Diego Vila

La jugadora de handball que emprendió para mejorar la calidad del deporte

Sofía Chero siempre tuvo un espíritu emprendedor, pero decidió dar el paso cuando notó que los insumo deportivos no cumplían con sus exigencias

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06 de octubre de 2019 a las 05:00

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Ser deportista, estudiar profesorado en educación física y empezar a trabajar. Ese fue el recorrido que hizo Sofía Chero hasta que se dio cuenta que en su ambiente había algunos problemas de calidad con los materiales con los que se trabajaba. Si bien siempre tuvo un trabajo en paralelo, su gran pasión es jugar al handball y fue donde detectó el primer problema. “La pelota de handball es para agarrar, se tiene que poder agarrar, y eso influye cuando los niños están aprendiendo”, contó a Chero a El Observador.

Pero la calidad de los materiales fue uno de los tantos argumentos que la llevó a emprender y fabricar materiales deportivos de buena calidad y para eso creó la empresa Blesbok.

Siempre tuvo un espíritu emprendedor y supo desde un principio que quería “hacer algo” en el mundo de los deportes pero nunca pudo realizar un proyecto en concreto. “Nunca pensé una idea en particular, pero siempre creí en que iba a tener algo que fuera mío, algo que yo creara”, subrayó.

En este sentido, cuando comenzó a trabajar en instituciones educativas, fue el momento en donde vio que se necesitaba una vuelta de tuerca. “Cada vez que se pedían los materiales para empezar las clases, demoraban meses. Hasta mitad de año, no tenías material y el material bueno era muy caro y el barato, muy malo”.

Con esta premisa en mente, decidió crear un proyecto en donde la calidad y el stock suficiente estuvieran en el centro. “Cuando, en edades tempranas, se practica deporte con material que no es bueno, influye mucho para que los niños continúen practicando”, comentó Chero.

Pero a medida que las pelotas, tanto de handball como de fútbol, y el material deportivo en general comenzaban a llegar, el boca a boca hizo lo suyo y cada vez se vendían más insumos. En una primera partida, a fines del año pasado, encargaron 600 pelotas y todas se vendieron en menos de seis meses. Además, por la calidad y el precio, la pelota de handball se comenzó a usar en ligas profesionales siendo la primera de la industria nacional que se utiliza.  

Diego Vila

Para esa primera partida, la deportista invirtió menos de US$ 4.000 que tenía ahorrado. “Yo sabía que tenía que vender como sea porque si no perdía todo”, dijo entre risas y con los ojos iluminados. Desde el comienzo, Chero recibió la ayuda de su madre –Jenny Marega- que también es profesora de educación física. Y lo correspondiente al diseño de la pelota fue elaborado por otra jugadora de handball y diseñadora, Fabiana Sención.

Asimismo, cuando Chero comenzó con el proyecto pensó que iba a ser difícil llegar al público, sobre todo porque los productos no son de consumo masivo. Sin embargo, para su asombro, las ventas aumentaron ni bien se lanzaron al mercado y hubo un “boom” de apostar a consumir materiales deportivos de calidad.

“Cuando, en edades tempranas, se practica deporte con material que no es bueno, influye mucho para que los niños continúen practicando”

A medida que la empresa creció, ella alivianó un poco su agenda porque entendió que si no lo hacía así, iba a perder la oportunidad de seguir creciendo. “Entendí que esto era mío y si no le prestaba atención, todo se iba a quedar en el boca a boca”.

Si bien se apuesta a la calidad, siempre se tuvo en cuenta las diferentes realidades. Por eso se apostó a tener una oferta variada que combinara en precio accesible pero sin perder mucha calidad.

Chero trabaja directamente con la fábrica para poder importar los productos y ahora incorporó a otra marca para poder sumar nuevos materiales. De cara al futuro, buscará seguir ampliando la oferta sin dejar de tener un precio competitivo. Por otro lado, intentará que no solo se asocie la marca con el handball, sino poder llegar a estar más presentes en otros deportes.

El diferencial

Si bien en el último tiempo en Montevideo ha implosionado la industria del deporte, para Chero el gran diferencial se encuentra en por qué crearon la marca. “La creamos en base a una necesidad de tener material de calidad suficiente y que sea accesible a todos”.

La emprendedora tiene claro que trayendo y fabricando material de baja calidad puede aumentar las ventas pero sabe que eso repercute directamente en la calidad del deporte a nivel general. “En Uruguay hay una filosofía de comprar lo más barato y, si se rompe, se gasta el doble en lo más caro”, comentó.

Diego Vila

Y este es uno de los mayores inconvenientes que la emprendedora ha encontrado a lo largo de su carrera, ya que la poca inversión en materiales, no les permite en muchos casos a los deportistas lograr un cierto “despegue” y más profesionalismo.

Actualmente, la startup se encuentra en un proceso de negociación para comenzar a exportar algunos productos a Argentina. Además buscarán que se juegue en las ligas profesionales de handball del vecino país. “Estamos tanteando el mercado y de a poco avanzamos”, relató.

Más allá de la pelota 

Chero no se quedó solo en los insumos para deportes, quiso ir un paso más allá y mezclar su actividad diaria con su espíritu emprendedor y, junto con Natalia Odacio otra jugadora de handball, fundaron un gimnasio llamado Zona Training.

Esto surgió a raíz de que hace cinco años, ambas daban clases de gimnasia al aire libre y desde entonces querían hacer su propio lugar pero por razones de tiempo nunca se concretó.

Un tiempo después de que las dos estaban más estabilizadas económicamente, se juntaron, buscaron un lugar y lo fueron a ver. “Dijimos ya está, es ahora”, comentó Chero.

Zona Training está ubicado en la zona de Parque Batlle y cuenta con distintos horarios en los que se ofrecen diversos entrenamientos. Todo con lo que cuenta el local, es propio de la marca creada por Chelo y su madre. “Todo fue hecho por nosotras. Pintamos las paredes, pusimos los aparatos y colgamos los carteles”, señaló.

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