Juan Samuelle

En los viñedos le prenden velas al Dios de la sequía

Tras la mejor vendimia de la historia, el sector tiene un ojo en el viñedo y otro hacia el cielo, rogando que no vuelva a llover demasiado; el potencial productivo aún está intacto

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26 de enero de 2019 a las 05:01

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La última vendimia, dicen los actores más experientes del sector, si no fue la mejor de la historia pegó en el palo. Por el contrario, el panorama no es el ideal para la que está por comenzar. El verano de 2018 abundó en días secos, soleados, calurosos y la uva sobre la torta fue la combinación de eso con noches frescas. En este verano durante las tres semanas iniciales de enero llovió en casi todo el país casi la mitad de lo que suele llover en todo un año con registros normales. Se quejaron los turistas claro, pero también los vitivinicultores que tienen muy fresca aún la vendimia de 2014, por lejos la peor de los últimos tiempos.

El año pasado fue, como se dijo, óptimo. Se cosechó una uva de altísima calidad y eso los amantes de los vinos nacionales lo disfrutarán hasta que se beba la última copa de la última botella de lo vinificado de esa vendimia.

Además, la ausencia de enfermedades y la mucho menor inversión a nivel industrial por la ausencia de necesidad de corregir el nivel de azúcar achicaron las inversiones.

Este año, si bien la situación no es generalizada, ya hubo dificultades puntuales que incluso generaron alguna pérdida de producción, por suerte de menor nivel y básicamente en el rubro uva para mesa.

Fernando Imperiale, presidente del Centro de Viticultores del Uruguay (CVU), dijo a El Observador que “la situación estaba muy compleja hasta esta semana”. Mencionó la palabra “estaba” porque, para suerte de los involucrados en la cadena agroindustrial del sector y especialmente para los productores de uva, los pronósticos de regreso de las lluvias se fueron modificando.

Imperiale admitió que hubo afectaciones menores en viñedos en distintas zonas productivas del país. Lo bueno, reconoció, es que “todavía estamos en carrera”. Eso sí, ya no se puede solucionar el daño que hubo en la uva de mesa, porque el grano se rajó y eso no se corrige, así que esa uva no se pudo vender. Si bien es malo para los afectados, se trata de una porción muymenor del mercado.

Se espera, entonces, que no llueva en forma abundante. “No pedimos que no llueva más durante estas semanas, puede haber alguna lluvia, pero no la podemos soportar en la cantidad que hubo en las primeras semanas de enero. Si vuelve a suceder prácticamente en toda una semana de corrido ahora sí sería muy grave y habría daños irreversibles”, reconoció.

José Lez, presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura (Inavi), admitió a El Observador que este tema generó una lógica preocupación y, por lo tanto, tiene a todos los actores del sector muy atentos, pero coincidió en que “todavía estamos en condiciones que permiten esperar una buena vendimia, en estos días mejoraron las cosas, hubo varios días favorables y eso permite tener otra perspectiva que la que había a mediados de mes”.

De ahora en más, añadió, “ojalá tengamos una mayor estabilidad en el estado del tiempo, no precisamos que deje de llover, no precisamos una seca del 100%, pero sí que la lluvia dé un respiro, que si llueve sea en registros razonables y no algo descomunal y que se vayan terminando los procesos en los viñedos y se pueda concretar una buena cosecha”.
Además de que no haya lluvias excesivas, Imperiale añadió que se precisan días con alta temperatura y soleados, porque la secuencia de días nublados incide en una maduración no adecuada.

Lez añadió que “lo que está más en juego ahora, no por nosotros sino por el estado del tiempo, es el tema de la calidad”.

También comentó que los enólogos desarrollan durante estos días una intensa actividad, monitoreando los viñedos constantemente y que se están cosechando ya sin problemas algunas variedades destinadas a elaborar los primeros vinos que se elaboran, que son los espumosos.

Imperiale, por su parte, anunció qu edentro de unos 20 días tendría que estar activándose la cosecha de las variedades blancas, Chardonnay y Sauvignon Blanc. Luego, desde el 20 de febrero, las tintas arrancando con la Moscatel, para dar paso  la cosecha del resto ya en marzo.

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Juan Samuelle

 

Se puede lograr una producción similar
Si no se reanudan las adversidades relacionadas con el estado del tiempo y todo evoluciona favorablemente en los viñedos, en esta nueva vendimia se podrá obtener una cosecha similar en kilos a la que se concretó el año pasado, por ende también sería el mismo el volumen de la vinificación, destacó José Lez.

Juan Samuelle

 
El potencial de los viñedos está intacto
“El viticultor que hizo bien los trabajos en su viñedo, trabajos que implicaron por temas climáticos un incremento en los costos, en el uso de personal y en otros aspectos, pese a las adversidades del clima aún tiene el viñedo con condiciones de expresar todo su potencial, siempre que el clima se normalice”, reflexionó a El Observador el ingeniero agrónomo Néstor Merino, asesor técnico del Grupo CREA de Viticultores Julio Omar Borsani.
Tras citar que hubo una primavera y un inicio de verano muy lluviosos, con niveles de luminosidad y temperatura por debajo de lo adecuado, explicó que eso estableció una fuerte presión de enfermedades a nivel foliar, generando para el viticultor la necesidad de ser muy eficaz en los manejos del viñedo y los tratamientos sanitarios, existiendo también una necesidad de mayor esfuerzo a la hora de controlar las malezas.
Por lo tanto, hubo que realizar en ese sentido mayores inversiones este año que las que se debieron desarrollar en años anteriores. “Hubo evidentemente un aumento de costos ligado al proceso de producción porque se debieron realizar muchos más trabajos en el viñedo”, dijo.
Agregó que la mayoría de los viticultores pudo contemplar bien eso y tienen un nivel sanitario de aceptable a bueno, existiendo ahora el interrogante de cómo incidirá el clima en las próximas semanas.
“Si el clima vuelve a ser normal, el potencial de producir buena calidad de uva y buenos vinos todavía está, pero si el clima vuelve a ser lluvioso, con períodos de mucha lluvia como a inicios de enero, ahí estaríamos comprometidos, porque ahora la uva en la generalidad de las variedades inician el proceso de madurez y comienzan a estar muy sensibles a las enfermedades, sobre todo a las podredumbres”, explicó.

 

Juan Samuelle

 

La números de la vendimia de 2018
900 viticultores participaron
170 vitivinicultores –productores de uva y a la vez bodegueros– participaron
6.550 hectáreas es el área nacional de viñedos en producción
104.932.454 de kilos de uva se cosecharon
102.662.855 de kilos se vinificaron
75.117.702 litros de vino se elaboraron
Fuente: Instituto Nacional de Vitivinicultura
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