Sadam Alshobki llegó a Montevideo en 2010 y unos pocos meses más tarde de arribar se casó con una uruguaya. Asegura que fue el primer casamiento musulmán entre una uruguaya y un jordano. Luego del trámite civil, realizaron el rito religioso en una mezquita de Rivera.
Sadam es hincha de Peñarol y parece ser el jordano más optimista del mundo. Cree que hoy su equipo ganará dos a cero en el estadio Centenario. Pero lo que más alegra a Sadam es lo que genera el fútbol más allá de los noventa minutos de juego. “Ahora estoy feliz porque la gente en Jordania sabe dónde es Uruguay y eso es lo más importante para mí y la gente en Uruguay sabe dónde es Jordania, mi país”, comenta.
El joven jordano llegó para cambiar su vida, para trabajar. En Montevideo compra y vende ropa. A Sadam le gustó la seguridad del país y la unión de la familia uruguaya. “Yo gusté de la familia uruguaya porque tiene mucha fuerza, siempre todos juntos, igual a mi familia”, comenta en un castellano precario pero con el que logra hacerse entender.
Sobre Jordania, Sadam destaca que es un país árabe en el que la vida es segura, una rareza por esas latitudes. Con la bandera de palestina colgada a los hombros y unas gafas negras, agrega que en Uruguay viven unos 20 jordanos y que otros 60 llegaron este miércoles para ver el partido, entre ellos, Addallah, un amigo al que le mostró este mediodía el centro de Montevideo.
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