Foto: Leonardo Carreño.

Hay posibilidades de que China “se canse” de esperar a Uruguay para concretar el TLC

El presidente de la Cámara de Comercio Uruguay-China dialogó con El Observador sobre la caída de las exportaciones al país asiático, las oportunidades que debería aprovechar Uruguay para su desarrollo y de la posibilidad de que el tren de otro TLC se escape

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18 de diciembre de 2022 a las 05:00

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Desde la primera vez que el presidente de la Cámara de Comercio Uruguay-China, Gabriel Rozman, pisó China hasta la actualidad pasaron 45 años. Durante ese lapso, cayó la dictadura uruguaya, retornó la democracia, el país vivió su peor crisis financiera, la izquierda llegó al poder por primera vez y los partidos tradicionales la volvieron a desplazar a la oposición en 2020. Pero uno de los asuntos más trascendentes para Rozman fue el vínculo comercial que Uruguay decidió entablar con la República Popular China en 1988, durante el primer mandato de Julio María Sanguinetti, luego de romper con el histórico vínculo de Taiwán.

En este período China también sufrió diferentes cambios. En 1977, Rozman viajó con su esposa y vio “otro mundo totalmente diferente” al que observó en 2019, previo a la pandemia. Desde personas con los mismos buzos azules con la cara de Mao Zedong hasta encontrar los mismos negocios —y a los mismos costos— que están en la Quinta Avenida de Nueva York. 

La apertura comercial de China durante estos años permitió “que su pueblo viva mejor”, explica Rozman, quien en los últimos años —como empresario serial— ha vivido con un ojo en esa región y otro en Uruguay. 

¿Cuán importante es un tratado libre comercio (TLC) entre China y Uruguay?
Es importante porque si obtuviésemos las ventajas de aranceles que tiene Nueva Zelanda, Australia, Costa Rica, Chile o Perú podríamos exportar mucho más de nuestros productos. De todos modos, le exportamos muchísimo a China. Si no es el primer comprador uruguayo, es el segundo seguro. Hay mucho interés en exportar más y se puede exportar más. También depende de cuánto hagamos nosotros, no solo tenemos que pedirles cosas a los chinos para concretar el TLC. 

¿Qué cosas se deben solucionar en Uruguay?
Tenemos que mejorar el dragado del puerto para recibir barcos más grandes. Además, su funcionamiento puede ser más eficiente. Mejorar la llegada de los camiones. Y que no haya paros porque los chinos, si no llega un camión que tenía que llegar por un paro preguntan: ¿Por qué no le pueden decir que no pueden hacer paro? (Y se contesta entre risas:) En este país no se le puede decir a nadie que no puede parar. Tampoco entiendo cómo no tenemos un ferrocarril, que podría abaratar mucho más el traslado de la soja. Por otra parte no entienden algunas dinámicas, como las licitaciones. A ellos le gusta participar en acuerdos cuando son de gobierno chino a gobierno uruguayo.

¿Esa cultura de hacer negocios todavía no se comprende y eso es, en parte, lo que frena un mayor entramado comercial? 
Así es. Los uruguayos no tenemos la suficiente experiencia sobre cómo negociar con los chinos. Porque no hemos negociado cosas grandes, como la comercialización que llevaron adelante con Bolivia y Perú para colocar litio. Gas, en el caso de Argentina. Pero acá no hay nada que negociar. En lo personal, me hubiese gustado negociar acero, carbón o petróleo. Pero no se encontró nada. Pero lo que sí podríamos negociar con ellos es la pesca. A ellos le interesa esa industria. 

Cuando se habla de un TLC, se habla de sectores que ganan y otros que pierden. En un eventual tratado con China: ¿qué sectores salen ganando y cuáles no? 
Hay que identificarlos. Pero, desde mi pensamiento —que no es muy popular a veces en Uruguay— es que los que ganan tienen que apoyar a los que pierden. Es decir, si un sector se va a ver beneficiado por la cuestión arancelaria, como el de trigo o carne, tendría que ayudar a la industria del cuero, de la confección de ropa, de la lana trabajada o lavada, por ejemplo. Habría que generar estrategias más eficientes.

¿Cómo observa el desarrollo de China para el próximo año?
El próximo año, según veo, la situación va a ser difícil en China. Porque empiezo a ver, por primera vez en mucho tiempo, a la gente protestando por decisiones del gobierno, y eso no sé hacia dónde va. Eso me preocupa.  Y, claramente, esto afectará a la economía. Es muy reciente para ver cómo impactará, pero veo una luz de alerta allí.

Foto: Leonardo Carreño.
Para Rozman, Uruguay tiene una oportunidad de desarrollo si logra llevar la tecnología china a Occidente

Hoy por hoy, ¿están dadas las condiciones para que aterrice en Uruguay una empresa de la talla de la compañía india Tata Consultancy Services?
Sí. Desde Uruguay se pueden hacer muchas cosas para las empresas chinas.

¿De qué rubros?
Telefonía u ofrecer servicios vinculados a la innovación en general. La problemática es conseguir talento en el país. 

¿Cómo evalúa la salida de las fabricantes de automóviles Lifan y Cherry de Uruguay? 
Esos planes que se tienen para exportar a terceros países desde Uruguay fueron experimentos hechos con buenos ojos y pensando en resultados muchos mayores, que finalmente no se alcanzaron. Lifan producía pocos autos por semana y, al final, no tenía razón de ser.

¿Cuáles son las expectativas de exportación hacia China para este año?
Creo que este no va a ser el mejor año, pero estoy convencido de que las exportaciones van a ir creciendo de a poco. China va a continuar por su senda de crecimiento, no a tasas del 12% anual, sino a tasas menores. Pero creo que el trabajo que viene haciendo, en particular, Uruguay XXI y, en general, el gobierno ha impuesto en el mundo la calidad y la seriedad de trabajar con Uruguay. Las exportaciones a ese destino van a crecer pero no a tasas tan importantes como la de los últimos años. Muchos países, como Chile o Costa Rica, han logrado concretar tratados de libre comercio tanto con China como con Estados Unidos. Y creo que está mucho más cerca China de darnos un TLC que Estados Unidos.

¿Ve cercana la posibilidad de concretar el TLC con China?¿Cómo cree que puede incidir las negociaciones con los socios del Mercosur? 
Con el estudio de factibilidad del acuerdo y el avance de las negociaciones, las posibilidades de que se concrete el TLC son muy altas. China realmente está interesada en Uruguay, y creo que esto se debe a que está interesada en generar un ejemplo para Brasil y Argentina y que, finalmente, se unan al acuerdo.

¿Pero cree que los socios del Mercosur lo ven así?
No. Ellos tienen la idea de que el Mercosur es una unión aduanera y general. Pero no resulta ser así en la realidad. 

¿Le preocupa la incidencia del Mercosur en las negociaciones con China?
Sí, me preocupa que el bloque ponga tantas trabas, que Uruguay no las quiera pasar por encima y que China deje de lado a Uruguay en las negociaciones. 

¿Cree que ese fantasma está latente?
Sí, es posible que terminen decidiendo comercializar con Uruguay de la misma manera que ya se está haciendo: nos encanta, pero no pensemos más allá. Debe haber un centenar de países en distintas partes del mundo que quieran un TLC con China. Nosotros somos unos privilegiados porque ellos nos prestaron atención. Pero se van a cansar de que las cosas no anden. 

¿Vale la pena concretar el TLC con China en detrimento del vínculo comercial con los socios de Mercosur? Brasil es el segundo destino de las exportaciones uruguayas.
Creo que sí. Hay que apostar por el TLC, pero no solo con China, sino con todo el mundo. Yo estoy de acuerdo con el gobierno actual, cuya posición es que Uruguay debe mirar hacia el mundo entero porque, si no, nuestras perspectivas de comercio son muy pocas. Me gustaría que miremos a todos lados y, en especial, a China porque nos brinda un mercado muy grande para el desarrollo de Uruguay. Además, deberíamos contar con más expertos sobre China, deberíamos ir más, mejorar la conectividad con ellos, involucrarnos más con ellos, entender realmente cómo se negocia con un chino, los peligros que existen.

¿Se viene solucionando la crisis de los contenedores, que surgió de la pandemia?
Se está regulando bastante. El costo de los fletes han bajado mucho. Incluso ese precio llegó a ser de la mitad en los últimos años. 

¿Y las demoras se acortaron?
Sí. Ahora recién se puede decir que sí.

El gobierno chino está implementando medidas rígidas para evitar una nueva propagación del covid-19. ¿Cómo puede afectar esto al comercio con Uruguay? 
Primero los afecta a los chinos internamente. Es la primera vez que observo protestas en contra de las políticas del gobierno en ese país. Si se detecta un caso, cierran todo y hay lugares enteros que llegan a paralizarse. Una de estas políticas es no usar otra vacuna que no sea la propia, la CoronaVac. Eso les ha llevado a tener más casos en proporción respecto a los países occidentales. Eso los ha perjudicado porque lo que el ciudadano no quiere es causar un problema al pueblo. No debemos olvidar que el sistema chino funciona porque todos los individuos, de alguna manera, se sienten satisfechos. Cuando comienzan a surgir insatisfacciones, la situación comienza a dificultarse al surgir 

Y, en ese sentido, ¿cómo observa la desaceleración con la que está creciendo China?
El crecimiento chino que vimos los años anteriores, del 10% o 12%, va a ser difícil de ver. El crecimiento del país asiático está bajando muchísimo; seguramente ronde los 4% o 5% para este año. Esas grandes subas que tuvimos ya no se van a registrar. 

¿Y este enfriamiento cómo puede afectar a la economía uruguaya?
Nos va a afectar porque van a importar menos. Los productos que exporta Uruguay son, más que nada, arroz, leche, madera y carne. Son elementos muy básicos y se los estamos exportando tal cual los extraemos, por ejemplo, la madera recién talada prácticamente. Tenemos que intentar aportar valor agregado a los productos que exportamos. A su vez, Uruguay se ha encarecido y esto también es un factor que incide. 

Ya no vamos a exportar a China al nivel que lo estábamos haciendo desde 2018. Seguramente, van a comprar menos los productos buenos, que son los que ofrece Uruguay, como la leche o la carne vacuna. 

¿Van a comprarlos en otros países o, en general, van a comprar menos?
En primer lugar, van a fomentar su propia industria. Algo que no es fácil, pero que el gobierno de Xi Jinping va a promover. Además, estamos compitiendo en un mundo donde hay mucha producción de alimentos. En este sentido, Uruguay compite con Nueva Zelanda o Australia, que se encuentran más cerca de China y, por tanto, llegan con sus productos a través de fletes más eficientes (costo que no se traslada al precio final).

Foto: Leonardo Carreño.
Rozman aterrizó en Uruguay la compañía india Tata hace 20 años

En 2021 se registró un récord de colocación de productos a China. Las exportaciones de bienes a ese destino registraron una cifra de US$ 3.277 millones, con un aumento interanual de 59%. Durante ese año, que ya se veía venir ese récord, usted declaró en una entrevista con Búsqueda que incluso existía más margen para continuar exportando. ¿Dónde radica este margen?
Creo que Uruguay está compitiendo en un margen donde se exportan productos no manufacturados —es decir, productos sin valor agregado—. Mientras, otros países se preocupan por eso. En otras palabras: exportamos madera y no muebles. En ese orden, las exportaciones uruguayas podrían crecer en el rubro de aceite de soja, por ejemplo. También podríamos exportar más frutas. En particular, las cerezas, que son muy valoradas por ellos. Incluso es el regalo que muchos niños le hacen a sus madres para el Año Nuevo. Pero, en definitiva, veo que estamos contentos con lo que tenemos, disfrutamos lo que ya se logró. Leí que el salario medio en Uruguay ha crecido en el último año, cuando en Latinoamérica ha bajado. Y eso es porque exportamos mucho. 

¿Usted afirma que esa comodidad que indica es la que no deja crecer más de lo que se podría?
A los uruguayos no les gusta tomar riesgos. Y, en realidad, si querés ser emprendedor y aumentar las exportaciones, hay que tomarlos. Un ejemplo: yo trabajo con la CUTI (Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información), integro el comité de Asuntos Internacionales, y no hemos encontrado la manera de exportar tecnología uruguaya a China. 

A Estados Unidos, sin embargo, exportamos todo lo que queremos. Uruguay puede encontrar un nicho en la expansión que están teniendo las compañías tecnológicas de China fuera de su país. Y usar tecnología china fuera de China es muy difícil. Entonces, si nosotros pudiéramos llegar a ser los expertos en trasladar la tecnología china a Occidente y ser parte de esa logística, sería muy bueno. 

Más allá de haber detectado esta oportunidad y hacer propuestas al respecto, ¿hay posibilidades de que se concrete?
Es muy difícil. Yo he viajado mucho a China para visitar varias empresas de tecnología, como Huawei. Ellos están muy contentos con el desarrollo que están teniendo esas industrias. Incluso, en varios aspectos —como Machine Learning e inteligencia artificial— ellos están, claramente, más avanzados, aunque le falta desarrollar la parte comercial.

Según Uruguay XXI, ya van dos meses en que se registra una baja en la colocación de productos uruguayas en China. ¿Qué valoración hace sobre eso?
Esta situación se debe, en buena parte, a las complicaciones de los contenedores que se arrastraba desde las restricciones de la pandemia, el costo de los fletes. La llegada de los barcos a Uruguay fue un trauma. Por eso digo que hay muchas cosas que nosotros podríamos resolver internamente. Hay productos que podrían salir, pero no tienen el permiso sanitario de China, que depende de la forma de empaquetado. Como mencioné antes, una de las posibilidades de Uruguay en cuanto a mejorar sus exportaciones es colocar fruta. Pero es importante que lleguen frescas y en buen estado porque los chinos valoran mucho eso. Eso no se logra si no se mejora la infraestructuras nuestras y no se agilizan algunos procesos para exportar. Debemos comprender su cultura para negociar desde ahí. En la práctica, por ejemplo, esto implica saber qué productos se necesitan y en qué tiempo ellos necesitan disponer de ellos.

A su vez, en noviembre se redujo la compra de carne bovina por parte de China en un 44%. ¿Cómo evalúa esa tendencia en particular?
Es un número que llama la atención, pero creo que a largo plazo la calidad y el gusto de la carne uruguaya es muy apreciada, por lo que no creo que a largo plazo haya grandes reducciones de la colocación de este producto. 

¿La calidad de la carne llega a compensar lo cara que pueda a ser frente a la carne de otros países?
Sí. Creo que los cortes buenos de Uruguay siempre se van a vender bien. No solo en China, sino también en varias partes de Asia, como Indonesia, por ejemplo. Es un lugar al que llegamos poco y tiene mucha población.

Allí tenemos una oportunidad. Aunque si tenemos una buena base de exportación en China, todos los mercados de esa región mirarían con mucho interés a Uruguay. 

De alguna manera, la unión al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica que procura el gobierno de Lacalle Pou va en esa dirección.
Sí, es una buena plataforma para Uruguay. 

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