Diego, la fórmula de Guti es de Guti: Peñarol está perdido

Hasta ese momento había jugado con un 4-4-2. Entonces Diego López recurrió a la figura táctica de Álvaro Gutiérrez, que tan bien le había resultado esta tarde, con un 4-1-4-1.

Hundió a Guzmán Pereira como volante tapón. Colocó a Gargano por derecha y al Cebolla por izquierda. Por afuera, como volantes, a Gastón Rodríguez y Pellistri, y de punta a Viatri.

¿Le sirvió para algo? Para nada. Gutiérrez, que en el partido táctico estuvo siempre una jugada adelantado a su colega en el tablero de ajedrez, jugó con la ventaja del resultado y la aplicación táctica y defensiva de sus jugadores, que muy bien interpretaron la lectura que el DT le dio al partido.

Así, tan inoperante como en el primer tiempo y con las carencias en su funcionamiento que desesperaron al hincha, ni la esperanza de que Cebolla podía ser capaz de otro milagro, y que un pibe de 17 años llegara a ser el salvador de un equipo que está en problemas desde que por adelantado se consagró campeón del Apertura, Peñarol confirmó que anda por el fondo en el rubro futbolístico, que no es capaz de utilizar el recurso anímico para disimular las dificultades que el equipo tiene con el pie y que la fórmula de Guti es de Guti, no de Diego López. Porque Guti tiene un equipo que sabe defender y Diego uno que sabe atacar, pero que se quedó sin el combustible que le ponía un equipo que estaba aceitado y en forma. Ahora está lento y anunciado.