La regulación gubernamental mexicana no aplica a otros cultivos como la soja, el algodón o la canola (foto archivo)

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El gobierno de López Obrador prohíbe el maíz transgénico para consumo humano y el glifosato para 2024

El país latinoamericano es autosuficiente respecto del maíz blanco, destinado al consumo humano, pero sigue siendo el principal importador de maíz transgénico estadounidense
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15 de febrero de 2023 a las 21:05

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador emitió en diciembre de 2020 un decreto en el que ordenaba eliminar el uso del maíz transgénico hacia enero de 2024. Pero este lunes lo modificó prohibiendo su uso en todo tipo de alimentos a base de masa, como las tortillas. Al mismo tiempo, la nueva ordenanza permite la utilización de maíz transgénico para el forraje y productos comestibles industrializados, hasta tanto se encuentren otras opciones para sustituirlo.

Si bien el decreto ampliado no dicta una fecha límite para ello, sí ordena la eliminación gradual del herbicida glifosato hasta marzo de 2024.

Viridiana Lázaro, de Greenpeace México, sostuvo que “el maíz transgénico afectó la diversidad de esta planta en México, donde se conocen 59 razas de maíces nativos y miles de variantes que están en constante diversificación”. En una entrevista realizada para la agencia de noticias DW, Lázaro explicó que el maíz se reproduce mediante polinización abierta, cuando el polen de la planta genéticamente modificada viaja a través del viento para fecundar a otras plantas, y puede llegar a contaminar las semillas nativas y criollas.

La especialista de Greenpeace México, campañista de Agricultura y Cambio Climático en Consumo Responsable, señaló que los cultivos transgénicos representan un riesgo para la salud, ya que "al combinarse con el glifosato, se potencializan los daños que pueden causar el uso del cereal afectado y el herbicida".

La organización ambientalista celebró la iniciativa del gobierno mexicano, pero alertó que el maíz genéticamente modificado que se usa en la industria y en el forraje también llega a la alimentación de los mexicanos.

"Es un gran desafío que no sólo debe quedarse en el papel; se requiere de políticas públicas encaminadas a la transición agroecológica. Esta es sumamente necesaria para proteger la salud de los productores y consumidores, así como para preservar la biodiversidad y enfrentar el cambio climático", dijo Lázaro.

La medida gubernamental fue resaltada por los Estados Unidos, país que había tensado sus relaciones con México cuando se dio a conocer el primer decreto de 2020. Florian Huber, representante de la Fundación Heinrich Böll en Ciudad de México, aclaró que, a través del nuevo decreto, el gobierno mexicano "precisa el objetivo y alcance de las políticas públicas, a la par que elimina cualquier posible imprecisión del decreto anterior de 2020, que se prestó a interpretaciones diversas". Hay que tener en cuenta que los Estados Unidos es el principal socio comercial de México.

Huber señaló que México es autosuficiente en el maíz blanco destinado al consumo humano. "Con el decreto, el Gobierno busca consolidar la soberanía y seguridad alimentaria mediante el maíz blanco como insumo central en la cultura de las y los mexicanos", agregó.

Consultado por DW, Huber dijo que "México es el principal importador de maíz estadounidense. En 2021, compró a los Estados Unidos 16,8 millones de toneladas, por un valor de 4.700 millones de dólares. Por esto, los gobiernos de ambos países respaldaron el acuerdo de libre comercio TMEC, dado que en México la producción nacional de maíz no creció".

Alejandro Espinosa Calderón, secretario Ejecutivo de la Comisión Intersectarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem), salió al cruce de estas declaraciones al afirmar que en 2000 se había detectado contaminación transgénica en maíces de México. El interrogante es cómo habían podido llegar estas semillas a los campos de Oaxaca, al sur de México. Espinosa Calderón dijo a DW que “una posible vía de entrada fueron los volúmenes de importación de maíz de los Estados Unidos, que se dieron sin control alguno. En los Estados Unidos no se separa el maíz transgénico del que no lo es. Y se sabe que más del 90% del maíz en norteamericano es transgénico”. 

El ejecutivo de Cibiogem dijo también que “los maíces nativos son la respuesta ante el cambio climático y pueden garantizar la soberanía alimentaria en nuestro país. La administración actual considera que México tiene derecho de producir sin semillas transgénicas y consumir en la alimentación de los mexicanos grano que no sea transgénico”.

La regulación gubernamental mexicana no aplica a otros cultivos como la soja, el algodón o la canola. Lázaro no acuerda con esta distinción: "Para nosotros no es aceptable la liberación de transgénicos al medio ambiente. Desde Greenpeace México vemos necesario que estas prohibiciones se extiendan a otros cultivos porque están afectando al medio ambiente".

(Con información de DW)

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