Gobierno envió y mantiene en Venezuela a diplomática con conexión familiar con el chavismo

La secretaria de primera Verónica Ramírez fue designada para prestar servicios en Caracas con el rango –a efectos protocolares- de consejero, según consta en la resolución del Poder Ejecutivo del 21 de noviembre de 2016. Cuando Ramírez llegó a Venezuela en enero de 2017 ya no había un embajador en esa misión diplomática. De forma interina actuó como encargada de negocios y número uno de esa embajada hasta que el Ejecutivo nombró a José Luis Remedi en octubre de 2018.

Ramírez ingresó al Ministerio de Relaciones Exteriores en mayo 2006 y al poco tiempo pasó a trabajar a la secretaría de Reinaldo Gargano. Su primer destino fue en la embajada uruguaya en Praga que ella misma cerró por resolución de la cancillería de Almagro en 2013.

Fue en esos años en la capital checa cuando Ramírez conoció a Víctor Julián Hernández León, quien era el embajador de Venezuela en ese país. Pero el romance le generó algunos problemas a la diplomática uruguaya, quien comenzó a frecuentar eventos –en calidad de pareja de Hernández- a los que estaba invitada su superior, la embajadora Diana Espino.

Esa situación infrecuente y que la embajadora vivía con incomodidad, sumado a la denuncia de que Ramírez estaba viviendo en la residencia del embajador de Venezuela en Praga ameritó una investigación administrativa que la Cancillería solicitó a Daniel Rognoni. El funcionario –que en la actualidad cumple funciones en Buenos Aires- estuvo en Praga entre el 11 y el 17 de setiembre de 2011.

En su informe detalló que Ramírez no podía cumplir funciones en Praga a raíz de la situación que estaba planteada y que se tendría que haber trasladado a un lugar cercano. En cuanto al lugar donde vivía, el informe concluyó que la funcionaria tenía su casa montada y que aportó pruebas suficientes de estar viviendo allí.  Sin embargo, a pesar del informe la situación permaneció incambiada.

Luego de cerrar la embajada en Praga, Ramírez volvió a Montevideo en 2014 y pasó a trabajar en la Dirección Regional de Europa. Al poco tiempo llegó Hernández y se casaron el 2 de junio de 2016.

En un momento en el que pocos integrantes del Servicio Exterior manifestaban preferencia por ir a Caracas fue que Ramírez supo que ese sería su próximo destino en la carrera, una decisión de la Cancillería que violaba lo dispuesto en el artículo 48 del Estatuto del Funcionario del Servicio Exterior.

“Los funcionarios del Servicio Exterior casados, cuyos cónyuges fueran extranjeros, sean éstos o no ciudadanos legales de la República, no podrán tener destino en los países de nacimiento o de la nacionalidad de origen o adquirida, de los mismos”, establece la norma. “El Poder Ejecutivo, por motivos de interés público, podrá exceptuar a un funcionario de la prohibición establecida en el inciso anterior”, agrega.

Según supo El Observador, en este caso no hubo ningún motivo de “interés público” que ameritara que Ramírez fuera a ese lugar. Varias fuentes consultadas manifestaron que este no es el primer caso en el que se incumple con esta disposición y que en algunos casos la Cancillería hace la vista gorda para ponderar la situación personal de los funcionarios. Sin embargo, lo que resultaba sorpresivo es que se hubiera optado por un destino en el que la funcionaria tenía familia política que estaba enlazada con el gobierno venezolano.

Allegados a Ramírez dijeron a El Observador que la diplomática no quería ir a Venezuela pero que fue la única posibilidad de salir con destino que le presentó la administración. “Era Venezuela o quedarse en Montevideo”, dijo uno de los informantes. De hecho, Ramírez esperaba ir a abrir el nuevo consulado de Uruguay en Cantón (China) en función de que había trabajado para persuadir al gobierno sobre la necesidad de la apertura de esa sede diplomática.

Nuera de leona

Hernández es hijo de una de las mujeres más emblemáticas de la izquierda venezolana, muy ponderada por Hugo Chávez, Nicolás Maduro y Diosdado Cabello.

María de Lourdes León Gibory fue una de las propulsoras del Partido Socialista Unido de Venezuela y en la actualidad es integrante de la Asamblea Nacional Constituyente, instalada por el madurismo para reemplazar a la Asamblea Nacional. Antes militó durante 50 años en el Partido Comunista de Venezuela y tiene toda una trayectoria como guerrillera: perteneció a las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional –también conocido como la Resistencia Popular Armada-. Fue la primer ministra del Poder Popular para la Mujeres y la Igualdad de Género de Chávez, con quien estuvo muy cerca cuando llegó al poder, a tal punto que le llaman "la leona de Chávez".

León fue condecorada por el presidente Nicolás Maduro en mayo de 2016 con la Orden de los Libertadores en su Primera Clase, la máxima distinción de Venezuela, en un acto multitudinario en contra de la violencia de género.  En marzo de 2017 con una réplica sable del general Rafael Urdaneta por dar “la batalla por los derechos de las mujeres y el socialismo”.

En octubre de 2014 había sido Tareck El Aissami, por entonces gobernador del Estado de Aragua, quien otorgó a León con la máxima distinción de su gobernación. El Aissami, quien es vinculado con la organización terrorista Hezbollah, fue vicepresidente de Venezuela y ha ocupado múltiples cargos ministeriales.

Ramírez manifestó orgullo por el hecho de que León sea la abuela de su hija el 14 de enero de 2012 en Twitter, un día después que León –por entonces diputada en la Asamblea Nacional- pidiera una sanción para la parlamentaria opositora, María Corina Machado, quien había acusado de “ladrón” a Hugo Chávez en cadena nacional.

En la red social se vuelve evidente las simpatías de la diplomática uruguaya con el chavismo, con tuits que aplauden discursos de Chávez.

Allí aparecen posteadas sus apariciones en programas de la televisión oficialista. “Queremos agradecer las cálidas, fervorosas e integracionistas palabras de la encargada de negocios, Verónica Ramírez”, dijo la presentadora de La librería mediática, un programa que se emitió el 30 de setiembre de 2017 en Venezolana de Televisión.  

Dos fuentes de cancillería que leyeron los informes políticos que enviaba al ministerio dijeron a El Observador que en ellos se vislumbraba su mirada condescendiente con el régimen. Desde la llegada de Remedi a Caracas, Ramírez ya no se encarga de los asuntos políticos.

Sin embargo, fuentes cercanas a Ramírez resaltaron que le tocó trabajar en una difícil situación y señalaron que durante el año y diez meses que la diplomática tuvo la embajada a su cargo no recibió quejas ni del gobierno venezolano ni del uruguayo. También destacaron que no fue “ni beneficiada ni perjudicada” por quien era su suegra y que ha mantenidos más contacto con la oposición que con el oficialismo.

Fuentes diplomáticas dijeron que el actual gabinete de Nin Novoa –que no es el mismo que tomó la decisión en el inicio del periodo- ha cuestionado la conveniencia de esa determinación. Pero la diplomática se organizó y preparó para un destino de cinco años y apenas van dos.

Estando en Venezuela, Ramírez y Hernández se separaron pero siguen casados.