EEUU y China deben prestar atención a las severas advertencias de Kissinger

Algunos descartan a Henry Kissinger, el diplomático que más hizo por sacarle provecho a la división chino-soviética de la Guerra Fría, como un apologista de China. Sin embargo, su alarma ante los riesgos de lo que se está convirtiendo rápidamente en una segunda guerra fría debería tomarse muy en serio. El veterano del control de armas entre EEUU y la Unión Soviética (URSS) actualmente advierte de una "desenfrenada competencia" entre EEUU y China que "no tiene precedente en la historia".

En lugar de negociar la reducción de la amenaza, como hicieron EEUU y la URSS tras la crisis de los misiles de Cuba de 1962, EEUU y China se están volviendo cada vez más ignorantes de las capacidades e intenciones mutuas, lo contrario de cómo evolucionó la primera guerra fría. "La relación entre EEUU y China ha pasado de la asociación, a la cooperación, a la incertidumbre y al enfrentamiento cercano o real", afirmó Kissinger en una entrevista con el Financial Times (FT). "En ausencia de diálogo, esperar que todas las partes tomen decisiones acertadas es un acto de fe en el futuro que yo no acepto".

Vladimir Putin, el presidente de Rusia, dijo que quien liderara en el campo de la inteligencia artificial (IA) dominaría el mundo. Kissinger, quien, junto con Eric Schmidt, el ex director ejecutivo de Google, es coautor de un nuevo libro, "The Age of AI" (La era de la IA), ha afirmado que aún no hemos empezado a comprender el impacto que tendrá en las guerras futuras y en la estabilidad geopolítica. El FT recientemente reportó que China había probado un misil hipersónico, el cual pudiera permitirle eludir los sistemas de defensa antimisiles estadounidenses. El Pentágono estimó esta semana que China planeaba cuadruplicar su arsenal nuclear para 2030. Nicolas Chaillan, el ex jefe de IA del Pentágono, le dijo al FT que había renunciado porque no podría soportar ver cómo China superaba a EEUU. "Ya se acabó", comentó él.

Según Kissinger, el panorama podría ser aún peor. No sabemos lo suficiente sobre la IA de ninguno de los dos lados para tan siquiera determinar si China ha tomado la delantera, o qué pudiera hacer si ése fuera el caso. Kissinger comparó la actual situación con el período antes de la Primera Guerra Mundial en el que Gran Bretaña y Alemania estaban tan inadecuadamente informados sobre los objetivos del uno y del otro que un incidente aparentemente no relacionado — el asesinato de un archiduque en el sureste de Europa — desencadenó lo que, en su momento, fue la guerra más sangrienta de la historia.

EEUU y China no muestran deseo alguno de superar su propia brecha de ignorancia. "Tenemos que aprender sobre estas capacidades de la IA y, al mismo tiempo, comprender que producen un nivel de incertidumbre en el mundo dentro del cual la paz permanente es muy difícil de sostener, probablemente imposible", explicó Kissinger.

Él señaló el contraste entre la actual falta de transparencia en cuanto al impacto estratégico de la IA y el intenso trabajo realizado sobre las armas nucleares durante la primera guerra fría. Cuando era un joven profesor, Kissinger formó parte de un gran grupo de académicos que estudiaban la doctrina nuclear. Sus trabajos acabaron formando parte de los tratados de control de armas en los que Moscú y Washington compartieron detalles acerca de la precisión y de la fuerza de sus arsenales.

Según Kissinger, EEUU y China no están cerca de comprender la potencia de la IA de cada uno y sus capacidades, y no hay planes para iniciar un diálogo formal. El margen para que surja confusión y para que se produzca una escalada es, por lo tanto, mayor que durante la mayor parte de la Guerra Fría. Sin embargo, el deseo de los académicos estadounidenses de trabajar en ello es considerablemente menor. "En muchas sociedades se está evaporando la motivación filosófica para entablar el tipo de diálogo sobre armas nucleares del que yo y mis colegas aprendimos tanto", dijo Kissinger.

Será fácil para muchos estadounidenses de izquierda y de derecha desestimar las advertencias de Kissinger. La izquierda no puede perdonarle el bombardeo secreto de Camboya por parte de la administración Nixon; el apoyo al derrocamiento del gobierno socialista de Salvador Allende en Chile en 1973; y otras acciones encubiertas. La derecha lo considera poco fiable en lo que respecta a China por su moderada postura, ya que él ayudó a la administración Nixon a iniciar una nueva era de relaciones entre EEUU y China y a efectivamente eliminar a China como enemigo de la Guerra Fría. Sin embargo, el análisis de Kissinger debería separarse de las evaluaciones morales de su historial durante la Guerra Fría.

A sus 98 años, Kissinger es una de las pocas figuras vivas que ha desempeñado un destacado papel en la lucha contra las amenazas existenciales del siglo pasado. Cada lado acabó adquiriendo un conocimiento íntimo de sus capacidades y doctrinas nucleares que puede que sea imposible de igualar en la IA, Kissinger ha argumentado. No hay aviones espía que puedan tomar imágenes de la IA de China. No hay una forma clara de impedir ataques, ni de saber de dónde vienen.

"Con las armas nucleares era posible concebir principios de disuasión en los que había cierta simetría entre los daños de cada lado", él explicó. "Si una carrera armamentista desenfrenada entre EEUU y China pasa de lo nuclear a la IA, los peligros de una dramática escalada serían extremadamente grandes".