En 2011 se desarrolló un debate escrito (en inglés) sobre los Estados Unidos de América y el Nuevo Orden Mundial entre dos filósofos políticos contrarios al “globalismo occidental”: el ruso Aleksandr Dugin1 y el católico brasileño Olavo de Carvalho. Dugin ha influido mucho en Vladimir Putin, quien detenta el poder en Rusia desde 1999.
Olavo de Carvalho es el pensador más influyente en el gobierno de Jair Bolsonaro, quien asumió la Presidencia de Brasil en 2019. La cuestión disputada entre Dugin y Olavo fue doble: ¿Cuáles son los principales actores en el escenario político mundial y cuál es la posición de Estados Unidos en ese escenario? Cada autor tuvo cuatro intervenciones: una introducción, dos respuestas a su interlocutor y una conclusión. Las ocho intervenciones están publicadas en internet.
Pienso que Olavo fue mucho más convincente y que refutó varios aspectos esenciales de la postura de Dugin. Este último es un pensador extraño. Fundó el ya desaparecido Partido Nacional Bolchevique, una mezcla de fascismo, comunismo y nacionalismo ruso.
Actualmente propone lo que él llama la “cuarta teoría política”, que pretende superar a las tres teorías políticas de la modernidad: liberalismo, socialismo y fascismo. Además, sostiene el “eurasianismo”, una teoría geopolítica que interpreta gran parte de la historia universal como un conflicto entre potencias marítimas (como Fenicia y Cartago en la Antigüedad y la alianza angloamericana en nuestros días) y potencias terrestres (como Roma en la Antigüedad y Rusia en nuestros días).
Las potencias marítimas o “atlantistas” representarían una visión mercantilista y materialista de la existencia, mientras que las terrestres o eurasiáticas representarían una visión espiritual y tradicionalista. Dugin invita a China y al Islam a unirse a Rusia para luchar contra la “sociedad abierta” de Occidente, que él considera una influencia corruptora.
Por su parte, Olavo afirma que hay cuatro actores principales en el escenario mundial. Uno de ellos (el cristianismo) carece hoy de casi todo poder político, mientras que los otros tres compiten por el predominio global, aunque a veces se alían entre sí. Olavo denomina tentativamente a esos tres actores el proyecto ruso-chino, el proyecto occidental y el proyecto islámico.
“Los agentes que personifican estos proyectos hoy son respectivamente:
Según Olavo, solo el proyecto ruso-chino puede ser concebido en términos estrictamente geopolíticos. En cambio, el proyecto occidental (el más avanzado en la implementación de sus planes de dominio), aunque tiene a las naciones de Occidente como principales bases de operación, es indiferente o contrario a los intereses de esas naciones; y el proyecto islámico busca la instauración de un Califato universal basado en el Corán. Olavo se muestra muy crítico con respecto a esos tres proyectos globalistas.
Termino con unas pocas y breves reflexiones personales:
Recientemente el autor publicó el libro Por el contrario… Aportes para una contracultura cristiana, disponible en Amazon, que reúne sus primeros 44 artículos publicados en El Observador.
1. Perteneciente a la comunidad de los "viejos creyentes", separada de la Iglesia Ortodoxa Rusa desde el siglo XVII.
2. Olavo de Carvalho, USA and the New World Order, Introduction; la traducción es mía.
3. Concilio Vaticano II, Constitución Gaudium et Spes, n. 36.
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