La decisión adoptada por la Unión Europea (UE) y acompañada por el G 7 (que suma a Canadá, Estados Unidos y Japón) de poner US$ 60 como tope del barril de petróleo ruso encontró su primer escollo. La cotización bajó ante la barrera de la UE porque Moscú aún no encontró los mercados alternativos para abastecer su producción petrolera.
La medida de la UE y el G 7 apunta a golpear la economía del Kremlin para que se dificulte el financiamiento de su maquinaria militar mientras Ucrania enfrenta la situación más compleja de la guerra que es la falta de energía provocada por los fríos intensos que comenzaron antes de la llegada del invierno.
El precio del barril ruso en el mercado cotiza a US$ 44, un 25% por debajo del establecido por las sanciones para comprarlo. Rusia deberá encontrar países distintos a los que integran la UE y el G 7. El Viejo Continente es, hasta ahora, uno de los principales importadores de Moscú y no comprará más crudo ruso enviado por barcos; sí el que llega por oleoductos, especialmente porque Hungría se abastece por esa vía.
El barril de petróleo Urals (de Rusia) cotizaba en noviembre a US$ 78,3. Tras la aplicación de estas sanciones, su precio bajó hasta US$ 47,3 el barril. Los datos fueron provistos por la consultora Argus Media y provistos por Forbes.
Como pasaron pocos días de la puesta en marcha de las sanciones, ese valor de mercado puede modificarse no bien el Kremlin logre colocar su producción petrolera en mercados alternativos.
La exportación de petróleo es clave para el Kremlin. Su presupuesto tiene como base tanto el crudo como el gas. Las previsiones presupuestarias de Vladimir Putin fijaban para el ejercicio 2023 un promedio de US$ 70.
Hasta ahora la UE era uno de sus clientes más importantes ora rivales: de los 426 millones de toneladas que exportaba al año, 227 millones iban destinadas a Europa, 100 millones a China y 30 millones a Estados Unidos, según el centro de análisis Bruegel, que en su página oficial afirma que ese 45% del crudo que Moscú le vendía a la UE es la razón del desplome del precio de estos días. Solo un tercio del petróleo ruso va por oleoductos.
Sin embargo, la cotización de otro barril ruso, el ESPO, no se vio afectado por el embargo europeo. El ESPO es el crudo procedente de Siberia que va a China y a otros países asiáticos. Aunque por ahora tiene un peso relativo menor en las exportaciones de petróleo ruso, su cotización es de US$ 68,7, por debajo de los US$ 76 dólares que cotiza el barril de Brent, extraído principalmente del Mar del Norte y es el de referencia en Europa.
Ante esta situación, el presidente ruso, Vladímir Putin, se pronunció este viernes sobre las sanciones: “El techo propuesto equivale a los precios a los que vendemos hoy. Para ser honesto, no nos importa, también ofrecemos descuentos a muchos socios”. Lo dijo durante la celebración del Consejo Económico Euroasiático en la capital de Kirguistán, Biskek.
Anticipó que la respuesta del Kremlin se dará a conocer con un decreto “en los próximos días”.
Putin dobló la apuesta: “No venderemos a los países que toman estas decisiones. Incluso pensaremos en la posibilidad, y digo que no es una decisión por ahora, de recortar la producción si es necesario”.
“Tenemos un acuerdo con la OPEP+ sobre el objetivo de producción, pensaremos sobre ello”, advirtió el mandatario ruso, que es un respaldo para el precio del petróleo de la mayoría de los países exportadores de hidrocarburos.
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