Leonardo Carreño

El referéndum cambia el escenario político: 7 puntos a resolver

Hay varias preguntas que necesitan respuestas y estarán dadas en las próximas movidas políticas

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09 de julio de 2021 a las 14:57

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La izquierda logró presentar esta semana casi 100 mil firmas más de las necesarias para llevar a referéndum la Ley de Urgente Consideración (LUC) y eso cambiará indefectiblemente el escenario político de los próximos meses y eventualmente el rumbo del gobierno, sea cual sea el resultado.

Por lo pronto el país entrará –dentro de cinco meses, o antes– en un clima de campaña electoral. La dimensión de cuánto cambie el escenario estará dada por las próximas movidas políticas que se hagan tanto desde el oficialismo como de la oposición. En ese sentido hay varias preguntas que necesitan respuestas. 

Preguntas para la oposición

¿El Frente Amplio está dispuesto a un escenario del todo o nada?

Leonardo Carreño
El presidente del FA, Javier Miranda, carga cajas en la sede del PIT-CNT

Haber llegado a las firmas parece el despertar de una izquierda dormida que no lograba pegar una bien. Y cómo sucedió también es un mensaje a esa dirigencia. Si bien más de la mitad de las firmas –casi el 60%– llegó desde el Frente Amplio, fue a impulso de los militantes de base y del movimiento sindical que se logró mantener durante meses la llama prendida de la recolección de firmas. Eso fue así al punto que, en la negociación previa con los sindicatos, el FA debió ceder muchas de sus posturas.

Los dirigentes de peso de la coalición recién le pusieron impulso en el último tramo, pero como quedó claro esta semana, la izquierda ahora se embanderará con todo para tirar abajo la LUC.

El asunto es que ahora, embarcados en este camino, el resultado es jugado: la izquierda puede revivir con mucha fuerza luego de los revolcones electorales de 2019 y 2020, o por el contrario, si pierde, le dará al oficialismo mucho más poder para avanzar en una agenda que hasta ahora no es muy transformadora.

¿El referéndum radicalizará al FA en estos nueve meses?

¿Cómo creció y acumuló fuerza el Frente Amplio a finales del siglo pasado y principios del actual? Entre muchas otras cosas, la izquierda logró mediante la radicalización del discurso e incluso con algunas victorias en consultas populares –ley de empresas públicas en 1992, ley de ANCAP en 2003– construir ese “ellos” y “nosotros” que tras la crisis le permitió ofrecer una propuesta de “cambio”.

La tentación de recorrer el mismo camino es grande pero también riesgosa. Radicalizar el discurso, como han hecho algunos dirigentes en estos días, también puede dejarlos en falso. Un ejemplo son las declaraciones de Carolina Cosse este jueves, cuando dijo que conseguir las firmas fue "una señal fuerte de que no está bueno que en Uruguay las leyes se impongan de pesado".

El argumento para sostener eso es que las leyes de urgencia tienen plazos perentorios para su aprobación. Pero durante los 15 años que gobernó, más allá del instrumento o no de la LUC, la izquierda también aprobó decenas de leyes con mecanismos que podrían considerarse “de pesado”; por imponer sus mayorías e incluso con tratamientos exprés.

Además, no se puede decir que fue “de pesado” cuando el FA votó en Diputados 232 de los 476 artículos de la ley. Y además, acompañó algunos –que logró modificar en la negociación– que ahora pide derogar.

¿Cómo se moverá Orsi en este nuevo escenario?

Leonardo Carreño
A Yamandú Orsi el referéndum le plantea dilemas políticos

Para el tono y la estrategia de Carolina Cosse hacia 2024, el referéndum viene muy bien. La intendenta de Montevideo se puede llegar a mover como el pez en el agua en el terreno de la confrontación.

En cambio, el liderazgo que está construyendo el intendente de Canelones Yamandú Orsi es bien diferente a esta estrategia que ahora despliega el FA. Su perfil componedor y de tender puentes –no solo para el diálogo político como lo demuestra en Canelones sino también para que haya ciudadanos que votaron a la coalición y decidan volver o pasarse al FA en 2024–, contrasta con esta postura de la consulta popular.

Para empezar, hace algunos meses marcó una postura de distancia con el referéndum que luego lo llevó a aclarar sus dichos. Luego sobre el final sí hizo campaña y acompañó con más fuerza, pero mirando toda la película su presencia fue casi nominal.

Este nuevo escenario lo desafía. Y será muy relevante ver cómo se moverá.

El jueves, cuando la comisión entregó las firmas, Orsi no criticó ninguno de los artículos. Dijo que su cuestionamiento es al instrumento de la ley. El problema que tiene –no solo Orsi, sino toda la izquierda– es que en los artículos que se intentan derogar no hay nada escandaloso. Al punto que cuando los militantes intentan sumar argumentos entrando en las cosas concretas, terminan falseando la realidad.

Preguntas para el oficialismo

Leonardo Carreño
El presidente Luis Lacalle Pou deberá tomar decisiones políticas

¿Debe seguir ignorando o actuar ya?

Un ejemplo de cómo algunos dirigentes de izquierda tensan los argumentos para cuestionar  la LUC es el asunto de los alquileres. Algunos sindicalistas han dicho que la ley dejará en la calle a miles de personas porque habilita los desalojos exprés. Y ese argumento oculta parte de la realidad. Los desalojos rápidos estarán habilitados para las personas que acepten contratos sin garantía, algo que a la vez facilita el acceso a la vivienda a miles de personas que hoy no tienen cómo conseguir una garantía. Los inquilinos que utilicen la modalidad de contrato prevista bajo la normativa previa de la LUC no tienen riesgo de ser desalojados de esa manera.

El oficialismo ha guardado silencio ante ejemplos como ese. Decidió no entrar en el debate público por la LUC y eso también cedió terreno a este tipo de situaciones. La izquierda comenzó a imponer un relato.

Hasta ahora esa estrategia tenía un sentido: que el gobierno se involucrara le daría más espacio en la opinión pública a la recolección de firmas. Con ese proceso finalizado la realidad cambia, pese a que muchos dirigentes oficialistas insisten en ignorar el asunto hasta que la Corte Electoral valide las firmas. Si van a dejar que pasen los cinco meses que puede llevar eso con la misma estrategia, la izquierda solo tendrá la cancha libre para seguir acumulando fuerzas.

¿Lo utilizarán como aglutinador?

Durante este año y tres meses de gobierno, el oficialismo ha tenido algunos problemas internos entre los partidos que integran la coalición. Menores de los esperados, pero que a medida que pasa el tiempo parecen crecer. Es lógico que cada partido quiera marcar perfil propio hacia 2024. Pero con el referéndum, la izquierda le brinda una oportunidad a Lacalle Pou para aglutinar durante al menos nueve meses a blancos, colorados, cabildantes e independientes contra un enemigo común.

¿Nueve meses de congelamiento?

Una duda que queda por despejar es cuánto deja el presidente que el referéndum afecte su agenda de gobierno. Hay temas que están en carpeta –ley de medios, combustibles, funcionarios públicos, reforma jubilatoria, educación– que de ser abordados pueden sumar algunos enojos contra el gobierno y afectar el referéndum. Por ejemplo, el aumento de los combustibles de hace 15 días fue utilizado por la izquierda para cuestionar la LUC por los nuevos criterios para la fijación de precios.

Este es un desafío para el presidente: tener que medir cada una de las decisiones de los próximos nueve meses en una lógica electoral.
 

¿Una victoria sería una oportunidad para profundizar la agenda?

Luego de 15 años de gobiernos frenteamplistas se podía esperar que la agenda de cambios fuera mucho más intensa y transformadora. Blancos, colorados y cabildantes no llegaron al gobierno con grandes transformaciones liberales. Da la sensación de que quisieron ir pisando suave.

Pese a esa agenda soft, la izquierda muestra los dientes con el referéndum. Pero si el gobierno logra en las urnas mantener la LUC tal como fue aprobada, no solo será una victoria política; también le abrirá una oportunidad única para avanzar en una agenda que hasta ahora no implementó. Por ejemplo, podría ejecutar muchos de los cambios en la enseñanza que prometió y no ha logrado ejecutar.

 

Soy Gonzalo Ferreira, editor jefe de El Observador. Podés escribirme a este mail por sugerencias y comentarios.

 

ACLARACIÓN: Una versión anterior de esta nota decía que Orsi primero dijo que no iba a hacer campaña pero que luego firmó. Eso es un error, porque firmó en enero y luego, en febrero fue que dijo que no haría campaña. El autor quiso decir que luego de esos dichos, ya en la recta final, sí hizo campaña por el referéndum, tal como queda claro en la nueva versión. A Orsi y a los lectores las disculpas por el error. 

 

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