Ni siquiera la remontada del pasado martes frente a Aston Villa (perdía 2-0 y ganó 3-2) liberó a Manchester United, un equipo sin alma ni autoestima, tan miedoso como contemplativo en su visita al Nottingham Forest, del que salió derrotado por su rival y por sí mismo, de nuevo por su fragilidad defensiva, pero, sobre todo, por su falta de ambición (2-1).
El técnico Erik ten Hag volvió a dejar al uruguayo Facundo Pellistri sentado en el banco de suplentes. En lo que va de la actual Premier League, Pellistri participó en 9 partidos (solo uno como titular), sumando 202 minutos en cancha.
No expresa todas sus condiciones. Se refugia, aguarda, temeroso, qué puede hacer su rival, que lo doblegó sin hacer tampoco nada del otro mundo, pero sí suficiente, sí con merecimiento, para crear más adeptos al nuevo proyecto de Nuno Espírito Santo, cuyos resultados son irrebatibles: dos triunfos en tres jornadas. Ha ganado a Newcastle y United.
Otra acción defensiva atroz del United, al que ya no le quedó otra que atacar de vez en cuando. En un saque de esquina de Bruno Fernandes, el remate acrobático y picado de Garnacho se fue arriba. Una señal de vida del equipo de Ten Hag, que resurgió de un error rival, de la salida de balón del portero Matt Turner, pero también con un cambio de actitud.
El mejor ejemplo es cómo se lanzó a por todo Garnacho para recuperar ese balón, cómo se lo apropió, se levantó y sirvió a Marcus Rashford, cuyo remate, tan sencillo, raso, al otro lado, fue lo mejor que hizo en todo el encuentro. Está irreconocible. La comparación con la pasada temporada lo describe con nitidez: 3 goles este curso, 13 el pasado a estas alturas.
No le bastó al United, que se desmoronó después. Tampoco tiene suerte. La jugada en la que se sintió más cerca del 1-2, con un tiro de Eriksen que repelió Turner, también fue la acción del 2-1 para el Nottingham Forest: la intervención del guardameta activó el contragolpe que terminó en el otro área con el remate solitario y decisivo de Gibbs-White.
Aún rozó el 2-2, en una volea de Bruno Fernandes que rebotó en Murillo y que despejó Turner con más que apuros, ya en el minuto 93. También con un remate final de Eriksen. El único momento en el que el United demostró la ambición que debería. Sin ella, es un equipo sin alma. Menor. El séptimo de la clasificación, con sólo 31 de los 60 puntos disputados, a nueve de la Liga de Campeones, a once del liderato, con un partido más.
EFE
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