Estudiar y trabajar durante el bachillerato: la propuesta de formación dual impulsada por empresarios en Uruguay

De origen alemán, el sistema vincula a instituciones educativas con empresas, para ayudar a los jóvenes a insertase laboralmente y a las empresas a cubrir sus necesidades

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23 de febrero de 2021 a las 17:17

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La formación dual es un sistema de origen alemán que combina el trayecto educativo con la práctica empresarial, pero más que en un esquema de pasantías, como puede darse a nivel terciario, se enmarca en uno donde prima la formación de los estudiantes más jóvenes.

Impulsada por varias instituciones educativas privadas y por algunas cámaras empresariales, como la de Comercio e Industria Uruguayo-Alemana y la de Comercio Suizo-Uruguaya, la formación dual se presenta como una posible opción para generar un cambio dentro del sistema educativo nacional.

“Es un modelo complejo que se basa en ‘aprender haciendo’, partiendo de la colaboración, coordinación y el involucramiento de los actores. (…) Se busca adecuar la oferta educativa a las necesidades laborales de las empresas, hecho fundamental para que estas sean competitivas en un mercado globalizado”, explican en la web de la Cámara Uruguayo-Alemana, una de las grandes impulsoras del modelo en Uruguay.

Según José Lestido, empresario y miembro de la directiva de la Cámara, hubo un intento de implementación del sistema en la década de 1990 entre el colegio Alemán y la organización, pero la legislación no estaba adecuada para hacer las pasantías remuneradas. En las elecciones de 2014 la Cámara retomó el proyecto y presentó el sistema a todos los candidatos, quienes mostraron interés en apoyar la iniciativa. En abril de 2015, a poco de asumir el segundo gobierno de Tabaré Vázquez, se firmó un primer convenio con el Ministerio de Educación y Cultura para desarrollar la formación dual.

“Hemos avanzado mucho, se adecuó la legislación laboral para poder contemplar la formación dual y se adecuó la ley de empleo juvenil en noviembre de 2018. Las primeras experiencias que se hicieron fueron en la órbita de INEFOP y ahora con las nuevas autoridades estamos trabajando para incorporar el sistema de formación dual en UTU”, dijo Lestido a El Observador.

En ese sentido, desde la Cámara ya han mantenido reuniones con autoridades como el ministro de Educación y Cultura Pablo da Silveira, el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres, el presidente de ANEP Robert Silva, el director general de UTU Juan Pereyra e, incluso, con el presidente de la República, “y todos están alineados en apoyar el sistema”.

El próximo viernes 26 de febrero la Cámara tendrá una segunda reunión con UTU, “para poder darle forma a esto en el correr del 2021 y tener cursos de UTU en 2022. Esto es un paradigma nuevo en la educación de Uruguay, parte de la formación de los estudiantes va a transcurrir en una empresa”.

Según Lestido, el interés en este proyecto tiene que ver con la mejora de la productividad para todas las empresas, pero además con su importante efecto social.

Ánima, innovación con componentes de formación dual

Ánima es un bachillerato tecnológico en Administración y Tecnología de la Información y Comunicación (TIC) de gestión privada y acceso gratuito, que surgió desde cero en 2016 bajo una modalidad de formación dual y que cuenta actualmente con 83 empresas formadoras. Creada por un grupo de profesionales de diferentes áreas pero con una vocación social fuerte, en Ánima buscan “contribuir con la educación del país a través de una oferta de formación técnica profesional, dirigida a jóvenes que viven en situación de vulnerabilidad social, y para ello contamos con una estrategia educativa innovadora que toma varios componentes del Sistema de Formación Dual”, según citan en su web.

Ximena Sommer es una de las fundadoras y directora ejecutiva de la institución, para ella, “lo más profundo de la formación dual es que reconoce al trabajo como un espacio de aprendizaje. ¿Quién no sintió que efectivamente aprendió cuando empezó a trabajar? ¿Por qué diferir el momento de aplicar los conocimientos a cuando terminás el bachillerato, cuando en realidad los hechos nos están diciendo que los gurises no lo terminan? Se aburren antes, no le ven el sentido. Desde esa vocación social visualizamos que esta modalidad tenía un gran impacto por todos lados”.

El sistema dual ayuda a ampliar las redes de contacto de los jóvenes, los motiva a continuar estudiando y los ayuda a insertarse laboralmente.

“Este es nuestro sexto año y estamos muy contentos porque hemos logrado muy buenos resultados. El año pasado tuvimos una evaluación de la Universidad de Montevideo que reveló que cursar en Ánima aumenta un 120% la probabilidad de los jóvenes de terminar bachillerato”, explicó Sommer y aclaró que esa cifra es en comparación a la situación de jóvenes de similar perfil y nivel socioeconómico que están cursando en UTU.

“La formación dual habilita a que los jóvenes extiendan su capital social y se inserten en empresas donde hay una cultura de continuidad en la educación. Primero, ellos vivencian que pueden trabajar y estudiar al mismo tiempo, eso les da motivación y seguridad y, a su vez, ven que en la empresa la gente después de trabajar se van a facultad, que hay un hábito de formación online, entonces, se da un efecto contagio que hace que muchísimos jóvenes sigan estudiando”.

Según Sommer, el 70% de los egresados de Ánima aproximadamente sigue carreras universitarias o terciarias y el 80% consigue trabajo formal. “Muchas empresas contratan a los propios jóvenes que formó”, agrega.

Ese es el caso de Onetree, empresa dedicada al diseño y desarrollo de software, que se sumó a la propuesta de Ánima desde el comienzo.

Desde 2017 a la fecha, la empresa formó a tres estudiantes en el área de Desarrollo, contrató a dos de ellos y luego sumó a dos egresados más de Ánima para las áreas de Administración y de Infraestructura y Soporte Interno.

Para Carlos Acle, CEO de Onetree, “un aprendizaje que nos quedó fue cómo hacer un plan de formación y de inducción mucho más profundo, detallado que después eso lo pudimos aplicar en otros ingresos que no eran de Ánima. Tener a una persona de 16 o 17 años nos obligó a definir aspectos en el proceso de inducción que no los teníamos definidos”.

Las empresas participantes deben asignar tutores que hagan el acompañamiento, seguimiento y evaluación de los jóvenes. “Creo que es un ganar-ganar para todos, tanto para los aprendices de Ánima como para las empresas y también para las personas de las empresas que están vinculadas en el proceso”.

Si bien las prácticas formativas son remuneradas y con un contrato a término, desde la institución le dejan claro a las empresas que no son pasantías y que los jóvenes no están en la empresa para cubrir un puesto de trabajo, sino para formarse.

Dice Sommer: “Son jóvenes con muchas capacidades y/o con muchas ganas de aprender y lo que necesitan es que se generen esas oportunidades”.

Para la directora de Ánima, el modelo dual es replicable pero no universalizable: “partimos de la base de que no hay un único modelo para todos, porque hay jóvenes que solo quieren estudiar en el bachillerato o que no quieren hacer formación técnica o formar parte de una propuesta a tiempo completo. Pero que no sea universalizable, no quiere decir que no sea replicable”.

Si bien el ejemplo a seguir es Alemania, donde hay 350 carreras bajo este formato de formación dual, para Lestido hay que hacer experiencias y consolidarlas, antes de abrir un abanico de opciones. “Acá por ahora hay tres (Adminstración, TIC y Gastronomía) y la idea es seguir incorporando, pero también ir incorporando a demanda del sector empresarial. Ahora en concreto estamos preparando una currícula para la parte de logística y ventas minoristas, que fue una solicitud del sector empresarial”.

En Alemania el sistema funciona a través de las Cámaras Empresariales, “las empresas presentan sus plazas y los estudiantes su postulación y la coordinación la hacen las Cámaras. Acá la realidad es que las propias instituciones educativas son las que hacen la gestión con las empresas”, agrega Lestido.

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