El día después de la debacle macrista: economía paralizada y acusaciones mutuas por el dólar

Todo muy argentino. En medio del pánico del mercado financiero, ahora la pelea política pasa por atribuirse mutuamente la culpa de haber generado el desplome del peso, de las acciones de empresas nacionales, de los bonos de deuda soberana y de haber disparado un nuevo pico de “riesgo país”.

Todavía no se había terminado la jornada electoral del domingo cuando ya aparecieron las primeras señales de lo que sería “el día después” de la catástrofe del macrismo en las urnas: los bancos de inversión que contaban con aplicaciones para comprar dólares fuera del horario del mercado marcaban una suba de tres pesos respecto del último cierre.

Y, efectivamente, como todo el mundo preveía, el lunes arrancó con una histórica disparada del dólar. En su pico, se llegó a los $60 por dólar en el mercado mayorista. El titular del Banco Central, Guido Sandleris, que había estado reunido con Mauricio Macri en la Casa Rosada antes de la apertura de la rueda financiera, decidió adoptar una actitud pasiva y dejar que el tipo de cambio se escapara.

Ya con una cotización que había superado el 30 por ciento de suba, ahí intervino. Por primera vez desde que dirige el Central, hizo uso de los dólares que le había autorizado a usar el Fondo Monetario Internacional. Realizó dos subastas de 50 millones de dólares y el tipo de cambio terminó cerrando en $53.

Los pequeños ahorristas que quisieron comprar dólares a través de las home page de los bancos no lo pudieron hacer durante buena parte de la jornada. Y aquellos que lograron comprar lo hicieron a $57 al cierre, pero con picos de $64 en las casas de cambio.

El Banco Central disparó artillería pesada por el lado de las tasas de interés, que subieron 10 puntos y terminaron en 74 por ciento.

Se descontaba que la del lunes sería una jornada donde el pánico dominara los ánimos. Pero nadie da por concluida la corrida, dado que el mercado espera señales políticas que no llegaron.

Sin voluntad para una transición conjunta

Los empresarios hicieron saber desde temprano que consideran que el resultado de las primarias es irreversible y que Macri debería convocar a Alberto Fernández para acordar una transición ordenada.

Sin embargo, no es esa la actitud que han tenido ninguno de los dos candidatos. Fernández dijo que él no tenía por qué asumir responsabilidades por los errores económicos que había cometido el gobierno.

“Ahí es cuando se dan cuenta que han sido estafados. El Gobierno los condujo a este estado con el festival de bonos que ha emitido, con la crisis de la deuda”, dijo Fernández, aludiendo a los inversores que huían despavoridos del riesgo argentino y provocaban otra caída histórica en el mercado.

Por otra parte, el candidato triunfante sostiene que la política de apertura total del mercado financiero es lo que facilita las corridas, porque no hay ninguna barrera de contención para los cambios en los flujos de capitales.

En la vereda de enfrente, Macri llamó a conferencia de prensa y, para decepción de muchos que le reclamaban que abandonara el rol de candidato y diera un mensaje de tranquilidad, pareció extremar más todavía la tensión con el kirchnerismo.

La interpretación de Macri es que si se produjo una corrida en el mercado es porque los antecedentes históricos del kirchnerismo, sumado a las frases controvertidas de Alberto Fernández sobre las tasas de interés que paga el Banco Central hacen presagiar la vuelta de políticas intervencionistas.

Y les reclamó a los dirigentes kirchneristas “una autocrítica” por la situación que habían generado con sus promesas pre-electorales.

Es decir, dos candidatos culpándose mutuamente de haber provocado el miedo en el mercado y haciendo profecías de catástrofe si ganaba el adversario. Una situación ciento por ciento de campaña electoral polarizada.

La economía, paralizada

Mientras tanto, en el mundo de la economía real se sufría por la falta de acuerdo y de señales tranquilizadoras. En varios rubros se suspendieron las ventas, dado que el principal precio de referencia es el dólar y no había certidumbre sobre cuáles serían los costos de reposición.

Entre esos sectores se incluyen las fábricas de alimentos, que dejaron de proveer a los supermercados hasta tener despejadas sus dudas. Mientras tanto, muchos empezaron a preparar sus nuevas listas de precios con remarcaciones de 10 por ciento en promedio.

Esta situación ya pone una expectativa de un nuevo repunte inflacionario para los próximos meses, agravada por la falta de anuncios de medidas que puedan frenar el traslado del aumento del dólar a los precios.

En semejante ambiente llegarán en las próximas horas los miembros de la nueva misión del FMI al país, ahora con la certeza de que el deudor con el que tendrán que negociar el repago del crédito stand by de 58 mil millones de dólares ya no será Macri sino Fernández.

Pragmáticos, los funcionarios del Fondo querrán irse con certezas sobre quiénes serán los miembros del eventual nuevo equipo económico y cuáles son sus intenciones.

Para su tranquilidad, los principales asesores de Fernández reiteraron su disposición a respetar los compromisos asumidos. Lo cual, claro, no fue impedimento para que los bonos de deuda argentina hayan caído un 30 por ciento, el nivel de riesgo país haya subido 300 puntos y el país haya vuelto a entrar en el radar de los “fondos buitres”.