Pedro Sánchez y Javier Milei.

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La Argentina de Milei: más cerca del mundo y más lejos de España

El nuevo presidente argentino se acerca a la OCDE, a Volodimir Zelenski y ratifica su apuesta por EE.UU. E Israel. En tanto, Pedro Sánchez llama a formar una barrera progresista ante los populistas de derecha donde incluye a Milei.
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10 de diciembre de 2023 a las 23:02

La era Javier Milei ya ha comenzado y su asunción reubica a la Argentina más cerca del mundo, aunque un poco más lejos de España.

En apenas unas horas de mandato, la canciller Diana Mondino anunció el ingreso de Argentina a la OCDE este mismo lunes; el mandatario ucraniano, VolodimirZelenski, fue una presencia estelar en Casa Rosada, sumados al alineamiento ya expresado por Milei con Estados Unidos e Israel, con una claridad extrema.

La “Patria grande” impulsada por el retornado presidente brasileño Inacio “Lula” Da Silva (ausente con aviso), el chavismo venezolano y ahora también por el colombiano Gustavo Petro, no existe más, por lo menos no para la Argentina que comenzó este domingo.

El último atisbo de Alberto Fernández, quien se autopercibía progresista, fue comprometer al país a sumarse a los BRICS, que integran justamente Brasil, la desprestigiada Rusia, India, China y Sudáfrica.  La canciller Mondino ya dijo que no hay nada firmado, y de inmediato descartó la idea.

En unas horas, la ministra firmará la carta de invitación para el proceso de ingreso a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), un proceso que comenzó durante la gestión macrista y que el kirchnerismo frenó en pos de un avance con los BRICS.

La OCDE reúne a los 38 países más importantes de la economía mundial, entre ellos Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Francia.

Zelenski fue la presencia con mayor peso político internacional en la toma de mando de Milei. Y así fue tratado por el Presidente, quien además de los abrazos y palabras en inglés durante el saludo protocolar de rigor, mantuvo una reunión a solas con el mandatario ucraniano.

Zelenski tiene hoy dificultades para sostener las ayudas internacionales, luego del brutal ataque del grupo terrorista Hamás a Israel, el 7 de octubre pasado, que concentra todas las miradas del mundo.

El nuevo gobierno le ha ofrecido organizar una cumbre entre Ucrania y países de América Latina, para reunir más apoyos entre gobiernos amigos.

El giro argentino es contundente. Apenas dos semanas antes de que Vladimir Putin invadiera Ucrania, el ex presidente Alberto Fernández visitó Moscú y expresó su deseo de que “la Argentina sea la puerta de entrada de Rusia a América Latina”. 

A partir de allí fue todo ambivalencia en la alicaída diplomacia argentina con respecto a la invasión rusa, un país con el que el gobierno kirchnerista hizo negocios durante la pandemia, especialmente con la vacuna Sputnik, nunca aprobada formalmente por la Organización Mundial de la Salud. 

Hasta este domingo. No sólo a Zelenski, sino al mundo, le quedó claro de qué lado está Milei en el conflicto bélico.

También el cambio drástico se ha dado en el ataque que sufrió Israel por parte del grupo terrorista Hamás. Y como muestra, voló a Buenos Aires el canciller israelí, Eli Cohen, quien recordó que “Milei es un claro partidario de Israel y se ha pronunciado a favor de trasladar la embajada a Jerusalén".

Cohen contó que mantuvo una reunión con el Presidente y las familias de los argentinos secuestrados por Hamás en Gaza.

Hasta el cambio de gobierno, el kirchnerismo había cuestionado a Hamás, pidió por los secuestrados, pero no se ocupó de presionar al menos por los argentinos raptados por el grupo terrorista.

Los movimientos diplomáticos del gobierno del libertario están en fina sintonía con Washington, aunque su relación más cercana es con el republicano Donald Trump, el Departamento de Estado sabe de tonalidades, pero no de colores políticos. 

Milei ya viajó como presidente electo a Estados Unidos y se ha entrevistado con funcionarios de Joe Biden. 

Ahora España es otro caso bien distinto. En La Moncloa gobierna el socialista Pedro Sánchez y su agenda internacional es la opuesta a la de Milei.

El presidente del gobierno español expresó su preferencia por el entonces candidato kirchnerista, Sergio Massa, antes de la segunda vuelta, y Sánchez decidió no viajar a Buenos Aires para la asunción del nuevo mandatario.

En representación de España viajó el Rey Felipe VI, como es habitual con los países iberoamericanos.

En todo disienten Sánchez y Milei. El socialista mantiene un conflicto abierto con el gobierno israelí por su condena a los ataques en Gaza, y sus socios de coalición piden directamente que se juzgue al presidente israelí, Benjamín Netanyahu, en una corte penal internacional por crímenes de guerra.

Vienen tiempos gélidos en las relaciones bilaterales.

Más aún porque la relación más cercana de Milei con la política española es con Vox, y especialmente con Santiago Abascal, quien a principios de año lo invitó a Madrid para que hable frente a los militantes de su partido. 

Abascal es por estas horas eje de la indignación socialista debido a una frase controvertida que dijo en Buenos Aires, durante una entrevista con el diario Clarín: “Habrá un momento en el que el pueblo querrá colgar de los pies a Sánchez”.

Con el Partido Popular las relaciones están mejor, pero no son óptimas.

Los populares tendieron puentes con el macrismo principalmente en los últimos años, pero saben que van a encontrar puntos de contacto con Milei cuando todos se conozcan mejor.

Su enviada a Casa Rosada este domingo ha sido la diputada y ahora vocera adjunta del Partido Popular en el Congreso, Cayetana Alvarez de Toledo. 

Está claro que para Sánchez, la Argentina de Milei no es prioritaria, como sí lo es Brasil. 

De allí la reunión que mantuvo el español con Lula, hace menos de una semana. Se habló de un eje progresista, y de la necesidad de frenar en la extrema derecha. Justamente, en el caso brasileño, la derecha encarnada por Jair Bolsonaro, el ex presidente invitado de honor a la asunción del libertario este domingo.

Habrá que seguir con mucha atención la designación del reemplazante de Ricardo Alfonsín en la embajada argentina en Madrid, en el barrio de Chamberí.

Porque Diana Mondino es canciller y economista, y si hay algo que dejó en claro Milei es que las diferencias ideológicas no obstaculizarán los negocios, y las empresas españolas están expectantes por lo que suceda con la economía argentina.

Más cerca del mundo, alineada con el nuevo orden mundial, de lado de Occidente, parece estar la Argentina de Milei.

Más cerca del mundo, pero más lejos del gobierno socialista de Pedro Sánchez.

 

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