Nicolás Zaffora

Economía y Empresas > LUJO

El sastre que viste a los poderosos de la región

Con proyección regional, la argentina Bespoke Zaora forma parte del ultraselecto grupo de sastrerías artesanales latinoamericanas
Tiempo de lectura: -'
08 de mayo de 2020 a las 11:29

En Buenos Aires hay una sastrería artesanal de lujo, heredera de la centenaria tradición italiana, que viste a las personas más ricas de la región. Nicolás Zaffora es  referente en la élite del estilo masculino mundial.

Huérfano desde pequeño, vivió con sus abuelos, quienes se dedicaban a la talabartería y a la sastrería a medida. Y que antes de empezar a vestir a ricos y poderosos hizo “prácticas” (según sus propias palabras) en un monasterio en el que estuvo 10 años como monje y donde, como parte de sus labores, vestía a sus compañeros.

En 2011 fundó Zaffora Bespoke, una sastrería de alto nivel que se expande en la región. “Existen tres tipos de trajes sastre. Ready to wear, hecho por talle: es el que te probás, te lo acomodan un poco y te lo llevas. Made to measure, que es un traje a medida pero industrializado: elegís la tela y te lo confeccionan desde cero con moldería y técnicas industriales. Y bespoke, un concepto que resume lo artesanal y a medida: tiene que estar hecho a mano en todo el proceso”, explica Zaffora.

 

 

“A igualdad de calidad, suponiendo que son todos trajes buenos, son tres categorías diferentes: normales, premium y ultralujo. El bespoke -compara- es el Rolls Royce de los trajes”.

“Solamente hago bespoke”, remarca Zaora y agrega: “Los sastres bespoke hacemos ropa a medida, ocupándonos de que la tela quede bien al cuerpo, guiando en las proporciones y el balance. Y cumplimos caprichos”.

Una clientela exclusiva

El listado de clientes de este sastre de lujo está sellado en una reserva más que estricta e incluye a dueños de empresas, CEOs, presidentes y ex presidentes latinoamericanos. 

En su caso, cuenta, los clientes podrían clasificarse en dos perfiles: el que no quiere estar mal y el que quiere estar bien. “El primero es una persona a la cual la elegancia le va bien pero no la va a variar. Sus trajes tienen que tener buena caída y ser cómodos. Me consulta la mayoría de las cosas porque soy el profesional. En cambio, el que quiere estar bien varía colores, texturas, dibujos. Las prendas van a ser lo más estéticas posibles y viene con gustos más específicos porque tiene más cantidad de ropa”.

“En el atelier -detalla- tenemos unas 40.000 muestras, todas de fibras naturales ya que no usamos fibras sintéticas”. Entre otras, utilizan lana merino, vicuña y cashmir; incluso las entretelas, la forrería, todo el interior, es de fibras naturales, y hasta las puntadas están hechas con hilo de algodón.

Un centenario proceso artesanal

Confeccionar un traje es, para una sastrería bespoke, un proceso delicado que exige mucha dedicación ya que se trata de un diseño hecho absolutamente a medida para que quede impecable. “El proceso empieza cuando elegimos una tela, con una variedad casi ilimitada tanto los tejidos como en los diseños de solapas y bolsillos, la cantidad y ubicación de botones, los detalles de recortes de diferentes telas. Luego tomamos las medidas y empezamos a hacer una prueba: sobre el cuerpo de la persona vamos haciendo el molde para que calce perfecto, viendo como cae la tela, como te podés mover, cómo es más cómodo. Y después de las pruebas, vamos corrigiendo el molde”, apunta el sastre argentino.

¿Moda o estilo?

Según Zaffora, la moda es “lo que las marcas ofrecen cada seis meses”. Antes, claro, vienen las tendencias. “No quiero que se tome como sinónimo de algo que está mal. Es lo que tiene que suceder para que todos tengan ropa para comprar” , distingue el sastre. Y, explica, el estilo es otra cosa: “Es lo que cada sujeto saca de su interior y manifiesta en la ropa, con su gusto. No siempre el estilo le queda bien, pero es suyo”.

Un traje hecho así es una artesanía de alta gama que lleva entre 60 y 80 horas de trabajo, pruebas y correcciones. A eso hay que incorporar que las telas se arman, se planchan y se dejan descansar antes de que quede terminada la prenda. Por eso el proceso normal desde el primer momento hasta que el cliente se lo lleva puesto demanda entre 35 y 45 días. Una vez completo el molde para la primera prenda, el resto de los diseños llevan menos ya que se hacen a partir de ese original.

El trabajo del sastre bespoke reconoce diferentes estilos sartoriales: italiano, francés e inglés, por caso.  “Esto es algo muy antiguo: usamos técnicas de hace 600 años y aprendimos de los mejores, por eso somos buenos”, concluye Zaffora.

(El Cronista - RIPE) 


 

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...