telesur en 2013, cuando fue hasta el país caribeño a visitar sus restos.

En esa ocasión también instó a los venezolanos a votar por Nicolás Maduro, con quien posó abrazado para una foto y de quien no se despegaría en los años posteriores, pese a las violaciones a los derechos humanos cometidas por su gobierno.

En enero de 2019, cuando Juan Guaidó tomó posesión del cargo como presidente encargado de la Asamblea General, Maradona recurrió a su cuenta de Facebook para reivindicar al régimen chavista. "Somos chavistas hasta la muerte. Y cuando Maduro ordene, estoy vestido de soldado para una Venezuela libre, para pelear contra el imperialismo y los que se quieren apoderar de nuestras banderas, que es lo más sagrado que tenemos", escribió el futbolista argentino.

Meses después, como entrenador de los Dorados de Sinaloa (México), fue sancionado con una multa económica tras dedicar un triunfo a Maduro y cargar contra Donald Trump. "Quiero dedicar el triunfo a Nicolás Maduro y a toda Venezuela que está sufriendo, porque los sheriffs del mundo que son los yanquis, porque tienen la bomba más grande del mundo, se creen que nos pueden llevar por delante; a nosotros no, a nosotros no nos compra ese tirano que tienen de presidente", dijo en esa instancia.

Política argentina

En Argentina, Maradona ha estado fuertemente identificado con el kirchnerismo, aunque también tuvo otros coqueteos, casi todos dentro del ala peronista. 

Allí destaca su oscilante apego a la figura de Carlos Ménem en los noventa e incluso el apoyo en 1999 a Fernando de la Rúa, último presidente no peronista hasta la llegada de Mauricio Macri al poder. 

Con el expresidente de Boca no tuvo ninguna afinidad ni nada que se le parezca. Hace solo un mes, Macri dijo que en el club xeneize había tenido la "durísima" tarea de "sacar a Maradona". Hoy está el mismo desafío en el peronismo, separar a Cristina Fernández de Kirchner, a la irracionalidad. Necesitamos un peronismo racional", manifestó. 

La respuesta de Maradona no tardó en llegar: "Yo le pido al pueblo argentino que apoye a este gobierno. Que lo haga desde sus casas, desde las redes. Porque este gobierno no es de Alberto y Cristina. Es de TODOS. Ya no es más el país de Ricachón y sus amigos. Y a vos Mauricio, te digo que a mí no me echaste de ningún lado. Fui yo el que dejó el fútbol, para proteger la salud de mis viejos. Esa fue una decisión mía, y no le hice mal a nadie. Pero por más bombas de humo que tires, vos sabés que TUS DECISIONES le cagaron la vida a las próximas dos generaciones de argentinos. Hacete cargo, querido. Ya lo dijo tu padre...".

Este miércoles 25 de noviembre su muerte pulverizó la grieta argentina. Desde el presidente Alberto Fernández hasta Mauricio Macri, pasando por millones de compatriotas, despidieron con emoción a quien, más allá de sus actos fuera de la cancha, supo unir al país bajo una misma alegría y una misma tristeza.

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