Economía y Empresas > GRAN RENDIMIENTO

El renacer de Grecia, una década después de su mayor crisis

Tan solo 10 años después de los rescates millonarios, la Bolsa de Atenas obtiene la mayor rentabilidad del mundo
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04 de diciembre de 2019 a las 05:02

Gecia puede presumir de haberse convertido en la niña mimada de los mercados financieros, a una década de la mayor crisis de su historia. 
Efectivamente, la Bolsa de Atenas va camino de cerrar el año con la mayor rentabilidad del mundo en 2019, lo que se podría considerar casi como un milagro después del descenso a los inernos que vivió el país a partir de 2008 y, sobre todo, porque durante mucho tiempo su economía no parecía encontrarla luz al final de túnel.

Desde enero, el índice líder ASE (Athens Stock Exchange) lleva ganado un 45%, un resultado formidable si se lo compara con el (ya meteórico)recorrido del S&P 500, que creció en estos once meses un 26%. Si los inversores se perdieron gran parte del rally alcista de Wall Street por pecar de prudentes frente alriesgo de la guerra comercial entre EEUU y China, el de la Bolsa de Atenas directamente nunca estuvo en sus radares.

Para el mercado heleno, estos rendimientos no se veían desde hacía dos décadas, cuando todavía las acciones cotizaban en dracmas en lugar de euros, y el resto de Europa no había descubierto la manipulación de las cuentas públicas griegas, llevada adelante durante años para poder acceder a la moneda común, y que tristemente recuerda a la que se llevó a cabo en Argentina entre 2007 y 2015 con las estadísticas del Indec.

Fin de la peste

De repente, la economía griega dejó de ser el apestado de la clase, aunque muchos todavía deben preguntarse si la noticia es real, tan acostumbrados a considerar a Grecia como un paria financiero.

Es que el país vuelve de un doloroso vía crucis que se terminó cuando se conmemoró el engaño en el momento que estalló la crisis subprime. Parafraseando al gurú nanciero Warren Buffett, a Grecia se la descubrió nadando desnuda en cuanto bajó la marea. Y eso, nadie de sus socios de la zona euro se lo perdonó, principalmente Alemania, exigiendo una severa purga.

Si el país no llegó finalmente a caer en default (estuvo muy cerca en 2015, cuando incumplió el pago de una parte de su deuda), fue gracias a los tres rescates financieros que le otorgaron los organismos internacionales (FMI, Banco Central Europeo y Comisión Europea) a partir de 2010, por un total de casi US$ 330.000 millones.

A cambio de ese monto, el gobierno griego tuvo que comprometerse a realizar un ajuste fiscal muy severo, que implicó aprobar un paquete de reformas económicas con recortes de salarios para los empleados estatales, congelamiento de las jubilaciones e incremento de la edad de retiro. El precio fue muy duro: una larga recesión con caída en el poder adquisitivo y el consumo, alto desempleo y un freno en la actividad económica que obligó a muchos a migrar y que también recuerda al derrumbe argentino de 2001.

En el caso del mercado ateniense, hundido por los bancos, a partir de 2009 su capitalización bursátiles retrajo en un 80% en tan solo tres años. Si bien hoy el índice ASE duplicó su valor desde su piso en 2016, todavía se encuentra un 70% por debajo de su nivel de pre crisis.

Bonos no se quedan atrás

Para el mercado de renta ja, el panorama luce igual de alentador. Porque la euforia que hoy se percibe en las acciones también se trasladó a los bonos griegos, a tal punto que las tasas de interés que pagan los títulos públicos a 10 años ya se encuentran en los mismos niveles que los de la deuda italiana (1,13% anual, el más bajo de la historia del país). Por eso, los grandes analistas internacionales vuelven a recomendar seguir de cerca a los activos helenos y diversificar una parte de las carteras con ellos, más teniendo en cuenta que el gobierno sigue llevando adelante las reformas prometidas en el plan de rescate (recientemente pagó US$ 3000 millones al FMI).

“Los objetivos de superávit primario se mantienen. El país se beneficia de un colchón de liquidez equivalente a dos años de necesidades de financiamiento del sector público y sus costos crediticios son de los más bajos desde la crisis”, armó un informe de la calificadora DBRS Morningstar. A pesar de ello, todavía queda mucho por hacer, puesto que la calicación de los bonos griegos se mantiene en la categoría especulativa (a nadie se le escapa que la deuda equivale al 173% del PIB griego).

Otra prueba de que el país vuelve a la normalidad fueron las elecciones legislativas de julio pasado, en las que ganó la oposición de derecha, fortaleciendo aún más las expectativas de los inversores. Es que el nuevo Primer Ministro Kyriakos Mitsotakis hizo campaña prometiendo bajas de impuestos y medidas pro mercado. Aún así, todos reconocen el enorme mérito del Ejecutivo anterior en la recuperación de la economía nacional, formado por una coalición de partidos de izquierda liderada por Alexis Tsipras. Como hacía mucho tiempo no se veía en Grecia, las políticas de Estado pudieron más que las ideologías.

 

Fuente: Cronista - RIPE 

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