Incertidumbre en MTOP pone un freno a avances de proyectos de obra pública

Fue ese, ni más ni menos, uno de los ejes en el discurso del mandatario ante la Asamblea General el pasado 2 de marzo, cuando el inicio de la campaña de vacunación contra el covid-19 parecía marcar el inicio del fin de la epidemia, y pocos aventuraban que el país estaba por ingresar en los peores meses desde que el virus ingresó a sus fronteras en 2020. 

Ese día, el presidente nombró una serie de proyectos que harían de punta de lanza para retomar la senda de crecimiento económico y dinamizar el empleo. Y a muchas de esas iniciativas volvió a recurrir tres meses después, cuando entrevistado por Subrayado, insistió nuevamente en que la “salida” de la crisis sería con inversión pública, y mencionó lo “entusiasmados” que estaban en el gobierno con algunas obras que tiene por delante el país. 

Esta semana, Lacalle Pou volvió a referirse al tema durante una entrevista con el Proyecto Atlas Network para América Latina. “Algunas cosas son públicas, otras son estímulo a privados: diría que es mitad y mitad (...) La salida de esta crisis que significó una caída fuerte del empleo, va a tener también un factor emocional, de gente tendiente a salir e invertir, porque en este tiempo se retrajo mucho. Eso hay que acompañarlo con una visión y una acción del gobierno de que arranca nuevamente el país”, afirmó el presidente.

El impulso y el freno

Aunque en la cúpula del gobierno trabajan a varias puntas para avanzar en los diversos proyectos que están en carpeta, en el oficialismo reconocen que muchos de ellos todavía no cuentan siquiera con financiamiento. 

En ese sentido, dirigentes del gobierno consultados por El Observador señalaron que tanto la prolongación de la pandemia como los cambios que se dieron en el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) contribuyeron a generar un manto de “incertidumbre” que conspira contra la concreción de las grandes iniciativas. 

En primer lugar, cuando Lacalle Pou fue al Parlamento a dar su visión de la “pospandemia”, el pronóstico era que la vacunación permitiera rápidamente dejar atrás lo peor del impacto sanitario del coronavirus y concentrar todos los esfuerzos en la recuperación económica. Sin embargo, pocos días después de su comparecencia, los casos de covid-19 se dispararon y pusieron al país ante los meses más complejos en el plano epidemiológico.  

A eso se sumó luego el fallecimiento del ministro del Interior Jorge Larrañaga y la designación de Luis Alberto Heber, hasta entonces ministro de Transporte y Obras Públicas, como su sucesor. 

En ese enroque obligado, el presidente Lacalle Pou designó como sucesor de Heber a José Luis Falero, quien se desempeñaba como subdirector de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP). 

Su nombramiento generó buenas expectativas en el rubro, debido a su experiencia política en el armado y ejecución de presupuestos con los gobiernos departamentales, así como su trabajo como empresario del transporte, pero el pasado 8 de junio, apenas se acomodaba a su nuevo puesto, Falero sufrió una convulsión en su domicilio, a partir de lo cual se le detectó un meningioma cerebral (un tumor alojado cerca del ojo). 

Tras una operación “exitosa” en la que el tumor –que luego demostró ser benigno– fue extirpado de forma completa, el jerarca recibió el alta médica hace pocos días y ahora está en etapa de “recuperación”. La semana que viene, Falero tiene prevista una consulta con el médico especialista para conocer su evolución. 

Aunque en el gobierno son optimistas en que el exintendente de San José podrá estar pronto de nuevo en las canchas, su alejamiento provisorio dejó en suspenso el avance en la concreción de algunos proyectos, según dijeron fuentes oficialistas. 

El subsecretario Juan José Olaizola, quien quedó a cargo del ministerio de forma interina, ha permanecido en contacto permanente con Falero, e incluso ha discutido con él asuntos de la cartera, pero la ausencia del titular lleva a postergar las “grandes definiciones”, agregaron las fuentes. “Se paró todo”, dijo uno de los consultados. 

Rutas y contratos crema

Mientras que en sus exposiciones públicas Lacalle Pou pone el énfasis en los proyectos de gran porte, en el MTOP señalan que los primeros avances en la obra pública se concentrarán en las rutas, que no son las que más demandan mano de obra pero que, a juicio de los jerarcas de la cartera, tienen el camino más despejado para su ejecución. 

Bajo la conducción de Heber, el ministerio dejó de lado la herramienta de participación público privada (PPP) a la que apeló el Frente Amplio, por entenderla “lenta” e “ineficiente”, y en cambio optó por los “contratos Crema” (sigla de Construcción, Rehabilitación y Mantenimiento). Esa modalidad exige menos trámites para concretar las obras, y supone un financiamiento a menor plazo, con los primeros años a riesgo del privado. 

Aunque entre los privados advierten que esa modalidad tampoco ha permitido avanzar “demasiado”, en el gobierno defienden la herramienta y señalan que antes de fin de año está previsto iniciar con las obras de la doble vía de la ruta 5. “La ruta 3, por PPP, llevó cinco años de trámite para unos dos años de obra. Acá ya estaremos iniciando la primera obra por contrato Crema. Es más rápido”, expuso una fuente del ministerio. 

A las obras de la ruta 3 –un proyecto definido en el gobierno del Frente Amplio– y las de la ruta 5, se suman también las rutas 6 y 9, dos proyectos que Lacalle Pou también ha resaltado como “necesarios para el país”.