Diego Battiste

Hacer los deberes paga: el manejo de la deuda pública

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25 de junio de 2020 a las 15:47

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 Esta semana nuevamente Uruguay volvió a salir bien parado y airoso en una nueva emisión de deuda en los mercados internacionales por US$ 1.500 millones, más una operación de recompra de otros papeles en circulación por otros US$ 500 millones. (Por suerte) no es la primera vez que ocurre en los últimos 18 años tras la debacle del 2002 pero no por ello deja de ser una noticia relevante que deba valorarse cuando miramos, por emplo, al otro lado del charco con un vecino sin recursos y tambaleando por la pandemia en medio de una aguda crisis económica y extendiendo por quinta vez su plazo para renegociar su deuda externa.

El manejo profesional de la deuda pública -que comenzó a gestarse tras la crisis de 2002- es uno de temas que recoge el consenso de todo el sistema político. Muy pocos ponen en duda o salen a cuestionar que el país salga a pedir prestado en los mercados internacionales o si estuvo bien apostar a tal o cual moneda o plazo. En definitiva, buena parte de esos recursos se destinan a políticas públicas del propio Estado como educación,salud o infraestructura. Sí por supuesto hay diferencias en lo que lleva a eso o su magnitud pero eso es harina de otro costal. ¿Por qué es tan importante que Uruguay conserve ese activo¿ De eso irá esta entrega semanal de Rincón y Misiones.

Cuando las papas queman y hay dónde echar mano

Al gobierno de Luis Lacalle la pandemia del coronavirus prácticamente no lo dejó acomodarse en la silla. A los 13 días de asumir se vio obligado a decretar la emergencia sanitaria y una serie de medidas de distanciamiento social que provocaron un marcado enfriamiento de la economía, que este mes se confirmó ya estaba en recesión por ese entonces.  Para el Estado, el efecto es doble porque pega por el lado ingresos (cae la recaudación de impuestos) y también sobre los egresos porque se disparan los recursos que se destinan a planes sociales como los seguros de paro o enfermedad, entre otros.

Aunque el equipo económico asumió con un rojo de las cuentas públicas del 5% del PIB, también había plata disponible para este teléfono rojo que uno no sabe cuándo debe levantarse. Y ese dinero eran las líneas de créditos contingentes de libre disponibilidad por unos US$ 2.200 millones que el gobierno anterior del Frente Amplio había acordado con organismos multilaterales de créditos (BID, CAF, Banco Mundial, Fonplata). 

En medio de la debacle y el nerviosismo de los mercados, salir a buscar financiamiento en el exterior en ese marzo seguro hubiese sido bastante más costoso que en la actualidad. Fue así que el equipo económico liderado por Azucena Arbeleche decidió apelar a unos US$ 1.500 millones de esas líneas de créditos contingentes para hacer frente a las necesidades de gasto que tenía el gobierno y también para cumplir con los pagos de intereses y amortizaciones de la deuda pública. A medida que transcurrieron las semanas y volvió algo de calma a los mercados, emergentes de la región como Perú, Chile, Panamá y Paraguay salieron a probar suerte y obtuvieron dinero fresco de los mercados sin mayores dificultades. Por ese entonces, varios analistas locales consideraban que Uruguay debía subirse a ese carro y aprovechar su reputación para recorrer el mismo camino. Sin embargo, la estrategia fue la de esperar un poco más y el resultado de la histórica emisión de este miércoles parece haberle dado la razón a las autoridades. Como te muestro en este gráfico el riesgo país de Uruguay había tocado un pico de casi 400 puntos básicos (4%) a fines de marzo. Tres meses después quedó por debajo de los 200 puntos (2%). 

¿Por qué es importante el riesgo país? Porque en definitiva termina siendo una referencia para ver a qué costo más o menos te van prestar los inversores locales y del exterior en cada salida al mercado. La existencia de un diferencial (spread) entre el rendimiento de los bonos soberanos de un país respecto de EEUU (considerado el país con menor nivel de riesgo en el mundo) es usualmente atribuible a un premio por riesgo de default o incumplimiento de las condiciones de la deuda.

Así fue que en la reapertura del bono global en dólares con vencimiento en 2031 el gobierno colocó este miércoles US$ 400 millones con una spread de 180 puntos básicos (1,8%) sobre los bonos del Tesoro de EEUU, lo que arroja una tasa de 2,48% anual, un mínimo histórico para este tipo de papeles. Es cierto que parte de ese resultado se debe también a un contexto internacional de tasas de interés históricamente bajas y cuyo horizonte en esos parámetros se mantendría por un buen tiempo. Eso no deja de ser una buena noticia para un país como Uruguay que tiene un abultado déficit fiscal. 

“La interpretación más política es que esto es un reconocimiento, de alguna manera a esta situación coyuntural de cómo Uruguay ha gestionado la crisis en este momento", dijo Arbeleche en conferencia de prensa tras la emisión. 

 Lo concreto es que esa nueva deuda externa uruguaya por US$ 1.500 millones -que había que tomar sí o sí-, será a un costo más bajo para las futuras generaciones gracias a ese manejo adecuado del timing para salir a fondearse. Además, Uruguay fue el primer emergente que emitó en su propia moneda (US$ 1.100 millones en UI) tras el covid-19, otro reflejo de la reputación que se ganó el país.

Un proceso que trasciende los gobiernos

Cuando las cuentas no dan hay que pedir prestado. La mayoría de los estados (como el grueso de familias) apelan al endeudamiento para hacer frente a sus gastos de corto, mediano o largo plazo. Como todo, siempre hay un límite y es por ello que Uruguay tiene alguna que otra advertencia de las calificadoras sobre la sostenibilidad de tener un endeudamiento tan abultado. El MEF tiene previsto que el déficit fiscal cierre en el equivalente a 6,7% del PIB este año por los efectos de la pandemia con una caída de la actividad económica del 3%. 
Mientras tanto, es clave construir una imagen y reputación de país serio, que cumple con sus compromisos y honra sus deudas. Para no aburrirte con un raconto histórico de la deuda externa uruguaya, esa ha sido la tónica que ha predominado desde la crisis del 2002, tras una exitosa (y referencia internacional) operación de canje (con quita) que sirvió luego para sentar las bases de un manejo profesional de una puntal clave para el funcionamiento de cualquier gobierno.

Uno de los primeros pasos y lecciones que dejó la última debacle que sufrió Uruguay fue una deuda extremadamente dolarizada, por lo que había que cambiar la pisada. Esa tarea la inició Carlos Steneri en 2005 cuando encabezó la dirección de la flamante Unidad de Gestión de Deuda (UGD) del MEF durante el primer gobierno del Frente Amplio, luego siguió la propia Arbeleche (2011-2014) y en la última etapa fue Herman Kamil (2014-2020). En este gráfico verás cómo ha se logrado en los últimos 15 años estirar el vencimiento de los pasivos así como reducir la exposición en moneda extranjera (básicamente dólares). 

Ese manejo serio de la deuda externa uruguaya llevó a que en 2012 Uruguay volviera a recuperar el grado inversor con las tres grandes calificadoras de riesgo, tras haberlo perdido en 2002. Ese escalafón permite que más inversores pueden calificar para comprar los papeles de la deuda uruguaya. El resultado: la demanda aumenta y el precio (costo) de esos préstamos se reduce. 

De ahí la importancia de que Uruguay logre mantener a salvo el investment grade mientras intenta encauzar su déficit fiscal, porque su trayectoria actual no es sostenible. Otra buena noticia es que -hasta el momento- las calificadoras parecen dar un poco más de tiempo para corregir ese desequilibrio, que más allá de un ajuste ya anunciado para el próximo Presupuesto quinquenal también deberá aprobar una necesaria y urgente reforma de la seguridad social. 

“Ir con plazo a 2040 (por la emisión en UI) después de ver cómo están Brasil y Argentina hoy es una clara muestra de confianza de los mercados. Nos ponen en una bolsa selecta muy distinta de otros países de la región”, me comentó este miércoles el gerente de inversiones Nobilis Gerónimo Nin. Para el ejecutivo el resultado de la última emisión de deuda volvió a ratificar que el país “hace bien las cosas” con el manejo de su deuda pública. El manejo relativamente ordenado y serio de la deuda pública uruguaya es un activo a cuidar y cuya importancia quedó demostrado con la crisis a nivel global y local que está dejando esta pandemia.

La experiencia demuestra que no conviene bajar la guardia y que mantener ese pilar sólido es sin duda un gran amortiguador para enfrentar shocks externos puntuales y agudos como el del covid-19. Ahora será el tiempo de avanzar en otros pilares como atacar una inflación (bastante) lejos de parámetros internacionales o el déficit fiscal, puntos donde los consensos políticos no parecen tan sencillos en lo previo como ocurrió con el manejo de la deuda externa. El tiempo dirá cuándo podrá avanzarse o no en la actual administración de gobierno.

Otras noticias destacadas

El golpe del covid-19 sobre el turismo latinoamericano 

Según las estimaciones de la Organización Mundial del Turismo (OMT), el turismo internacional se contrajo un 97% en abril de 2020, en comparación con el mismo mes del año anterior. En América Latina y el Caribe, se contabilizaron cerca de 1,2 millones de llegadas de turistas internacionales el pasado abril, casi un 88% menos que en 2019. En marzo, el arribo de viajeros en esta región se redujo casi a la mitad, con una caída interanual del 47%.

México es, en particular, uno de los países más afectados por esta paralización del turismo a raíz de la pandemia del SARS-CoV-2. La OMT estima que aproximadamente un 9% del total de bienes y servicios producidos durante un año en la nación azteca provienen del sector turístico.
A pesar de no haber impuesto restricciones a la entrada de vuelos internacionales en lo que va del año, México recibió a alrededor de 11,1 millones de turistas extranjeros entre enero y abril de este año, casi 3,6 millones de arribos menos que los registrados en 2019.

Además...

Soy Ándrés Oyhenard , editor de Economía y Empresas de El Observador. Hasta aquí esta nueva entrega de Rincón y Misiones, la newsletter exclusivo para suscriptores Member de El Observador para entender mejor la realidad económica y los temas que tocan nuestro bolsillo, y contar con mejor información para tomar decisiones.

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