Advierten por falta de cupos en escuelas de tiempo extendido de la costa este.

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Escuelas de horario extendido: le quitaron pie a los colegios privados, dan trabajo a madres, pero avanzan “demasiado lento”

La ANEP, de ahora y de antes, no logra satisfacer la demanda de escuelas de más tiempo pedagógico e incumple las metas trazadas
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31 de julio de 2023 a las 05:03

“Es extraña la poca cantidad de escuelas de tiempo completo que tiene Uruguay para el tamaño de su población y el nivel de ingresos del país”. El director de Desarrollo Humano para América Latina del Banco Mundial, Jaime Saavedra, pronunció estas palabras esta semana en una entrevista con El Observador. Y en lugar de generar molestias entre las autoridades educativas —las de ahora y las de antes—, encontró un sentimiento unánime: el experto tiene razón.

Porque desde mediados de la década de 1990 que Uruguay intenta, poco a poco, que las escuelas de un solo turno sean la excepción y no la regla. Así lo fueron entendiendo los sucesivos gobiernos y, pese a que se transformó en una política de Estado y tuvo impulso hace una década que le quitó terreno a los colegios privados, las administraciones nunca pudieron cumplir la meta que se fijaron.

La actual ANEP se había propuesto que casi la cuarta parte de los niños más pobres (quintiles 1 y 2) estuviesen matriculados en centros de tiempo pedagógico extendido. Pero lo está solo el 22,9%. Y es poco probable que se alcance al 40% prometido para el final del período, al menos si se cuentan las opciones de extensión vigentes.

Sucede que Primaria busca incorporar otras modalidades —como la híbrida que supone estudiar a distancia en el contraturno o algunos días de clases de deporte— como mecanismo de paliar esta deficiencia de escuelas de doble turno.

Tampoco había alcanzado su meta la gestión anterior, la que acabó con el 21% de niños inscriptos en tiempo pedagógico extendido cuando la meta suponía superar el 22%.

De hecho, el exconsejero de Primaria Héctor Florit había dicho: las escuelas públicas "salieron a competir con buenas alternativas". Refiere a que la incorporación de inglés, extensión de artes y deporte, y sobre todo el tiempo pedagógico le implicó a los privados una pérdida de alumnado mayor que en las épocas de crisis económica.

En el siguiente gráfico se observa cómo a mediados de la década pasada empieza a decrecer el porcentaje de niños que asisten a escuelas privadas (siempre en comparación al público), a la vez que aumenta el porcentaje de niños de sectores medios inscriptos en escuelas de tiempo completo o extendido públicas.

La entonces presidenta de la Asociación de Institutos de Educación Privada, Zózima González, había reconocido que el crecimiento (lento, pero crecimiento al fin) de las escuelas públicas de más tiempo "hizo caer la matrícula de algunos institutos privados".

Pero la caída de nacimientos que atraviesa Uruguay, y la crisis económica que supuso el contexto de la pandemia del covid-19, hicieron que la preocupación de los colegios privados estuviese menos focalizada en aquellos aspectos en que la escuela pública le supone una competencia.

En cambio, para el sistema público la extensión del tiempo pedagógico pasó a ser una necesidad imperante —de hecho, esa misma caída de nacimientos refleja la necesidad de que aquellas mujeres que deciden ser madres tengan dónde dejar a sus hijos mientras salen a trabajar—. Florit lo había definido así: "La escuela pública accede a lugares a los que hay muy poca oferta de servicios públicos y, en ese sentido, es necesario universalizar el derecho de los padres de que sus hijos encuentren un cupo en los centros de tiempo extendido o completo".

La actual Inspección Técnica de Primaria reconoce que la oferta de escuelas de tiempo pedagógico extendido es insuficiente, en especial en Montevideo. En 2018, por ejemplo, uno de cada seis niños se quedó sin cupo para ingresar a la escuela de tiempo completo que sus padres habían elegido. Y ahora hay una notoria falencia en la zona céntrica de la capital y la costa este.

La escuela Brasil, ubicada en la avenida homónima, y la Noruega (en Miguel Barreiro) son de las pocas opciones que encuentran los padres en un radio que vas desde Punta Carretas hasta Punta Gorda. En Buceo, por ejemplo, “hace años” existe el reclamo de las familias, muchas de ellas compuestas por padres profesionales, que buscan una alternativa pública de doble turno y no dan con esa oferta.

¿Por qué una escuela de doble turno?

Más tiempo en clase no supone, por decantación, mejores resultados educativos. Pero en el Uruguay en que la exposición del niño al aula suele ser baja en comparación a países como Japón o Israel, la escuela de tiempo completo demostró tener un efecto positivo en el desempeño de los escolares en Matemática (no tanto en lengua). Así lo constata un informe que el Banco Mundial le presentó este año al gobierno de Ecuador, país que busca fortalecer esta política pública.

Pero más que los desempeños, dice el informe al que accedió El Observador, la escuela de más tiempo supone más participación de la mujer en el mercado laboral. ¿Por qué? Sobre ellas recae en buena manera el cuidado del niño cuando no está en la escuela. La extensión de la jornada escolar —como había pasado con la expansión de la oferta de educación inicial— les permite encontrar una tarea de más tiempo y mejor paga.

“Empezaba algo y a mitad de camino lo tenía que dejar porque mis nenes quedaban solos. Hace dos semanas renuncie a un trabajo porque no tenía con quien dejar a mi hija. Y encima cuando la escuela no funciona todos los día a mí me afecta un montón”, relataba una usuario del Mides a la investigadora María Daniela Alves para su tesis de maestría en Sociología publicada este año.

En esa línea, el economista Ignacio Gadola constató que las becas de inclusión socioeducativas (más conocidas por su sigla BIS y que implican los cuidados en primera infancia) tenían un impacto positivo en la salida al mercado laboral de las mujeres adultas del hogar del niño.

Y a la vez implicaban una mejora en la asistencia al liceo de las mujeres adolescentes de esos mismos hogares, bajo el supuesto de que a veces una hermana o una prima tienen que quedarse cuidado al familiar más pequeño.

Un reciente estudio en Brasil comprobó lo mismo: los abuelos y hermanos son de los más beneficiados cuando se extiende la oferta pública de jardines y de jornadas educativas más completas.

Por eso no es extraño que en el Uruguay en que las mujeres son penalizadas por ser madres, y en el que advirtió el sociólogo Fernando Filgueira se puede llegar a una “huelga de vientres” por la falta de extensión de los cuidados y servicios, la ampliación del tiempo pedagógico será parte de las promesas de campaña de la elección que se avecina.

El Frente Amplio insiste en dos líneas programáticas: “aumentar los centros educativos con extensión del tiempo pedagógico”. Y la coalición de gobierno, en especial el Partido Colorado que había sido su promotor con los liceos modelo, propondrá más centros María Espínola que suponen doble horario para los adolescentes.

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