Director de Sammel: “Hay un gran cambio en los empresarios uruguayos”

Ahora siente que ese adn emprendedor se logró transmitir al resto de los integrantes de la empresa. “A esta altura, a veces me siento arrastrado por la gente y no empujando como era al principio. Y eso es porque hay una cultura muy emprendedora en la empresa”, reconoce.

Sammel nace en 1996 como una empresa especializada en la distribución de papel. En los siguientes años va creciendo en metros cuadrados para stock y en proveedores.

En 2005 suma proveedores de accesorios informáticos, lo que lleva al año siguiente a fundar una división especializada en ese segmento a la que se llamó Starcenter.

¿Qué tanto de ese espíritu emprendedor que ve en su empresa parte de  su propia prédica?

En los empresarios -como en los padres de familia- no es importante lo que decimos, sino lo que hacemos. Se trata del testimonio,  del ejemplo. No hay cómo fingir, porque al fin y al cabo las cosas son como son, no como se dice que son. También tiene mucho que ver la comunicación.

La comunicación ha cambiado en el mundo de la empresa. Antes era todo mucho más jerárquico: esto se hace porque lo dice el jefe, esto siempre se hizo así.

¿Qué hito destacaría de la historia de la empresa?

Nosotros fuimos extremadamente disruptivos en una empresa que de tecnología no tenía nada. Eramos una industria tradicional que vendía materia prima como el papel y la cartulina. Gracias al papel para impresora laser, ingresamos al mercado informático. Y luego vino la tecnología, en el 2006 cuando se funda la división de Starcenter. Primero fueron los insumos, cd, dvd, auriculares, y después con el hardware como notebooks, pc, servidores.

Prima facie uno se preguntaría qué tiene que ver una materia prima con un producto de consumo masivo como una computadora o un teléfono. De alguna manera el trato de cuidado y rápida rotación nos generó una predisposición a que ese pasaje a la tecnología no fuera brusco ni dramático como desde afuera puede parecer.

¿Qué les implicó ingresar al rubro informático?

Hubo que hacer un aprendizaje. Aplicamos una máxima muy de nuestro adn, que es la de incitar a los colaboradores, con muchas facilidades, a capacitarse. La capacitación siempre fue un pilar fundamental de nuestro desarrollo, para entender nuevas lógicas comerciales, para discutir las lógicas presentes y para imaginar el mejor próximo paso.

Esa es la razón por la cual BIC de Francia nos escoge como distribuidores exclusivos a partir de su retiro de Uruguay, a fines de 2020, luego de más de 30 años.

¿Cómo les impactó la pandemia de covid-19?

Para nosotros tuvo sabor agridulce. En lo personal, para cada una de las familias pero también como empresa. Productos como los papeles editoriales y comerciales tuvieron bajas de hasta el 70% y el 80%. Fue un sacudón descomunal. Al mismo tiempo, los papeles de packaging, el papel para las bolsas de los deliveries, para las cajas, cartulinas para las comidas envasadas, tuvo un incremento igualmente significativo lo que nos permitió balancear en el área de los productos gráficos las cosas muy razonablemente.

En Starcenter con la tecnología, todos los productos fueron altamente demandados. El incremento de la demanda en el mercado de notebooks y de pc fue un 30%. Los uruguayos estábamos invirtiendo en smartphones y postergando las inversiones hogareñas en las notebooks. Teníamos notebooks desactualizadas y tuvimos que comprar.

Además tuvimos pedidos de empresas de a 200 unidades, porque todos estaban trabajando en casa.

¿Cómo les está pegando la actual crisis de los fletes?

Lo estamos sufriendo como todos.

Estamos viendo muy expectantes el fenómeno. Creemos que van  a pasar al menos doce meses hasta que se pueda solucionar.

Pero también estamos viendo en Uruguay el despertar del consumo. Y la novedad de un desempleo del 8% en Uruguay que no veíamos desde 2018 son pautas de que el manejo de la pandemia por parte de la gente y del gobierno fue el más indicado. No había plan perfecto. Estabamos todos en fase prueba y tanto las personas como el gobierno acertamos en cuidarnos de la forma en que lo hicimos. Uruguay tiene una perspectiva muy positiva para los próximos 24 meses. Ojalá el impacto llegue para los que más lo necesitan, particularmente aquellas personas que están desempleadas.

¿Qué planes tienen a futuro?

Hemos adquirido un predio en la ruta 101 pensando en la empresa que vamos a querer en los próximos cinco años. Ahora estamos ubicados en la Aguada con cinco depósitos distintos y nos imaginamos mudarnos en el mediano plazo hacia allí.

De alguna forma, se trata de proyectarnos hacia nuevos segmentos de mercado.

Posiblemente el año que viene tengamos una noticia muy interesante de una marca extremadamente renombrada que quiere proyectarse en Uruguay en el rubro del consumo. Estamos felices de poder seguir pensando en nuevas incorporaciones que le den a las marcas la sensación de que es como si ellos mismos estuvieran en Uruguay. En virtud del tamaño del mercado, las marcas nos eligen como su cara frente al mercado. Ese es nuestro principal valor.

¿Qué se requiere para ser elegido? ¿Conocimiento del negocio?

Sí. Y una altísima profesionalidad, mucha capacitación, mucha flexibilidad y tener la suerte de saber cuándo apostar y cuándo ser un poco más austero en las proyecciones de los consumidores. Este año hemos hecho compras muy importantes pensando que quizás va a haber problemas hasta marzo en la llegada de mercadería.

¿Cómo ve a los empresarios uruguayos?

Hay un gran cambio en los empresarios. Hoy ya no hay un solo sombrero. No está el sombrero de jefe, de gran empresario, y otro de la familia. No es que por ejemplo, como dirigente de fútbol se sea una cosa y como empresario otra. Hoy, fruto de las redes y de una mayor horizontalidad en las relaciones, ya no es posible disociar nuestros roles. Nuestro rol es ser personas que dialogan, que escuchan y que saben que necesitan del otro para crecer como personas.

Hoy el ambiente emprendedor es formidable. Hay muchas organizaciones que brindan oportunidades para emprender. El gobierno está aportando su cuota parte.

Otro gran cambio es la educación para las personas que trabajan en las empresas, para los gerentes, jefes y vendedores. Gracias a la Udelar, al IEEM, a la ORT y a la UCU Business School. Hace 20 años no existía nada de eso. Y también está la UTEC que es un instrumento formidable para que la gente pueda engancharse en las cadenas de valor. Si a eso le agregamos el Plan Ceibal que dio nociones informáticas a cantidad de chicos que estaban por fuera, es un mix poderoso e interesante. Por eso somos tan optimistas de todo lo que pueda pasar en los próximos años. Somos lo que aprendemos y lo que hacemos. La única manera de cambiar lo que hacemos es cuando vemos una realidad distinta, cuando la aprendemos. Quiere decir dejar de hacer algo para hacer otra cosa nueva. Es más difícil en esos buenos valores uruguayos de la prudencia, la tranquilidad, del bienestar. porque a veces nos llevan a un aburguesamiento de tal magnitud que terminan anestesiando nuestras mejores fibras.