Un profesor de astrofísica y cosmología de la Universidad de Notre Dame, Grant Mathews, concluyó que la estrella de Belén, conocida por la tradición cristiana como el astro que guió a los Reyes Magos al nacimiento de Jesús, no era verdaderamente una estrella sino que una alineación planetaria que se produce cada 500.000 años.
Luego de estudiar el fenómeno durante más de diez años, Mathews encontró que durante la mencionada alineación Venus estaba en Piscis, Mercurio y Marte sobre Tauro y que Júpiter, Saturno, la Luna y el Sol estaban en Aries. Esta constelación estaba en el equinoccio vernal.
El profesor de la Universidad de Notre Dame indicó que, para que se produzca una alineación que se asemeje a la anterior, pasarán 16.000 años e incluso en este caso Aries no estará en el equinoccio vernal. Por lo que para que se produzca una alineación idéntica pasarán 500.000 años.