Escribo estas notas con cierta nostalgia. Sin embargo, he procurado acudir a la memoria para recordar hechos. Me refiero a la antigua ley de la “derecha” instintivamente reconocemos el comportamiento de las personas. La derecha es y será siempre objeto de honor. En la Biblia aparece con toda claridad ejemplos de este significado de la derecha.
Días atrás me encontré con un colega en un restorán céntrico. No íbamos a almorzar sino a beber una refresco. Con sorpresa el camarero trajo dos botellas, que dejó displicentemente sobre la mesa. Sobre la misma dejamos los vasos y las botellas pero las servilletas de papel brillaron por su ausencia. Rescato el buen comportamiento del empleado. Con justeza había puesto los refrescos a la derecha de nosotros dos.
La ley de la derecha viene de muy lejos. Se la ha considerado como un detalle de gran honor. Por eso, no da igual que pasemos por la vereda y dejemos de lado a dos señoras a la izquierda nuestra. La ley de la derecha es universal. Por eso la mujer cuando camina junto a su marido instintivamente se coloca a su derecha. A la derecha colocamos el pabellón nacional en el frente de un edificio y colocamos otras insignias por orden alfabético.
No dejo de recordar que en la mesa, tanto para un almuerzo o una cena, el tenedor va a la izquierda y el cuchillo a la derecha. Esto es así no por ser más honorable el cuchillo que el tenedor, sino porque es la mano derecha la que tienen que usarlo. Es evidente y los lectores captarán de inmediato otras sugerencias. Todo depende del sitio donde nos encontremos. En nuestro hogar, en el lugar de trabajo, en un agasajo, los cubiertos siempre seguirán el orden que he mencionado.
Debo admitir que hay personas que su mano útil es la izquierda. Es una concesión amable que no merece ningún comentario.
A la derecha se coloca también la servilleta, que desaparecerá apenas el comensal tome asiento.
Quizás hemos observado en algunos sitios, la colocación de las copas. En nuestro hogar es muy sencilla porque por lo general son dos, una para el vino y otra para el agua. En algunas ocasiones las copas crecerán en número de acuerdo a los distintos tipos de bebida que se servirán, y también la del champan estará entre ellas.
La ley de la derecha está instalada en nuestra educación y es muy agradable observar, en la calle, cómo unos jóvenes se apresuran a ceder la derecha a un matrimonio mayor.
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