Los libros principales de Charles Darwin fueron El origen de las especies (1859) y El origen del hombre (1871). Darwin, basándose –según él mismo admite– en la doctrina de Malthus, planteó su teoría de la evolución biológica por selección natural en El origen de las especies, y la extendió a la especie humana en El origen del hombre, sosteniendo que esta desciende de una especie de primates.
El darwinismo social, que tuvo su origen principal en la obra del filósofo inglés Herbert Spencer (1820-1903), es otra extensión del darwinismo: la selección natural –o sea, la lucha por la supervivencia del más apto– se daría también dentro de las sociedades humanas. El darwinismo social contribuyó a sustentar las teorías racistas en boga a fines del siglo XIX y fue el principal sustento intelectual del movimiento eugenésico, que buscó mejorar la raza humana por medios análogos a los empleados en la cría de perros o caballos.
Generalmente los darwinistas piensan que el ser humano ha surgido por el mero impulso de la evolución, sin ninguna intervención divina
Charles Darwin expresó algunas ideas racistas y eugenésicas en El origen del hombre. Véanse por ejemplo las siguientes citas (traducidas por mí):
“Entre los salvajes, los débiles, de cuerpo o de mente, son eliminados pronto; y los que sobreviven exhiben comúnmente un estado de salud vigoroso. Por otra parte, las personas civilizadas hacemos el mayor esfuerzo para refrenar el proceso de eliminación. Construimos asilos para los imbéciles, los tullidos y los enfermos; instituimos leyes para proteger a los pobres; y nuestros médicos ejercen su máxima capacidad para salvar la vida de todos hasta el último momento. Hay razones para creer que la vacunación ha preservado a miles de individuos de constitución débil que anteriormente habrían sucumbido a la viruela. Así los miembros débiles de las sociedades civilizadas propagan su linaje. Nadie que se haya ocupado de la cría de animales domésticos dudará que esto tiene que ser muy nocivo para la raza humana”2.
“En algún período futuro, no muy distante al medirlo en siglos, las razas humanas civilizadas casi seguramente exterminarán y reemplazarán a las razas salvajes en todo el mundo. Al mismo tiempo los simios antropomorfos (…) sin duda serán exterminados. La brecha entre el hombre y sus aliados más cercanos será entonces más amplia, porque se interpondrá entre el hombre en un estado más civilizado, como podemos esperar, incluso más que el caucásico, y algún simio tan inferior como un babuino, en lugar de la que existe ahora entre el negro o el australiano y el gorila”3.
Las teorías eugenésicas se difundieron ampliamente durante la primera mitad del siglo XX y gozaron de mucha influencia entre círculos científicos gracias a su conexión con la teoría y la familia de Darwin. Francis Galton, primo y amigo de Darwin, e inspirado en sus ideas, fundó en 1907 la Sociedad Eugenésica británica y fue su primer presidente. Cuatro de los seis hijos varones de Darwin fueron miembros de la Sociedad Eugenésica. Uno de ellos (Leonard Darwin) fue su segundo presidente. Charles Galton Darwin, nieto de Charles Darwin, presidió la Sociedad Eugenésica a mediados del siglo XX. Julian Huxley, nieto de Thomas Huxley (el gran difusor del darwinismo), la presidió de 1959 a 1962. Antes había sido el primer Director General de la Unesco.
Las teorías eugenésicas se difundieron ampliamente durante la primera mitad del siglo XX y gozaron de mucha influencia entre círculos científicos gracias a su conexión con la teoría y la familia de Darwin
El darwinismo social tuvo un gran impacto en Alemania. El historiador estadounidense Richard Weikart ha explorado las raíces darwinistas del nacionalsocialismo en varios de sus libros, mostrando la gran influencia del darwinismo social en muchos de los pensadores alemanes que crearon la atmósfera intelectual en la que el nazismo surgió y prosperó. Para muchos de ellos el progreso evolutivo se convirtió en el bien supremo, que justificaba la dominación o incluso la eliminación de los débiles por parte de los fuertes. Según Weikart, esa "ética evolutiva" modeló casi todas las facetas principales de la política nazi: eugenesia, eutanasia, racismo, expansión demográfica, guerra ofensiva y exterminación racial4.
La conexión entre el darwinismo, por una parte, y el darwinismo social, el racismo y la eugenesia, por otra, no es accidental. Generalmente los darwinistas piensan que el ser humano ha surgido por el mero impulso de la evolución, sin ninguna intervención divina. A partir de esa premisa falsa se llega fácilmente a las siguientes conclusiones:
La negación del carácter excepcional del ser humano conduce al rechazo de la sacralidad de la vida humana, al relativismo moral y a la justificación de la aplicación de la “ley de la selva” en la sociedad.
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá