La fábrica que levantaba sospechas y hoy está en la mira de la fiscalía

El lugar siempre fue así, tranquilo y silencioso. Por eso a algunos pobladores de la zona les llamó la atención ver el martes 12 al mediodía a un grupo de policías –con chalecos y pasamontañas– llegar hasta el predio de la planta en dos camionetas, y recorrer las instalaciones.

Esos policías estaban allí dando cumplimiento a una orden de allanamiento solicitada por la fiscal de Estupefacientes Mónica Ferrero, que investiga si en este lugar se lavó dinero de Martín Mutio, imputado el 30 de agosto de 2019 por asistencia al narcotráfico. Es que a criterio de la fiscal es uno de los responsables del envío de  4,5 toneladas de cocaína que las autoridades portuarias de Hamburgo (Alemania) incautaron en julio del año pasado, en un contenedor que salió de Montevideo.

En la cabina de seguridad en la entrada de la planta hay dos colchones en buen estado, y una silla. Adentro hay un camión estacionado, una moto, el hombre que estaba barriendo en el fondo –encargado de tareas de mantenimiento– y uno de los dueños de la empresa, quien fue detenido el mismo martes, porque en otro allanamiento realizado en su casa de Montevideo –de un total de cinco que se hicieron en el marco de esta investigación– la policía encontró armas y droga.

Ferrero había solicitado a la jueza Beatriz Larrieu que el hombre fuera imputado por tráfico de armas y tenencia de estupefacientes, pero la magistrada solo aceptó el primer delito, y decretó para el empresario prisión domiciliario por 60 días. El arresto lo cumple en el predio de la fábrica porque allí también tiene una casa, y en la audiencia del miércoles alegó que “necesitaba trabajar”, dijeron a El Observador fuentes de la investigación.

Los informantes agregaron que Larrieu no aceptó que se pusiera ninguna medida de seguridad para controlar que el imputado respetara el arresto, como tobillera electrónica o custodia policial. 

La vigilancia del hombre quedó a cargo de los efectivos de la Oficina de Supervisión de la Libertad Asistida (OSLA), quienes pasarán con frecuencia semanal por el lugar para corroborar que el imputado cumpla con lo dispuesto mientras espera el juicio oral. 

Luego de ser imputado el hombre fue trasladado por la policía directamente desde los juzgados penales ubicados en la calle Juan Carlos Gómez (en Montevideo) hasta Virgen de las Ánimas.

La mala fama

La mayoría de los vecinos prefieren no realizar comentarios sobre la actividad de la fábrica y la “mala fama” que ha cosechado desde que se instaló allí hace casi diez años.

Hay uno, sin embargo que, sin dar su nombre, cuenta que desde un inicio mucha gente tuvo la sospecha que allí “se lavaba dinero”, tal como lo declaró este martes ante la jueza Larrieu –a pedido de Ferrero– un hombre que trabajó en la empresa y que aportó pruebas sobre la presunta actividad delictiva. 

“Y se han hecho varias fiestas, con camionetas grandes, pero nunca fueron de hacer mucho ruido. Siempre se manejó todo de manera reservada”, afirmó.