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Emprendedores que no quieren llegar a ser unicornios

Viene creciendo la tendencia de expandirse lo justo y necesario para tener un buen balance entre trabajo y vida personal.

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15 de diciembre de 2020 a las 15:58

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Normalmente, en el mundo de los negocios el éxito viene aparejado del concepto de crecimiento. Crecer y facturar para tener una buena calidad de vida, parece ser la fórmula con la que todo emprendedor comienza a dar sus primeros pasos. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, ha venido creciendo la tendencia de expandirse lo justo y necesario para tener un buen balance entre trabajo y vida personal.

De a poco esto se empieza a notar en Uruguay. “Claramente es una tendencia y también lo veo en Uruguay a través de emprendedores y empresarios que tienen proyectos pequeños y están bien con ellos”, explicó a El Observador la consultora en marketing y comunicación digital, Raquel Oberlander.

La experta comentó que esto se acentúo desde que llegó la pandemia, dado que muchos uruguayos salieron a emprender y se dieron cuenta de que se puede vivir bien combinando lo laboral con lo personal en su justa medida. De igual modo, aclaró que desde antes existen empresas que se focalizan en un nicho en concreto y no pretenden salir de ese público objetivo.

Oberlander explicó que esta tendencia se hace más fuerte en las nuevas generaciones, como los millennials. Este rango etario tiene definido que la cultura del trabajo no se puede sobreponer al tiempo de ocio o familiar. No obstante, la consultora puntualizó que en otras edades pasa lo mismo.

A modo de ejemplo, Oberlander mencionó el caso de Basecamp, una compañía de software que cobra un precio fijo por cada trabajo y desde hace ya algunos años se mantiene con la misma cantidad de clientes. “Argumentan que con eso están bien y no quieren ser un monstruo tipo Facebook con oficinas en todos los países. Tienen solo 30 empleados que trabajan remoto”, subrayó.

Si bien es difícil saber qué puede pasar en el largo plazo, es probable que esta tendencia siga creciendo en tierras uruguayas. Esto implicaría que ciertos aspectos del mundo empresarial cambien, sobre el entendido de que el objetivo de algunos ya no será crecer. Oberlander mencionó que tomar esta postura permite tener ingresos sostenidos con poco capital humano, dado que el avance de la tecnología facilita la sistematización de muchos pasos que son clave para vender un producto o un servicio.

El otro aspecto que hace pensar que esto puede terminar siendo parte de la norma, es la llegada de personas jóvenes a los cargos de decisión. Oberlander mencionó que para los adultos hay cuestiones que son dadas, pero que los más jóvenes suelen cuestionar. “Los jóvenes de hoy en día no se imaginan hacer algunas cosas que para los adultos son normales”, explicó.

La felicidad

Andrés Cerisola, presidente de EMTV Holding e integrante del directorio de varias empresas, comentó que a la hora de volcar financiamiento se suele poner el foco en aquellas compañías que tienden al crecimiento exponencial. De igual modo, reconoció que es un estilo que se viene dando en Uruguay y que hay inversores que se concentran en este tipo de empresas.

Para Cerisola, más allá de encontrar un balance entre vida laboral y personal, es necesario que los empresarios busquen la “felicidad”. Comentó que este aspecto es muy subjetivo y por eso no existen “fórmulas dadas que permitan equilibrar la balanza”. “Creo que la tendencia es que el emprendedor exitoso tiene que tener espacios de distracción, pero tiene que tener una vida feliz y no forzar nada”, especificó.

Cerisola comentó que esto tiene un fuerte impacto entre los jóvenes pero también hay un efecto contagio que se derrama sobre personas de otras edades. “Lo más importante es encontrar la felicidad, incluso para tomar buenas decisiones”, recalcó.

Los emprendimientos

En coincidencia con el resto, el director del Centro de Innovación y Emprendimientos de ORT (CIE), Enrique Topolansky, comentó que se “está en una búsqueda constante de la calidad de vida”. Puso como ejemplo que reciben planteos de emprendedores sobre la dificultad de dedicarle tiempo al proyecto pero también tener horas en el día para disfrutar con familia y amigos.

Topolansky aclaró que apegarse a esta tendencia, sobre todo cuando la idea está en etapas iniciales, puede tener complicaciones porque es difícil –por ejemplo- captar inversores. “Estoy convencido de que hoy un emprendedor que no se dedique full life al proyecto, no tiene muchas chances de llegar a las ligas profesionales”, enfatizó.

Más allá de que en el camino puede haber cambios, el director del CIE comentó que es muy difícil crecer sin dedicarse “obsesivamente” a la idea. “Esto es una decisión de vida, hay mucha gente que decide vivir así. No estoy diciendo que esté mal, porque es una determinación personal”, sentenció Topolansky.

 

 

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