Tras reunirse con el presidente Lula, Serguéi Lavrov, encargado de las relaciones exteriores de Rusia desde hace 19 años dijo a la prensa: “Brasil y Rusia tienen una única visión”. La referencia, sin duda, excede a la guerra que lleva más de un año en Ucrania y que se inició con la invasión rusa.
Pero tras la visita del presidente de Brasil a Beijing donde dialogó, entre otras cosas, del plan de paz ofrecido por Xi Jinping, las palabras de Lavrov suenan a un acercamiento no sólo de China con Brasil, sino de estos dos países con Rusia. Para entender estos senderos habría que saber si Moscú está dispuesto a ceder algo.
En concreto, si para sentarse a una mesa de diálogo espera que Kiev ceda la soberanía de zonas ocupadas por tropas rusas en la República del Donbás o Moscú está dispuesto a retirarse a cambio de que, al menos por un tiempo, queden bajo la observación de una fuerza multinacional sin tropas de uno u otro bando.
También sería importante develar si Kiev aceptaría que Crimea, que en 2014 hizo un referéndum para estar fuera de la injerencia de la capital de Ucrania y en contacto con Moscú, tampoco sea anexada inmediatamente a Ucrania.
A más de un año de combates, encarnizados en Bajmut al menos desde hace un mes sin una resolución para uno u otro bando y con la ciudad devastada, es cierto que un camino diplomático podría tener avances, retrocesos y vías sinuosas, pero es indispensable que debería partir de un alto el fuego, cosa que todavía no aparece en el horizonte.
Luego de la reunión con Lavrov, el ministro brasileño de Asuntos Exteriores, Mario Vieira, reiteró el llamamiento de su gobierno “en favor de un alto el fuego y una solución pacífica”. Cabe destacar que el canciller de Putin fue recibido con los protocolos de una visita muy importante, similar a la de un jefe de Estado.
Lavrov, tras su paso por Brasil, irá a Venezuela, Nicaragua y Cuba.
Brasil acaba de colocar a Dilma Rousseff al frente del banco del BRICS, la alianza que tiene el gigante latinoamericano con Rusia, China, India y Sudáfrica.
No faltan los analistas que destacan la incomodidad creada en la Casa Blanca con los movimientos de las últimas dos semanas por parte de Lula. El mismo canciller criticó la aplicación de sanciones unilaterales por parte de Washington y de Bruselas contra Moscú. Según él, Brasil considera que las sanciones contra Rusia tienen efectos negativos para la economía mundial, en particular para las naciones en desarrollo.
Lavrov fue más diplomático: "Hablamos de varios temas relevantes de la agenda internacional y regional, subrayando que los enfoques de Brasil y Rusia sobre las cuestiones que suceden hoy en el mundo son similares. Los dos países están unidos por el deseo de contribuir a un orden mundial más democrático y policéntrico, basado en el principio fundamental de la soberanía y la igualdad de los Estados".
"En cuanto al proceso en Ucrania, estamos agradecidos a nuestros amigos brasileños por su excelente comprensión de la génesis de esta situación. Les estamos agradecidos por esforzarse en contribuir a encontrar vías para resolverla", comentó Lavrov.
Vieira también se refirió a las relaciones económicas entre Brasilia y Moscú: “Rusia representa una cuarta parte de las importaciones de fertilizantes de Brasil”. Y señaló que habló con Lavrov acerca de las condiciones para garantizar el suministro.
Ambos cancilleres luego se reunieron con Lula. Putin invitó, a través de Lavrov, a Lula da Silva a participar en la próxima edición del Foro Económico de San Petersburgo, que se celebrará el próximo junio.
Antes de regresar a Brasil, tras su viaje a China, Lula hizo una escala en Abu Dabi, Emiratos Árabes, donde dialogó con la prensa y aseguró que los Estados Unidos y la Unión Europea debían dejar de "estimular" los combates y empezar a hablar de paz. La Casa Blanca respondió diciendo que Lula estaba "repitiendo como un loro la propaganda rusa y china".
John Kirby, portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, afirmó que los comentarios de Lula eran "simplemente equivocados" y "profundamente problemáticos". Por su parte, la Unión Europea también replicó que Brasil no debía olvidar que fue Rusia quien invadió Ucrania y que ellos simplemente buscan evitar la destrucción del país.