Presidencia

Heber: el "soldado de partido" que resigna su pasión por las rutas para asumir al frente de la seguridad pública

El referente de la Lista 71 había heredado de su padre el interés por el desarrollo de infraestructura para el interior

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25 de mayo de 2021 a las 16:41

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Cuando a media tarde del lunes recibió la llamada del presidente Luis Lacalle Pou, el por entonces ministro de Transporte Luis Alberto Heber hizo honor a su identidad de "soldado de partido". Fiel a su nacionalismo, el referente de la Lista 71 aceptó estar al frente del Ministerio del Interior que había quedado acéfalo ante la repentina muerte de Jorge Larrañaga, responsabilidad que asumió desde este martes bajo la máxima de quien por veinte años fuera su par en el Senado: "Hay orden de no aflojar".

A pesar de embarcarse varias veces en el debate como referente parlamentario, la seguridad pública nunca había estado en el radar de sus principales aspiraciones políticas. El histórico dirigente herrerista estaba cumpliendo su sueño como ministro de Transporte y Obras Públicas. Radicado en Montevideo pero hijo de un diputado riverense, supo desde pequeño de rutas y trayectos de más de 500 kilómetros que atravesaban casi de punta a punta al país.

Su padre, Mario Heber, tenía pasión por las obras viales y puentes, contaron a El Observador varios allegados al jerarca. Los inicios como legislador de Rivera coincidieron con el primer colegiado blanco, período en que el ministro herrerista Luis Giannattasio dio el puntapié para la reconstrucción de la ruta 5 que conecta al departamento norteño con la capital. Entre las recorridas por el interior, Luis Alberto Heber heredó el anhelo del padre. 

Leonardo Carreño
Heber concurriendo a reunión de transición con el ministro saliente, Víctor Rossi

"Mi casa era un comité, mi padre traía siempre gente a almorzar", describió el ahora ministro en entrevista con La Mañana al recordar una "infancia feliz" en el Prado de Montevideo junto a sus cuatro hermanos. Ese ambiente signó su futuro, a pesar de que la política costó caro en su familia. Primero fue la proscripción de su padre a los pocos años de instaurada la dictadura uruguaya (1973-1985), que lo llevó a continuar la actividad política del Partido Nacional en la clandestinidad.

Fue en agosto de 1978 que Mario Heber, Luis Lacalle Herrera y Carlos Julio Pereyra —líderes centrales del partido en la época— recibieron una botella de vino cada uno, sin identificación y con la invitación a brindar "por la patria en su nueva etapa". La bebida estaba envenenada y le costó la vida a Cecilia Fontana, madre del hoy ministro. La salud de su padre entró en declive y a los dos años también falleció. 

Por entonces, Luis Alberto Heber recién comenzaba sus estudios en medicina y debió quedar a cargo de la administración del campo y empresas de la familia. "Seguí estudiando un año más con mucho esfuerzo, pero cuando empecé a cursar cuarto tenía que estar en el Hospital de Clínicas y ahí ya hice agua por todos lados. La tarea de administrar los bienes de mis cuatro hermanos y los míos me absorbía, porque además existían dificultades económicas y tuve que abandonar los estudios", contó a La Mañana en febrero de 2020. 

Heber ya estaba embarcado en la militancia y viajaba cuando podía a Rivera. En 1977 había ingresado a la Juventud Herrerista, desde la que trabajó a favor del "No" en el plebiscito de 1980 contra la reforma constitucional que impulsaba el régimen de facto. Años después de aquella victoria en las urnas, llegaron las elecciones de 1984 que marcaron la transición hacia la democracia.

Allí Heber se postuló a diputado por Rivera. A pocos años del fallecimiento de su padre en 1980, los defensores más acérrimos iban a las urnas con un clavel blanco en su memoria y la lista 15 del Partido Nacional que, —contradictoriamente— en un bastión colorado en el país, antecede a la tradicional lista batllista de Luis Batlle Berres. Con 26 años se consagró diputado y, en una bancada de pesos pesados, arrancó con la predilección de ser el "hijo de Mario".

Camilo dos Santos
Heber fue legislador por casi 40 años hasta iniciar una nueva etapa en un rol ejecutivo

El primer período legislativo incluyó votaciones históricas como la caducidad de los crímenes durante el período dictatorial y la amnistía a los presos políticos. En ambas votó a favor, un acto que ha recordado como "muy traumático". "Una noche con (el diputado) Martín Sturla tuvimos que salir del Palacio a los piñazos. La gente afuera estaba enfurecida por la ley de Caducidad. Como era tan joven, la gente creyó que era un secretario y me dejaron quieto. Entonces me subí al auto y disparé", narró hace años a El País. "A Sturla le rompieron todo el auto", agregó. 

Heber cumplió otro período en la Cámara de Representantes hasta que en 1994 resultó electo senador, puesto que mantendría por los próximos 25 años. En 1998 su esposa Beatrice murió de cáncer, cuando el matrimonio ya tenía dos hijas. 

Desde la Cámara Alta, entre los distintos perfiles de senadores de bancada, Heber cumplía en general el rol "fiscalizador", dijeron dirigentes nacionalistas. Buena parte de ese período coincidió con 15 años de gobiernos del Frente Amplio, en los que el Partido Nacional ejerció de oposición y ante una bancada mayoritaria del oficialismo.

El referente herrerista fue uno de los más críticos, por ejemplo, del aval del BROU a la empresa de capitales españoles Cosmos para participar en la subasta de los aviones de Pluna. Un legislador frenteamplista consultado lo recordó como un dirigente “confiable” a la hora de negociar. Si decía: ‘Hasta acá puedo llegar', lo acataba.

A partir de 2011 también presidió el Directorio del Partido Nacional, un rol en el que se desempeñó por siete años. Además de trabajar en cambios internos y de funcionamiento de la orgánica partidaria, el organismo procesó en esos años los cuestionamientos éticos a irregularidades de intendentes blancos como Agustín Bascou y Pablo Caram. También debió abordar los casos de uso de las tarjetas corporativas de los exdirectores nacionalistas del BROU, Carlos Rodríguez y Pablo García Pintos. 

Herrerista

Durante sus casi 40 años de dirigencia política, Heber nunca se apartó del herrerismo. Cuando el expresidente Luis Lacalle Herrera se bajó de la carrera electoral hacia 2014, era un aspirante natural a la Presidencia. Por entonces Lacalle Pou ya perfilaba su liderazgo y según afirmó, más difícil que comunicarle a su padre que sería precandidato, fue hablarlo con Heber. "A mi viejo era jubilarlo y a Heber era entrarle a competir", recordó el ahora presidente en una entrevista con el ciclo de entrevistas De Cerca

"Me acuerdo de subir la escalera del edificio anexo del Palacio y me temblaban las rodillas. Fue la reunión más difícil que tuve y él me la hizo muy fácil", contó. El senador herrerista no estaba al tanto, aseguró. "No le gustó... pero es muy buena gente", destacó Lacalle Pou.

Heber también recordó ese episodio en la entrevista con La Mañana, cuando le preguntaron si en esa ocasión le hubiera gustado ser candidato. "Claro que me hubiera gustado. Vos a la quiniela no apostás a los 5 o a los 10, primero apostás a la cabeza", respondió, sin dejar de remarcar como "legítimo" el liderazgo que construyó desde entonces Lacalle Pou. 

Diego Battiste
Heber en su asunción como ministro de Transporte y Obras Públicas

El 1° de marzo los blancos volvieron al poder y Heber asumió al frente del MTOP. El jerarca contaba los días para el final de la pandemia y así empezar a trillar el interior pueblo a pueblo, una tradición heredada del ala herrerista: "Hay todo un Uruguay que no conocemos", solía decir sobre esos pagos a otros jerarcas de la cartera. 

Uno de los aspectos más criticados de su gestión, de poco más de un año, fue la extensión de la concesión a la empresa belga Katoen Natie por 50 años para seguir operando en la Terminal Cuenca del Plata. El Frente Amplio arremetió contra la reserva de las negociaciones, reclamó acceder a todos los expedientes y sostuvo que el acuerdo consolida un "monopolio" en el puerto. Esos proyectos quedarán en manos del subdirector de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, José Luis Falero, que asumirá en Transporte.

Ya al frente del Ministerio del Interior, Heber prometió "continuidad" de las gestiones de Larrañaga. El flamante jerarca quedó a cargo de una cartera cuyos funcionarios reconocieron el respaldo de Larrañaga y que en los últimos meses mostró un descenso en la cantidad de denuncias de delitos.

En una vida marcada por la política, a partir de ahora, como hombre de confianza del presidente, Heber deberá liderar lo que su antecesor definía como "un barril de pólvora". 

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