De la cuna a la oficina: cinco hijos que comparten la vocación con sus padres

Confianza, equilibrio y valores familiares suelen regir el vínculo laboral y humano que comparten los empresarios

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11 de julio de 2021 a las 08:40

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Confianza, valores y equilibrio. Son tres elementos que están presentes al momento de compartir la vida laboral junto a los padres. 

En algunos casos, como el de Ignacio Añón que trabaja junto a su padre Leandro en La Tahona, la decisión de compartir tareas se fue dando de manera natural. Cuando se dio cuenta de que tenía una determinada responsabilidad dentro de la compañía, buscó prepararse para tomar las mejores decisiones.

Por su parte, Santiago Deicas -quien está a cargo de la bodega Deicas junto a su padre Fernando- rememoró que en un determinado momento de su vida tomó la decisión explícita de seguir el negocio familiar.

Al igual que Deicas, Isabelle Chaquiriand también fue parte del negocio familiar desde muy pequeña. A los 12, su padre la hacía participar de las reuniones de trabajo, donde le decía “tenés oído pero no boca”. Fue así que Armando Chaquiriand le fue dando participación, hasta que comenzó a tomar decisiones dentro de Atma.

Hoy en día mantienen un ida y vuelta de ideas casi que permanentemente en sus conversaciones. Para Chaquiriand, de alguna manera, esta es la clave para no tener rispideces.

Dicen que los valores se pueden aprender solo en la casa, pero que se demuestran en todos lados. Por eso, la vida profesional suele tener esos vericuetos en donde se dejan ver las costumbres de la familia. Para Francisco Pache, quien trabaja junto a su padre Fernando en F. Pache SA, esto es vital para el día a día.

Los Pache enfocan el negocio desde una perspectiva en donde los valores estén presentes. Por eso, cuando en la sobremesa la conversación se vuelve tensa, logran bajar la pelota al piso al acordarse que –por sobre todas las cosas- son los vínculos familiares fuertes los que deben prevalecer.

Si hay algo en común que tienen todos los casos, es que el negocio casi que se transmitió por ADN. Elvira Domíguez, quien lleva adelante la panadería familiar junto a su padre Antonio, recordó que solía aprender jugando. Fue de menos a más. Comenzó barriendo el local, ubicado en La Blanqueada, hasta que en determinado momento su padre decidió delegar algunas de sus funciones. 

Una familia de empresa - Isabelle Chaquiriand

Isabelle Chaquiriand junto a su padre Armando

"En nuestro caso, mi padre está en el directorio de la empresa y yo estoy en la operativa, por lo que la convivencia no es cotidiana. La verdad que en nuestro caso, el paso de trabajar juntos se dio con bastante naturalidad porque somos una familia de empresas. Es decir, siempre se habló de temas empresariales en la mesa y nos dio mucha participación desde chicos. Yo tenía 10 o 12 años y mi padre me dejaba entrar a las reuniones de trabajo y me decía “te quedas sentada ahí, tenés oreja pero no tenés boca” 

Toda la historia de la familia estuvo muy vinculada a los negocios, ya sea por parte de mi abuelo en su país de origen o en Uruguay. Además, ellos trabajaron juntos, por lo que la vida de trabajo siempre estuvo muy presente en la familia. 

Y esto es un valor muy importante, porque el valor del trabajo se mantuvo a través de estas charlas que te digo. La verdad que siempre fue parte de nuestra educación el estar muy relacionados al negocio familiar, hasta que en determinado momento pudimos hacernos cargo de parte de esos negocios y tener responsabilidades".

 Los negocios en la mesa - Santiago Deicas

Santiago Deicas junto a su abuelo Juan Carlos y su padre Fernando

"Nuestro trabajo es algo que nos gusta tanto y está presente en la vida cotidiana, porque la mayoría de las veces que nos vemos siempre hay vino de por medio, entonces siempre hablamos de negocio. Creo que lo sabemos manejar para aburrir al resto, pero al ser una industria tan cotidiana en la vida de la gente, eso provoca que a nosotros se nos haga difícil dejar la oficina de lado.

A mí de chiquito siempre me dieron la opción de hacer lo que quisiera, pero el entorno tiraba para que me hiciera cargo. Con 12 años ya me hablaban del tema, pero yo no sabía si me gustaba o no. El quiebre se dio a los 14, cuando fui a una feria de vino y ahí descubrí que era un entorno que me gustaba mucho. 

En nuestro caso, la relación funciona con mi padre porque hay confianza y los dos estamos capacitados para lo que hacemos. Yo cuando decidí dedicarme a esto, me formé, es decir no entré por la puerta del fondo solo por el hecho de ser hijo de quien soy".

Respetar los espacios - Ignacio Añón

Camilo dos Santos
Ignacio Añón junto a su padre Leandro

"Si bien puede tener millones de cosas complicadas trabajar con un padre, por suerte en el caso nuestro está bastante independizada lo que es la relación familiar de lo laboral. Además, intentamos generar determinada distancia entre lo que son los negocios y los espacios de distracción o momentos más de corte familiar. Eso nos ha funcionado como una de las claves para mantener una buena armonía, incluso cuando las cosas no salen tan bien, preferimos charlarlo en una reunión y no en una mesa con nuestras familias. 

Yo creo que hay determinado prejuicio que indica que la relación laboral con un padre es algo complicado, y la verdad es que todo depende de los individuos. Hay espacios que hay que respetar, para que la relación puede seguir andando y exista un complemento entre los roles que tiene cada uno. Acá es clave el vínculo familiar que haya de antemano".

Otra carrera - Francisco Pache

Fernando Pache junto a su hijo Franciso

"La experiencia ha sido espectacular. Sobre todo porque hay un aprendizaje que uno va obteniendo, es como una carrera más que se suma al CV. La ventaja que me parece más importante, es que vos desde chico vas mamando esa pasión y llega un momento que podés compartirla, eso me parece genial. A una temprana edad ya empecé a tener acceso a determinada información, eso me permitió generar un conocimiento bastante profundo para luego tomar decisiones. 

Esto que te decía de las enseñanzas se junta con lo afectivo. O sea, hay una emoción muy grande al darte cuenta que estás llevando las riendas de la empresa junto a quien la hizo crecer y encima esa persona es tu padre. Cuando se dan ciertos logros, podés ver como esa persona con quien compartirste toda tu vida, también se emociona y eso es un envión de energía único que solo lo vivís de esa forma".

Como un juego - Elvira Domínguez

"Nos transmitió cómo era gestionar un negocio como un juego, es decir, sin que nos diéramos cuenta. Yo empecé haciendo lo elemental, barriendo el local o atendiendo. Y de a poco nos fue enseñando cuestiones más complejas, hasta que en determinado momento nos delegó todo. Eso fue muy importante, porque al tener que tomar decisiones, siempre tratamos de ser muy responsables. Es gracioso, pero cuando llegué a facultad, había un montón de cosas que ya sabía porque mi padre me las había enseñado. Esas cosas son únicas cuando unos las recuerda. 

Para nosotros la panadería es parte de nuestra familia, nunca pudimos dejarla de lado. Siempre está en la mesa, discutimos, debatimos ideas y hablamos de lo que se viene con total naturalidad. Obviamente que en determinado momento, entendemos que hay que parar para dejar lugar a otra cosa, pero es parte del ADN familiar sin dudas".   

  

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