Camilo dos Santos

Fernando Pereira, entre ser algo más que Brovetto y que no lo vean como Vázquez

La figura del presidente del FA siempre ha sido relevante como amalgama, como factor sintetizador y de articulación

Tiempo de lectura: -'

03 de septiembre de 2021 a las 13:26

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 3 45 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 3 45 / mes

En las últimas semanas el Frente Amplio parece haberse encaminado a una solución sobre las candidaturas para presidir la fuerza política más acorde a su historia y sus necesidades que la estrategia que había usado en los últimos años. En la newsletter EnClave de hoy te voy a hablar por qué ese puesto es tan importante en la coalición de izquierda y por qué el actual presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira, cumple con muchas de las características que todos destacaban de Jorge Brovetto pero corre riesgo de ser percibido como Tabaré Vázquez.

 

Por qué la presidencia es tan importante para el FA

La figura del presidente del FA siempre ha sido relevante como amalgama, como factor sintetizador y de articulación. Y en los momentos en que eso no funcionó, se notó mucho y la coalición lo sufrió.

Líber Seregni: 1971 a 1994 y Tabaré Vázquez: 1996 a 1998 y 1999 a 2004

Jorge Brovetto: 2004 a 2012

Diego Martínez
Mónica Xavier: 2012 a 2015

Camilo dos Santos
Javier Miranda: 2016 a 2021

Los primeros dos presidentes de la coalición no solo eran eso: también eran los líderes políticos de su tiempo para la izquierda. Y si bien en ambos casos tuvieron resistencias internas y problemas –no hay quien no los tenga– la aceptación y el peso político que cargaban sobre sus espaldas les permitían dirigir al FA con altos grados de aceptación.

La siguiente etapa, ya desde el gobierno, implicó un cambio en la función. Si bien en su momento el rol de Jorge Brovetto desde la presidencia también tuvo cuestionamientos, visto a la distancia todos coinciden que fue un buen articulador y que cumplió una muy buena función para mantener el principal valor que destacan los frenteamplistas: la unidad.

No era fácil mantenerla en el gobierno, donde las luchas internas entre los sectores del Frente Amplio muchas veces son sangrientas. Durante los 15 años de gestión eso se vio. En varias oportunidades parecía que la sangre llegaba al río, pero mantener la unidad siempre fue un bien supremo y para eso se necesita un presidente que sepa y pueda articular.

¿Cuáles fueron las características principales de Brovetto para ese objetivo? La equidistancia, la independencia y la credibilidad. Todos sabían que –si bien era extremadamente cercano al presidente Vázquez– no era un presidente que jugaba a favor de unos y en contra de otros.

Si bien los presidentes que lo suplieron siempre trataron de cuidar eso, luego de Brovetto hubo algo que cambió absolutamente la lógica: elegir al presidente en elecciones abiertas. Hasta ese momento, la elección siempre fue realizada por el Plenario Nacional del FA o el Congreso. Es decir, los dirigentes entre cuatro paredes.

Si uno lo mira desde la lógica democrática no puede haber mejor decisión que elegirlo en elecciones abiertas a todos sus afiliados. Además otro de los objetivos, no cumplidos, era movilizar a la militancia. Esas elecciones internas del FA siempre se hicieron para renovar su Plenario Nacional, el mayor órgano de conducción política de la coalición entre los congresos. La paradoja es que en cuanto se le agregaron las elecciones para la presidencia, la participación bajó. En 2012 votaron 170.770 adherentes –52.025 menos que cuatro años antes– y en 2016 participaron 94.183 afiliados –una caída de 76.587 respecto a 2012–.

Hay una condicionante para la elección presidencial abierta: cómo se plantean esos comicios y, sobre todo, quiénes son los candidatos y qué intenciones tienen quienes lo respaldan.

En las dos oportunidades que el FA fue por ese camino, las elecciones se transformaron en una lucha interna de los sectores por imponer un presidente afín a sus intereses.

Los candidatos a la presidencia del FA de 2012, cuando fueron a pedirle a Vázquez que volviera a la política

Candidatos de 2012

●    Mónica Xavier (Partido Socialista, aliada en ese entonces al Frente Líber Seregni liderado por Astori) 36%
●    Ernesto Agazzi (candidato del MPP) 19,3%
●    Enrique Rubio (Vertiente Artiguista, con apoyo de Sendic y otros grupos chicos) 15,4%
●    Juan Castillo (Partido Comunista) 13,1%

 

Los candidatos a la presidencia del FA en 2016

Candidatos de 2016

●    Javier Miranda (presentado por el Frente Líber Seregni y el Partido Socialista) 32%
●    Alejandro Sánchez, (MPP con apoyo de la Lista 711 y otros sectores) 25,7%
●    Roberto Conde (apoyado por el Partido Comunista y el PVP) 21,2% 
●    José Bayardi (Vertiente Artiguista) 5,7%

 

De la lógica de una presidencia que representaba el liderazgo indiscutido partidario, a otra que tenía como factor común mantener la unidad, se pasó, sin quererlo, a una impuesta por en el ala mayoritaria.

Y tanto Xavier como Miranda sufrieron esa realidad. Porque si bien luego desde la presidencia intentaron asumir una posición ecuánime y equidistante, era difícil que el resto –los derrotados– lo vieran así.

A Xavier, por ejemplo, le impusieron que debía optar entre su banca en el Senado y la presidencia del FA. Y esa solo fue una factura política interna.

Miranda surfeó el peor período de la historia del FA. La desmovilización, la derrota electoral y la pérdida total de la articulación política para enfrentar al gobierno de Luis Lacalle Pou. Todo eso en medio de una transición generacional dolorosa.

Y así llega la izquierda a esta nueva elección, en la que aún se enfrenta a un desafío: encontrar un candidato que genere confianza en todos o volver a una disputa electoral.

El factor Fernando Pereira

Diego Battiste
Fernando Pereira ha sido un gran articulador en el PIT-CNT

Durante meses parecía que el FA había logrado aprender la lección de cómo la competencia interna entre los diferentes sectores por imponer un candidato con su visión lo único que hacía era perjudicar a toda la coalición. Y por eso se encaminaba a elegir a Marcos Carámbula.

El exintendente de Canelones parecía cumplir con esas características principales de Brovetto pero le aportaba una pizca política incluso más atractiva. Aún así Carámbula no lograba unanimidades. Hubo quienes plantearon construir una candidatura alternativa, algo que a él no lo convencía porque no quería entrar en una disputa electoral. Luego hubo quienes dudaban si, por su cercanía personal y política con Yamandú Orsi, tendría la ecuanimidad para encarar el futuro del FA rumbo a las elecciones de 2024.

Carámbula finalmente se bajó por razones de la “biología”. 

A partir de allí la discusión se derivó a otros nombres. Los grupos que impulsaron la candidatura de Carolina Cosse a la Intendencia de Montevideo le propusieron al secretario general del Partido Socialista, Gonzalo Civila, que sea candidato. El IR propuso a su referente Martín Couto –que hoy se bajó de la candidatura–, un grupo de mujeres propuso a Ivonne Passada. Pero el nombre más fuerte que surgió, que al decir de la intendenta Carolina Cosse nace de un “acuerdo de cúpulas”, es el de Fernando Pereira.

El actual presidente del PIT-CNT cumple también con muchísimas de esas características que hoy todos destacan de Brovetto. Si bien tiene un perfil político claro –es dirigente de Articulación, el grupo más moderado de la central sindical y militante de la Vertiente Artiguista en el FA–, es respetado por todos las corrientes políticas y gremiales. Desde el PIT-CNT ya cumplió durante años ese rol de articular y fortalecer la unidad de un movimiento que también tiene fuertes diferencias internas. En ese sentido, te recomiendo este muy buen perfil sobre Pereira que escribió el periodista Agustín Herrero en 2018

Pero Pereira incluso puede ser más que Brovetto. Es mucho más joven, es una figura con proyección, tiene algo de peso político propio. El desafío para que su candidatura y su elección no se vea atentada está en que ese “algo más” no le genere a algunos dirigentes con aspiraciones presidenciales el temor de estar fortaleciendo una figura con más proyección. En definitiva, estar eligiendo a un futuro Vázquez.

 

Soy Gonzalo Ferreira, editor jefe de El Observador. Podés escribirme a este mail por sugerencias y comentarios.
CONTENIDO EXCLUSIVO Member

Esta nota es exclusiva para suscriptores.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

Registrate gratis y seguí navegando.