La inflación se mantuvo estable en el año cerrado a noviembre en 7,9%. El Índice de Precios del Consumo (IPC) avanzó 0,25% en noviembre, levemente por debajo del 0,28% registrado en igual mes del año pasado, informó el INE este viernes. El dato mensual estuvo por debajo de la proyección de 0,4% de la mediana de las respuestas de la Encuesta de Expectativas del BCU. Los analistas esperaban que los precios cierren el año con una suba de 7,2% y de 6,3% en el horizonte de política a 24 meses.
Las principales subas, en la variación mensual del IPC de noviembre se dieron por las divisiones prendas de vestir y calzado (1,20%), muebles y artículos para el hogar y su conservación (1,96%), transporte (0,62%) y restaurantes y hoteles (0,97%). Por otro lado, hubo bajas en los alimentos y bebidas no alcohólicas (-0,77%), mientras que la vivienda registró un aumento de 0,35%.
En el caso de los alimentos, sobresalió la importante baja de legumbres y hortalizas (-10,86%), en particular, el morrón (-15,45%), la lechuga (-17,13%), el zapallito (-21,41%) y el tomate (-44,84%). En cambio, la carne registró un aumento de 0,46%, básicamente por alzas en los precios de los cortes vacunos. El precio de las frutas cayó 1,48%, con descensos marcados del durazno (-15,37%) y la frutilla (-14,75%). Precisamente, los alimentos no elaborados moderaron su ritmo de aumento en el año cerrado a noviembre (5,3%) respecto a octubre (6,1%). En el caso de los servicios públicos se produjo una leve aceleración, a 10,1% interanual.
La inflación de los bienes transables —aquellos que compiten con el exterior y fijan sus precios en el mercado internacional, tanto porque se exportan o porque se importan— se moderó en noviembre y avanzó 0,84% versus el 2,1% de octubre. El tipo de cambio estuvo prácticamente planchado durante buena parte del pasado mes. Sin embargo, en el caso de los bienes no transables, los precios se aceleraron y pasaron de un alza de 0,25% en octubre a 0,6% en noviembre.
Finalmente, la inflación subyacente o núcleo tuvo un pequeño incremento al pasar de 7,93% en los 12 meses a octubre a 7,99% en noviembre. En este grupo se encuentran los componentes de la canasta de bienes y servicios más estables y cuya evolución obedece a los fundamentos que tiene tanto la economía doméstica como el mercado internacional.
Los analistas consultados por El Observador no esperan grandes cambios sobre la evolución de los precios a corto plazo, en un contexto de presiones inflacionarias a nivel global y donde el Banco Central de Uruguay (BCU) debería enviar nuevas señales al mercado para anclar las expectativas a futuro.
“Si bien el dato (de IPC) estuvo más bajo de lo que se anticipaba, lo fue por factores más bien volátiles y no por una caída del núcleo inflacionario. De hecho, la inflación tendencial —que es la que excluye alimentos,combustibles, rubros volátiles—, incluso estuvo un poco por encima de lo que estimábamos”, señaló Nicolás Cichevski de CPA Ferrere. De todas formas, para el director ejecutivo del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), Agustín Iturralde, lo “más probable” es que la inflación termine cerrando alguna décima menos de lo que está hoy, ya que diciembre siempre es un mes con caída de precios. Esto está atado al efecto que provoca el plan UTE Premia durante el último mes del año. Asimismo, consideró que seguramente el Poder Ejecutivo opte por aplicar ajustes de tarifas públicas “mesurados” —por debajo de la inflación y los salarios— en el arranque del año, algo que “puede dar una manito” para la evolución de los precios.
El economista indicó que es posible que la inflación pueda sostener su trayectoria bajista en 2022, aunque a un ritmo menor del que persiguen las autoridades del BCU.
Precisamente, para Cichevski, para lograr que la inflación converja a 5,8% en 2022 como pretende el BCU, son necesarias subas más pronunciadas de la tasa de interés, hoy en 5,75%. “No son decisiones exentas de dilemas y que coexistan con otros objetivos”, admitió. Esto porque una suba muy pronunciada de la tasa contribuiría a depreciar el valor del dólar, lo que implicaría encarecer no solo el turismo sino la actividad comercial de frontera. También impacta sobre el turismo emisivo: los uruguayos tienen más incentivos para salir a vacacionar en Argentina y en Brasil.
Para Ramón Pampín de la consultora PwC, las autoridades de gobierno están observando que los buenos números que está mostrando la economía generan “un aliento” para seguir adelante con la política de continuar con la suba de la tasa de interés por parte del BCU. De todas formas, alertó por el impacto que pueda generar sobre la inercia inflacionaria el cierre de la ronda salarial que está en curso, con varios convenios por encima de la pauta oficial.
“Los salarios van a comenzar a presionar. De hecho, ahora van a estar cerrando y van a tener la retroactividad de julio; se van a reflejar todo junto, (y) se va a acumular toda esa retroactividad en la medida en que se empiecen a cerrar y a validarse”, advirtió el experto.
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