Jorge Larrañaga estaba en la tarde del sábado en su apartamento de la Rambla y Parva Domus, a la altura de Punta Carretas. Su esposa e hijo no estaban en la capital, y el ministro del Interior solo tenía la compañía de un custodia. A media tarde se sintió mal y llegó a llamar a la emergencia móvil Semm, tal como informó El País y confirmó El Observador.
Según pudo saber El Observador, al lugar concurrieron dos ambulancias: la primera llegó a los seis minutos de la llamada y la segunda llegó en apoyo. Sin embargo, a pesar de repetidos intentos, la reanimación —practicada conforme al cuadro de muerte súbita— no fue posible y el jerarca nacionalista falleció por un paro cardiorrespiratorio en su apartamento.
El presidente Luis Lacalle Pou fue quien hizo el anuncio público a través de su cuenta de Twitter, pasadas las 18.
Larrañaga tenía una cardiopatía isquémica, una enfermedad en la que las arterias que suministran sangre al músculo del corazón quedan obstruidas, lo que impide la suficiente llegada de flujo sanguíneo. Por esa razón el entonces senador había sido intervenido el pasado lunes 21 de noviembre de 2016 en el Sanatorio Americano. En aquella fecha le realizaron una angioplastia y le colocaron dos stents, lo que permite abrir los vasos sanguíneos.
El ministro "iba mucho al médico" y no fumaba, recordó en diálogo con El Observador el senador Carlos Camy, uno de los referentes de su sector Alianza Nacional. El legislador expuso que se cuidaba y que incluso estaba más flaco. No obstante, indicó como posible factor el hecho de que comía carne. Tal como apuntó El País y confirmó El Observador, un reciente estudio médico le había dado bien.
Consultada al respecto, la cardióloga Mónica Giambruno comentó que "en la medicina no existe el 100% de seguridad", incluso cuando un estudio arroja buenos resultados. "A mis pacientes siempre les digo que hay un 95% y un 5% que se escapa", dijo.
La experta explicó que la cardiopatía isquémica puede derivar en la muerte súbita de dos formas: o mediante una arteria que se cierra y por ello hace que se pare el corazón, o por la falta de sangre al tejido cardíaco, lo que lleva a una arritmia —trastorno del ritmo cardíaco— y finalmente al fallecimiento.
"Si de algo se muere la gente de 60 años, es de causa cardiovascular o de cáncer, no es algo no común", afirmó Giambruno. La experta recordó que a diario mueren unas 25 personas por causas cardiovasculares —13 mujeres y 12 hombres—, la mitad de ellas por muerte súbita. Larrañaga no escapó a esa estadística.
Hasta antes de las altas cifras de defunciones diarias registradas por covid-19, la cardiopatía isquémica era la principal causa de muerte en hombres mayores de 55 años y mujeres mayores de 60 años, expuso. "Por eso es tan importante que todos sepamos hacer reanimación y que se tenga conciencia de que hay que pedir ayuda", manifestó.
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