El façonero que aprendió de los pollos y señala a su mujer como pilar del éxito
Gustavo Clavijo recordó que su señora, Rosana, fue clave cuando se armó el primer galpón pegado a la casa y ella atendía a los pollos “mientras los gurises dormían”
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29 de marzo de 2021 a las 05:00
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Lo primero que el façonero Gustavo Clavijo indicó a El Observador cuando comenzó una recorrida por su establecimiento avícola fue: “Todo esto existe gracias a mi mujer –Rosana Pérez–; en todo emprendimiento avícola la mujer es una pieza indispensable, esto no rinde sin la presencia de una mujer”.
En 1990, cuando se casaron, eran horticultores y llevaban la producción al Mercado Modelo. Las cuentas no cerraban bien y para sumar un rubro en 1995 armaron un primer galpón para criar pollos. Y como Gustavo concentraba su esfuerzo en lo hortícola quien impulsó el nuevo rubro fue Rosana (integrante de la Asociación de Mujeres Rurales del Uruguay, AMRU).
“La proximidad del galpón con la casa era fundamental, mientras los gurises dormían ella atendía a los pollos”, explicó.
Las cosas anduvieron muy bien en la nueva actividad y el segundo galpón llegó en el año 2000. La actividad hortícola fue perdiendo relevancia y la avicultura terminó por ser el único rubro. Y otros dos galpones llegaron en 2008.
La Lucha
El establecimiento La Lucha, con cuatro hectáreas en las que esta familia vive y realiza sus labores de cría de pollos a façón, está en Puntas del Pantanoso, a pocos kilómetros de Santa Rosa, en un área rural de Canelones.
Hoy la producción se hace en cuatro galpones cada uno de 1.044 m2, con unos 10.000 pollos por estructura de capacidad.
En la actividad participa uno de los dos hijos, Sebastián. El otro, Matías, trabaja afuera del predio, es mecánico. Por lo tanto, está en marcha lo que Gustavo denominó “nuestro recambio generacional”. Y en la vuelta anda Valentín, con 2 años, el primer nieto del matrimonio.
A diferencia de lo que sucede en casos en los que la actividad laboral se hereda de padres y hasta abuelos, típico en la granja, en este caso Gustavo y Rosana fueron aprendiendo sobre la marcha.
“La pata fundamental en eso ha sido el propio pollo, el animal nos fue enseñando qué hacer y cómo trabajar, el pollo como que te va guiando sobre qué mantener y qué corregir”, expresó.
Otro mojón clave fue en 2004 la creación de la Asociación de Façoneros de Pollos Unidos (AFPU), gremial en la que Gustavo fue directivo varias veces, presidente dos veces y es uno de los candidatos a la presidencia.
“Crear AFPU permitió dejar atrás una situación de aislamiento, comenzamos a vincularnos, a contarnos experiencias y cada uno adaptar lo mejor de otros a la realidad de su predio, para ser más eficiente; también fuimos negociando y generando beneficios en común”, destacó.
Juan SamuelleEl arco para desinfección de vehículos.
Protocolos antes del covid-19
El establecimiento La Lucha fue declarado “predio de referencia”, por su manejo ambiental y productivo, en el marco del proyecto oficial Más Tecnología 2, con aportes del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), técnicos y de la AFPU.
“En 2015 la AFPU generó un manual de buenas prácticas, no había nada y nos pareció una manera de avanzar, de modo de estar lo mejor preparados posible para cuando, ojalá, los mercados externos nos exijan eso. Acá, por ejemplo, hay un arco de desinfección por el cual deben pasar todos los vehículos que llegan a traer pollos bebé, ración y otros insumos como el gas y los que se llevan los pollos. También hay un sector con área sucia, baños y área limpia para el ingreso y egreso de personas a la zona donde se hace la producción”, comentó.
La circulación de gente, por iniciativa propia y no por recientes protocolos relacionados con la pandemia de covid-19 en humanos, es la mínima, para evitar dificultades sanitarias.
"Acá empezamos a desinfectar en los ingresos con una mochila, cuando nadie lo hacía”, recordó Gustavo.
Otro manejo diferencial es cuando hay mortandad de aves, con base en una tasa que ha ido disminuyendo: “En la década de 1990 la mortalidad era del 7% y en el último ciclo productivo en el cierre fue de 1,5%”, mencionó con satisfacción.
Las aves muertas se retiran de inmediato y van a un compostaje, que también se logró en el marco del proyecto Más Tecnología 2. Se creó una infraestructura en la se procede a una eliminación biodegradable, mediante la acción de microorganismos, dando lugar a una materia totalmente inocua.
Gustavo comentó que el ciclo productivo se extiende durante 45 días, desde que ingresa el pollito bebé y sale el pollo en pie con un peso promedio de 3 kilos. La industria entrega el pollito, la ración, el gas para la calefacción, se ocupa del manejo sanitario y se lleva el pollo listo para faena, abonando el servicio de façón con base en una paramétrica.
“Acá nos ocupamos de todo lo relacionado con el crecimiento del pollo; estamos totalmente por afuera de la logística de faena y distribución”, precisó.
Elecciones en suspenso
El reciente incremento de casos de contagios por covid-19 ha motivado que no haya de momento fecha para las elecciones en AFPU. “Esperemos que pueden hacerse cuanto antes, pero hoy la prioridad es cuidarnos, que la gente se vacune”, apuntó Gustavo, candidato a presidente por la Lista 2 en la institución que preside José Luis Strassarino. En esas elecciones habrá una lista oficialista.
Respecto a las propuestas de la Lista 2, Gustavo –ya presidió a la AFPU dos veces, de 2007 a 2009 y de 2015 a 2017– mencionó solo algunas, tendientes a evitar de modo global que sigan desapareciendo productores y que todos puedan mejorar su rentabilidad y calidad de vida: armar compras conjuntas; mejorar la tabla de pagos; reducir los plazos de cobro; y gestionar con UTE para reducir el costo de la energía eléctrica.
Otro objetivo es potenciar la participación de mujeres en la directiva de AFPU, institución que ha tenido cinco presidentes en su historia y dos fueron damas: Lila Trujillo y Mirian Biganzoli.
Por último, recordó que el sector incrementó su capacidad productiva cuando se abasteció con exportaciones a Venezuela, pero luego ese mercado cayó y quedó mucha capacidad ociosa en galpones, por lo cual es vital que ante un mercado interno acotado se ponga el foco en la exportación, desde ámbitos públicos y privados, para potenciar a toda la cadena agroindustrial avícola.
Lamentó, en ese sentido, ver facilidades para la importación de carne aviar que no van de la mano de una política exportadora eficiente.
“Nos gustaría que haya algo parecido a la forestación, donde el Estado facilitó que llegaran capitales del exterior para invertir, producir y exportar, generando trabajo para mucha gente”, concluyó, destacando que este sector “sabe producir bien” un alimento que hoy es la segunda carne más consumida en el país y de las más buscadas en el mundo.
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