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El día que Barcelona jugó en el Centenario
En 1963, con Cubilla, Barcelona enfrentó a Nacional; ¿se imagina hoy a Suárez, Messi y Neymar en el Estadio?
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25 de marzo de 2017 a las 05:00
En medio de una gira por varios países de América, Barcelona llegó a Montevideo en 1962 para enfrentar a Peñarol. El partido se disputó en el estadio Centenario y terminó 1 a 1. Al año siguiente regresó exclusivamente para jugar contra Nacional (igualaron 2-2), aunque en la escala en Buenos Aires aprovechó para enfrentar a un combinado de la AFA. Fue la última vez que el conjunto azulgrana visitó Uruguay.
Pasaron 54 años y pese a que una de las estrellas del Barça es el uruguayo Luis Suárez, parece una utopía que pueda regresar en estos tiempos. El fútbol mundial ha cambiado tanto que hoy se necesita mucho dinero para pagar la presencia de uno de los mejores equipos del mundo, plagado de cracks. Y el mercado uruguayo no tiene las condiciones para ello.
El año pasado, para disputar un amistoso contra Hamburgo en Alemania, el club catalán pactó el cobro de € 1,2 millones, mientras que para una gira que hizo por Estados Unidos cobró € 3 millones. Es más, en 2013, cuando Barcelona se asoció a Qatar Airways, el club azulgrana se comprometió con la empresa catarí a jugar un partido amistoso en Doha. Sin embargo, por razones de calendario en donde incluir un viaje de seis horas de vuelo, el compromiso se cumplió recién a fines de 2016. Imagine, volar a Uruguay.
En la década de 1960 el mundo era diferente y Barcelona tampoco era el equipo de moda, como en la actualidad. Entró en crisis tras la partida de Luis Suárez (el español) al Inter de Milán y en esa década solo ganó dos Copas del Generalísimo (la actual Copa del Rey) y dos Copas de Ferias (la antecesora de la Copa UEFA). En 1961 perdió la final de la Copa de Europa contra Benfica.
El 13 de junio de 1963, El Diario confirmó que el equipo español llegaría a Montevideo para jugar contra Nacional, aunque el dirigente tricolor Nasim Ache (padre de Eduardo Ache, expresidente y actual directivo tricolor) y el presidente de Boca Juniors Alberto Armando intentaron, sin éxito, que se disputara un triangular.
El fútbol uruguayo estaba parado como "consecuencia de una absurda organización... o desorganización", informaban los medios en aquella época con un sesgo de ironía. El fútbol español se encontraba en el receso de verano y entre otros partidos de pretemporada, el azulgrana venció 2-0 en el Camp Nou al Santos de Pelé.
A principio de ese año había sido sustituido Ladislao Kubala en la dirección técnica, tomando la conducción del equipo otro exjugador, Josep Gonzalvo, más conocido futbolísticamente como Gonzalvo II. En el plantel estaba el uruguayo Luis Cubilla.
El partido contra Nacional se fijó para el sábado 6 de julio a la hora 15.30. Una tarde soleada en Montevideo. El visitante llegó a Carrasco en Pluna desde Buenos Aires y se hospedó en el Parque Hotel. "Barcelona es eminentemente ofensivo. Practican un fútbol constructivo. La pelota es defendida conscientemente sobre todo por los forwards (delanteros) y los claros son aprovechados con inteligencia", analizó un periodista que observó en Argentina el triunfo previo por 3-1 ante una selección local.
La anécdota: jugadores de Peñarol vieron desde la platea el partido Nacional-Barcelona.
El partido contra Nacional en el estadio Centenario terminó 2-2 frente a 40.000 espectadores. El tricolor formó con Roberto Sosa, Héctor Modernell, Ruben Filomeno, Eliseo Álvarez, Jorge Manicera, Emilio Álvarez, Jorge Oyarbide, Mario Bergara, Henrique Frade, Vladas Douskas y Domingo Pérez. El técnico era el brasileño Zezé Moreira.
Barcelona alineó a José Pesudo, José Fuste, Silvestre Eladio, Sigfrido Gracia, Martín Verges, Ramón Villaverde, Pedro Zaballa, Jesús Pereda, José Zaldua, Sandor Kocsis y Luis Cubilla. Frade y Bergara marcaron para Nacional, Pereda y el paraguayo Cayetano Ré (ingresó en el segundo tiempo) para Barcelona. El tricolor jugó el segundo tiempo con 10 tras la expulsión de Eliseo Álvarez.
Otro hecho anecdótico, difícil de ver en esta época, es que el partido fue observado desde la platea América por un grupo de jugadores de Peñarol que luego fueron a vestuario a saludar a Cubilla, quien hasta el año anterior había jugado con ellos.
Nacional protestó porque el árbitro argentino Juan Brozzi no le sancionó dos penales. Peñarol hizo gestiones para jugar contra los catalanes y los tricolores le ofrecieron una prima de US$ 15 mil para jugar un segundo partido, pero ninguna de las dos negociaciones tuvieron éxito.
Pasaron 54 años y pese a que una de las estrellas del Barça es el uruguayo Luis Suárez, parece una utopía que pueda regresar en estos tiempos. El fútbol mundial ha cambiado tanto que hoy se necesita mucho dinero para pagar la presencia de uno de los mejores equipos del mundo, plagado de cracks. Y el mercado uruguayo no tiene las condiciones para ello.
El año pasado, para disputar un amistoso contra Hamburgo en Alemania, el club catalán pactó el cobro de € 1,2 millones, mientras que para una gira que hizo por Estados Unidos cobró € 3 millones. Es más, en 2013, cuando Barcelona se asoció a Qatar Airways, el club azulgrana se comprometió con la empresa catarí a jugar un partido amistoso en Doha. Sin embargo, por razones de calendario en donde incluir un viaje de seis horas de vuelo, el compromiso se cumplió recién a fines de 2016. Imagine, volar a Uruguay.
En la década de 1960 el mundo era diferente y Barcelona tampoco era el equipo de moda, como en la actualidad. Entró en crisis tras la partida de Luis Suárez (el español) al Inter de Milán y en esa década solo ganó dos Copas del Generalísimo (la actual Copa del Rey) y dos Copas de Ferias (la antecesora de la Copa UEFA). En 1961 perdió la final de la Copa de Europa contra Benfica.
El 13 de junio de 1963, El Diario confirmó que el equipo español llegaría a Montevideo para jugar contra Nacional, aunque el dirigente tricolor Nasim Ache (padre de Eduardo Ache, expresidente y actual directivo tricolor) y el presidente de Boca Juniors Alberto Armando intentaron, sin éxito, que se disputara un triangular.
El fútbol uruguayo estaba parado como "consecuencia de una absurda organización... o desorganización", informaban los medios en aquella época con un sesgo de ironía. El fútbol español se encontraba en el receso de verano y entre otros partidos de pretemporada, el azulgrana venció 2-0 en el Camp Nou al Santos de Pelé.
A principio de ese año había sido sustituido Ladislao Kubala en la dirección técnica, tomando la conducción del equipo otro exjugador, Josep Gonzalvo, más conocido futbolísticamente como Gonzalvo II. En el plantel estaba el uruguayo Luis Cubilla.
El partido contra Nacional se fijó para el sábado 6 de julio a la hora 15.30. Una tarde soleada en Montevideo. El visitante llegó a Carrasco en Pluna desde Buenos Aires y se hospedó en el Parque Hotel. "Barcelona es eminentemente ofensivo. Practican un fútbol constructivo. La pelota es defendida conscientemente sobre todo por los forwards (delanteros) y los claros son aprovechados con inteligencia", analizó un periodista que observó en Argentina el triunfo previo por 3-1 ante una selección local.
La anécdota: jugadores de Peñarol vieron desde la platea el partido Nacional-Barcelona.
El partido contra Nacional en el estadio Centenario terminó 2-2 frente a 40.000 espectadores. El tricolor formó con Roberto Sosa, Héctor Modernell, Ruben Filomeno, Eliseo Álvarez, Jorge Manicera, Emilio Álvarez, Jorge Oyarbide, Mario Bergara, Henrique Frade, Vladas Douskas y Domingo Pérez. El técnico era el brasileño Zezé Moreira.
Barcelona alineó a José Pesudo, José Fuste, Silvestre Eladio, Sigfrido Gracia, Martín Verges, Ramón Villaverde, Pedro Zaballa, Jesús Pereda, José Zaldua, Sandor Kocsis y Luis Cubilla. Frade y Bergara marcaron para Nacional, Pereda y el paraguayo Cayetano Ré (ingresó en el segundo tiempo) para Barcelona. El tricolor jugó el segundo tiempo con 10 tras la expulsión de Eliseo Álvarez.
Otro hecho anecdótico, difícil de ver en esta época, es que el partido fue observado desde la platea América por un grupo de jugadores de Peñarol que luego fueron a vestuario a saludar a Cubilla, quien hasta el año anterior había jugado con ellos.
Nacional protestó porque el árbitro argentino Juan Brozzi no le sancionó dos penales. Peñarol hizo gestiones para jugar contra los catalanes y los tricolores le ofrecieron una prima de US$ 15 mil para jugar un segundo partido, pero ninguna de las dos negociaciones tuvieron éxito.
Comentarios en El Diario
- "No sabemos si el partido de ayer hubiera alcanzado conformar el grato espectáculo que se esperaba. Pero lo cierto es que, precisamente en instantes en que el juego había ganado colorido y vivacidad, apareció un factor inesperado que malogró totalmente la jornada: el juez señor Juan Brozzi".
- "El desteñido receso hoy tomó color. Los azulgrana de Barcelona llegaron desde muy lejos para medir fuerzas con los albos nacionalófilos. Y el hincha vivió su fiesta", agregó El Diario.
