Diego Battiste

La mirada de Fossati sobre la selección: "No podemos dar un paso atrás"

Medio siglo en el fútbol en forma ininterrumpida, como jugador y entrenador, le dieron vida propia a su carrera, que lo llevó hasta la selección y a los 67 años lo encuentra dirigiendo al sorprendente River. En una charla con Referí, el entrenador habló de todo

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12 de abril de 2020 a las 05:03

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Era cerca de las 9 de la noche del viernes 13 de marzo cuando llamó a Adriana, como cada día a la salida de los entrenamientos, para definir dónde iban a cenar, cuando su esposa lo sorprendió. “¿Viste que se suspendió el fútbol?”, escuchó Jorge. No sabía aún de la decisión del gobierno, porque después de la práctica se habían quedado viendo algunos detalles del entrenamiento y definiendo la lista de concentrados porque el domingo visitaban a Danubio en Jardines, en el partido de la cuarta fecha del Torneo Apertura. Volvió a su casa y entendió que algo empezaba a cambiar en la vida, no solo porque se habían suspendido los espectáculos públicos como consecuencia de los primeros casos de coronavirus en Uruguay.

Aquella noche no salieron. Tampoco el domingo, porque la iglesia suspendió las misas para evitar aglomeraciones. El lunes camino cinco kilómetros por la rambla, y cuando leyó las recomendaciones de no salir de casa, decidió encerrarse.

“A veces cuesta caer y entender la situación que estamos viviendo. Cada día cuando abrís los ojos, decís: ‘Estoy saliendo del cine o me estoy despertando’. Parece de ciencia ficción lo que nos toca ver. Es cruda la realidad, porque en el mundo está muriendo mucha gente. También, es momento para reflexionar sobre muchas cosas de nuestra vida, acerca de la vida que llevamos y para dónde vamos. ¿Quiénes somos? ¿Si tenemos o no el poder que pensábamos que teníamos? Ahora quedó bastante claro que somos muy poquito por más dinero o poder político que tengamos. Por eso digo que algo nos tiene que dejar esto. ¿Qué decíamos antes de todo esto? Que era imposible quedarme en mi casa, que era imposible parar de trabajar, que no tengo tiempo para mis hijos, que no tengo tiempo para ver a mi padre o mi madre. Y resulta que de un día para otro tenés tiempo por las circunstancias que se plantean, y paradójicamente tenés tiempo, pero no podés ir a ver a tus hijos, nietos, a tu mamá o papá. Todo eso tiene que servirnos para reflexionar. Y si pudimos parar un montón de chimeneas a la vez y darle descanso a la naturaleza, porque, cuando volvamos, no lo hacemos gradualmente con mucho más cuidado de cómo lo estamos haciendo y así no vamos a tener los problemas de cambios climáticos como los que hemos sufrido. Si esto no nos ayuda a reflexionar, no sé qué tiene que pasar. Seguramente no habremos entendido nada”.

Diego Battiste

Hace cuatro semanas la vida de Jorge Fossati, el técnico uruguayo que actualmente dirige a River Plate, que lleva 50 años en el fútbol como jugador y luego en la función de entrenador, que en noviembre cumplirá 68 años, transcurre en su apartamento, con caminatas en los espacios que tiene, videollamadas con sus siete nietos y sus hijas, y la escritura, explica, y plantea el tema para una charla de dos horas y media con Referí a través del teléfono: “¿Sabías que empecé a escribir?”.

¿De qué?

Del fútbol, porque me queda más presente si escribo las cosas. Escribo y corrijo. Y me pregunto por qué no hicimos esto de tal manera o de tal otra.

¿Va a publicar un libro?

¡Nooo! Eso lo dejo para vos. Pero, si quisiera, de táctica puedo juntar 500 archivos que tengo y pueden hacer un libro. Eso ya está pronto. Y otro libro puede ser una autobiografía sobre lo que viví en el mundo del fútbol.

Diego Battiste

Sería una buena alternativa.

Lo pensé en algún momento, también me lo propusieron, pero no me parece oportuno porque hay verdades que si las pasás a lo público, sería quebrantar códigos y ética, porque hablás de otras personas. ¿Y qué gusto tendría ese libro si, por cuidar a otras personas, en definitiva, no digo la verdad? Además, no lo podría hacer porque no soy de quedarme callado y habría un montón de cosas que puedo contar, pero entrás en esa famosa fase de: ‘Dame pruebas’.

Hay situaciones, y situaciones.

El danés que nos arbitró contra Australia (Claus Bo Larsen, en el repechaje para el Mundial de Alemania 2006, el 12 de noviembre en el Estadio Centenario cuando Uruguay ganó 1-0) nos ‘robó’, y no puedo dar más pruebas que el video. ¿Con qué pruebo que ese día actuó deliberadamente contra Uruguay? Te pongo un simple ejemplo, y seguramente a nadie le interesa. Y creo que a nadie le interesa, porque muchos estábamos involucrados en el fútbol en ese momento, había mucha gente, dirigentes, empresarios, periodistas, jugadores, técnicos, aficionados, y todos actuamos como actuamos en su momento. Creo que hay muchos hoy que prefieren un telón desde 2006 para acá. Parece que el fútbol empezó en esa época, entre otras cosas porque no se quieren hacer cargo de lo que decían en su momento.

¿Como qué?

Que el jugador uruguayo venía a la selección por plata.

¿Era verdad?

¡Cómo va a ser verdad, si la selección ganaba un partido y les pagaban como premio US$ 300 o US$ 400! ¿Cuánto sale un upgrade? Vos sabés muy bien que a los jugadores les mandaban pasajes en económica y ellos se hacían cargo de la diferencia para venir más cómodos y evitar el desgaste que genera un viaje en económica, cuando tenés que jugar unos días después. Y el costo del upgrade era mucho más que ese premio. ¿Y cuántos dirigentes se rasgaban las vestiduras y decían que en la selección uruguaya debían estar los jugadores de Uruguay? ¿Sabés qué pasaba? Que los que querían hacer negocio eran algunos dirigentes.

Diego Battiste

Lo que sucedió en Uruguay es que cambió la organización.

Sí. Hubo un cambio. Estoy feliz que la selección haya transitado por este camino en cuanto a la organización. Estoy feliz que viajen como viajan hoy. No me voy a quedar en el pasado y decir: ‘Como nosotros fuimos en económica a Australia para jugar un repechaje, ahora también tiene que hacer lo mismo’. ¡No! Eso es evolución, y bienvenida la evolución. Pero esto no quiere decir que nosotros no lo pedimos. Por supuesto que pedimos viajar en un chárter. Pero cuando lo pedimos, los dirigentes decían: ‘Estos quieren lujo’… Esos mismos son los que no quieren hablar del pasado. Quieren poner un velo porque van a tener que explicar lo que hoy no dicen. ¿Por qué era un lujo en ese momento y por qué ahora algo 50 veces mejor no es un lujo? ¿Por qué en aquel momento teníamos que hacer la selección con los jugadores de acá? Y lo hicimos, porque entendíamos que podíamos hacerlo. Porque nosotros citábamos a 15 o 20 jugadores del medio, pero la mayoría se iba a los tres meses, entonces, en ese momento les decía: ¿Por qué no cerramos el período de pases para el exterior? Ahí estaba la solución para lo que querían. Pero resulta que le vendían humo a la gente... querían que los lleváramos porque así los podían vender. ¿Por qué esas mismas personas que decían todo eso ahora están calladitos y no dicen nada cuando casi todos vienen del exterior? Y está bien lo que hacen porque el técnico actual entiende quién es el mejor para cada posición y punto.

Recuerdo las peleas que Paolo Montero, como capitán, tenía con los dirigentes para mejorar la infraestructura del Complejo de la AUF, y que consiguió mucho en aquellos tiempos.

Paolo y todos peleábamos para que estas cosas que están hoy estuvieran en ese momento. Por ahí no conseguimos nada, pero veíamos cuál era el camino. Por suerte la cabeza de los dirigentes cambió. Sin dudas que este nuevo escenario tiene que haber llegado para quedarse. Para atrás ni un paso.

Camilo dos Santos

¿Por qué se puedo concretar ese cambio?

¿Tenés buena memoria? Hay una diferencia entre 2004 y 2005 en el relacionamiento de la selección con la gente. Te pongo un ejemplo: el día previo al partido con Perú, Gonzalo De los Santos le había dado un golpe involuntario al Chino (Recoba), que no le permitía jugar. Íbamos en el ómnibus hacia el estadio y leí carteles en avenida Italia que decían: “Chino cagón”. Eso fue al comienzo. Después de la Copa América (2004) empezó a cambiar ese ambiente y la prueba fue lo que se vivió con la gente en el camino al aeropuerto cuando nos fuimos para Australia. Esa era otra gente, pero era la misma gente.

Eso pasó siempre. Si ganás sos el mejor, si perdés te cuestionan.

Pero también pasó con la prensa. Y nunca me molestaron las críticas. Jamás me molestaron. Pero sí los atropellos. ¿Te acordás cuando un medio, que no estaba en Perú, informó que los jugadores alcoholizados en la noche anterior al partido con Brasil le habían pegado a Forlán? Y nunca salieron a decir que se habían equivocado con la información. Si hoy vas a los diarios, la historia cuenta eso. ¿Te parece bien? Porque nunca dijeron que aquello no había sucedido.

A Uruguay le faltaba peso político. También le faltó suerte en aquellas Eliminatorias para 2006, en las que la selección terminó invicta, con muchos empates, y no pudo ir directo a Alemania.

Faltaba peso político y que se hicieran escándalos cuando te perjudicaban. Clarín tituló: 'A Uruguay le bajaron la Cagni (el línea que perjudicó a Uruguay)'. Por eso, en esos temas puntuales no es cuestión de suerte, es el peso político. Espero que algún día alguien me pueda demostrar que Cagni no se equivocó.

 Y eso marcó las Eliminatorias.

¿Sabés qué paso en aquel momento? Que me trataban de loquito porque decía las cosas. ¿Y qué paso después? ¿O no quedó claro que esa FIFA estaba plena de corrupción? ¿O no les quedó claro que esa Conmebol estaba igual? ¿Qué precisan? ¿Y ustedes se creen que toda la corrupción pasa porque Fulano se llevó una cometa? No, pasa por otras cosas. Mirá películas de la mafia y vas a ver cómo funciona.

Desde lo personal estaba trabajando muy tranquilo en Liga de Quito y vine a ganar la tercera parte en la selección, porque siempre pensé de la misma manera: para mí la selección es lo más importante.

¿Le dio lástima no haber continuado en aquella transformación que se generaba? Me refiero a diciembre de 2005.

Eugenio (Figueredo) estaba hasta junio de 2006. A fines de noviembre me propuso seguir. Le dije que me parecía que no correspondía porque no sabía si seguiría. Recuerdo que en aquel momento le ofrecí ir a la asamblea de clubes a dar la cara, para que me dijeran las discrepancias que tenían con la selección. Iba a dar las explicaciones con el conocimiento de la selección. Si me decían 'la selección es cara¿: iba a responder que después de lo que vi desde adentro, que de la recaudación que se obtenía se sacaban todos los gastos y si ganábamos de las utilidades se repartía 50% en premios para todos. Y si perdías no cobrabas nada. Les iba a decir que la selección se autofinanciaba. ¿Cómo iba a ser cara si no gastaban en la selección?

Así fue como quedamos en esperar hasta junio (2006). En diciembre firmé en Catar por seis meses con una condición: si me llamaban de Uruguay, porque había elecciones en la AUF, volvía. Cuando en marzo se hizo público el acuerdo con Tabárez, arreglé por dos años. De Uruguay viajé con el compromiso de Figueredo que iba a estar ahí, pero en la mitad de camino, cambió de opinión.

Camilo dos Santos

A aquel equipo de Uruguay le sacó un gran rendimiento, que, como le decía, le faltó suerte.

No hice nada raro. Lo único que hice fue hacer jugar a la selección como entiendo el fútbol y si podía hacerlo en un club cómo no podía hacerlo en la selección.

Aquellos equipos con línea de tres…

Parece que es lo único que se sabe de mí. Se olvidan por ejemplo que, nosotros, los últimos cinco partidos jugamos 4-2-3-1, con el Pollo Olivera, Recoba, Zalayeta, Forlán y otro punta que podía ser Chengue, Darío Silva o Chevantón.

Al Forlán de Manchester lo ponían en los segundos tiempos porque no tenía ritmo de fútbol. Ponía a otros, que eran los mejores, que tampoco jugaban. Porque esa es la liga que tenés que tener como técnico. Si hubiera agarrado antes, con Paolo jugando todos los partidos en Juventus, ¡lo que hubiera sido! Conmigo no jugaba, pero era titular. Por eso te digo, tenés que ligar. Cuando Diego entró a jugar en Villarreal todos los partidos pasó a ser titular en la selección, pero había que buscar un lugar. En el 3-4-2-1 me mataban porque lo tenía que hacer jugar de doble enganche. Como por su posición Diego se viene hacia atrás, ahí cambié por el 4-2-3-1. ¿Te acordás? El Canario García de '5' y Pollo Olivera de '8', Chino (Recoba), Forlán, Zalayeta, atrás del Chengue.

¿Cómo vivió todo este tiempo de la selección como hincha?

No creo que corresponda dar mi opinión de hincha. Soy un técnico con 25 años de carrera y que además dirigí a la selección.

¿Y como técnico?

Menos voy a dar una opinión por un tema de ética. En términos generales esta selección, de hoy, la actual, juega más como a mí me gusta, que la de antes.

¿Si hubiese tenido a la selección de la última década podría haber jugado con línea de tres?

Por supuesto. Y con la actual también. Podría, pero si lo hubiera hecho no sé. Para eso tenés que tener los laterales adecuados. Por ejemplo, en la actual Viña es de esos laterales que a mí me encantan porque es un lateral lateral, pero, ¿el caso de Laxalt?¿Qué es Laxalt?

Un volante ofensivo.

Entonces, ¿es más lateral para línea de 4 o de 3? Te estoy respondiendo qué haría. Lo pondría con tres zagueros para que el recorrido de él sea menor y me pueda dar más en donde da más, en ofensiva. Esa es mi teoría. Pero ¿quién soy yo para decir esto? Es solo mi opinión. La verdad no la tiene nadie.

Sí, la verdad la tiene el que arma el equipo.

No, el que arma el equipo es el que tiene más información. Si hubiera una verdad, siempre ganaría el mismo y ni Guardiola ni Mourinho tienen la verdad.

Camilo Dos Santos

¿Se fue a hacer dinero a Catar?

¿Está mal?

No. Simplemente le pregunto.

Al que se pregunta eso, le diría: si lo llaman, ¿qué haría?

¿Hubiese cambiado el dinero por el proyecto deportivo con la selección acerca del que había hablado con Figueredo?

Sin dudas. Lo cambiaría porque nací como deportista sintiendo que la selección es lo más grande que hay. La celeste es lo más grande que hay y se terminó. Porque creo que tenía las cualidades para hacerlo. No sé si lo hubiera hecho mejor que Tabárez, no quiero decir eso, eso sería charlatanería y entrar en un terreno que no se puede demostrar. Eso sí, pudo decirle que creo que estaba preparado para eso. Luego de ese año y medio que estuve conociendo por dentro la selección, todo tendía a si mejoraba la parte política, que era el talón de Aquiles que teníamos, si a la selección la iban a defender más desde la AUF en los terrenos que debían defenderla, desde los propios clubes, no había otro camino para recorrer. ¿Sabe por qué? Porque las cualidades del futbolista uruguayo estuvieron, están y van a seguir estando. Y como siempre digo, las cualidades de los técnicos uruguayos y de los profes también estuvieron, están y van a seguir estando. Si a eso le agregás organización y respaldo político, no tengo dudas que la selección uruguaya de fútbol está en condiciones de pelear siempre lo que juegue.

Camilo Dos Santos

¿Es poco haber ganado una Copa América en 14 años?

No sé si es poco o mucho.

¿Es poco o mucho ser cuarto y quinto en dos de tres Mundiales?

Como cuando sucedió 1970, un cuarto puesto es destacado. Y es destacado porque hay que mirar todo. ¿En qué condiciones vas? Porque acá se pasa al barrer, se compara y se olvidan de un montón de detalles. Si no decimos todo lo que pasó en 1970, que a Uruguay le cambiaron la sede para jugar contra Brasil, le estamos contando la historia a medias. Y otra vez vuelvo a lo político. ¿Cómo te dejaste cambiar la sede? ¿Eso fue culpa del entrenador de la selección? No, ¿verdad? Pero después resulta que los que perdieron fueron los jugadores y los técnicos. No. No es así, porque los futbolistas uruguayos durante años pasaron por arriba de todo eso, de los cambios de sede y de la falta de peso político y conquistaron cosas maravillosas. Fui amigo de Omar Míguez y Julio Pérez que me contaron un montón de cosas. Que iban a la guerra con un tenedor. Iban y lo conseguían igual, y eso llevó a que nos creímos que vamos y de cualquier manera ganamos. Pero eso ya no es así. Los otros empezaron a organizarse. Por eso entiendo que tenemos que seguir mejorando en organización, como se mejoró desde mi punto de vista en todos estos años. Se mejoró porque entendemos que es por acá el camino. Y de este es camino no nos podemos aportar más. Después estará Inzaurralde de técnico o quien sea, y jugará de otra forma, pero la política de la selección tiene que seguir igual o seguir mejorando.

Camilo dos Santos

Lugano se formó al lado de Paolo, y esas cosas marcan el hilo conductor de la historia del fútbol uruguayo.

¿Lo escuchaste a Diego hablar de Paolo alguna vez?

No recuerdo.

Bueno. Se lo dije (a Diego Lugano). Son cosas que no entiendo. Deberían hablar de Paolo, de Darío (Rodríguez), del Canario García, que lo marcaron.

Te voy a contar una anécdota de aquellos tiempos para que pueda ver cómo se fue haciendo Diego (Lugano). Para la primera convocatoria Diego consigue venir cuatro o cinco días antes que los demás y comienza a entrenar con la sub 20. Cuando vienen los otros convocados para jugar con Paraguay, recuerdo que vamos para el almuerzo y le había dicho a Paolo y Darío que dejaran una silla vacía. Llamé a Diego y le dije: ‘Sentate acá y vayan hablando de táctica’. Paolo me miró extrañado y me respondió: ¿Yo de táctica? ¿Qué voy a hablar de táctica?’. Ahí veías los códigos de él, el respeto hacia el técnico. Entonces le dije: ‘Explicale que cuando vos decís stop es para que pare’. Porque Paolo no decía pará o frená, en Italia estaba acostumbrado a decir stop. Ahí empezaron a vivirlo. Igual que Diego Godín, que estaba allí como jugador de Cerro. Porque los cambios se empezaron a producir en 2005. Se reunían cinco o seis dirigentes de clubes diferentes y nos iban a visitar como una forma de apoyo en la concentración.

Te cuento una más: recuerdo que una vez, en una de esas tantas visitas que hacían los dirigentes, le dije al delegado de Cerro, ‘cuiden a ese pibe’, porque lo veía jugar a Diego (Godín) y veía que iba a ser un monstruo. ‘Va a ser el mejor zaguero del fútbol uruguayo’. Y como con Godín, con todos. Tenías que ver lo que fue aquel debut del Monito Pereira. Cómo trataban de ayudarlo los compañeros, lo que hacía Paolo, la solidaridad. El amor propio.

Le molesta que no se hable de Paolo, Darío Rodríguez, y de esa generación que alentó a la que vino luego y generó una transformación.

Me fastidia que comparen y que pareciera que todo nació en 2006. No. No es así. Toda la vida fue igual, porque lo que sucedió en el fútbol uruguayo fue una transmisión de generación en generación. A través de toda la historia. ¿Por qué ninguno de los tres Diego (Lugano, Godín y Forlán) habla de esos jugadores que les dieron forma a sus inicios? Los tres son jugadores a los que les tengo un aprecio enorme porque los vi crecer, y no soy el padre de nadie, pero qué felicidad me da verlos triunfar. Al mismo tiempo me apena un poco que no se acuerden de sus compañeros, de los anteriores que créeme hicieron mucho por la clase del futbolista con errores y virtudes.

Pedro Tristant

¿Estaba cansado de vivir en el exterior y se volvió a dirigir a River Plate?

No cierro para nada la posibilidad de volver a salir. Volví porque se dieron las circunstancias. Fueron momentos. Mi primer equipo como entrenador. Fue el equipo al que mi viejo me llevaba desde chiquito como hincha de River. Si te cuento esto vas a entender por qué estoy acá: mi viejo trabajaba en el personal de recaudación y siempre pedía para que le dieran los partidos de River en la B, y luego en la A. Nunca quería ir al estadio porque vendían las entradas, salían de la cabina y se iban a mirar el partido. Era otro mundo.

Ahora se dio que en este momento, en 2019, que veníamos de Arabia Saudita, que tenía otras opciones del exterior pero ninguna me movía el piso y apareció River, donde empezó a jugar lo afectivo: siete nietos, dos viajarían conmigo por mi hija y (su esposo) el Matraca (integrante de su cuerpo técnico), pero los otros no. Fijate que tuve acá un auto durante dos años y tenía 3.000 kilómetros. No lo usaba porque estaba en el exterior. Tengo mi casa y no la disfruté. Se dieron todas esas circunstancias, que combinaron con el hecho muy importante que no me puedo olvidar que soy un profesional y que tengo una responsabilidad avalada por una carrera. Había mucho para hacer.

¿En Uruguay recibe el mismo salario que en el exterior?

No. Pero la ecuación que hago es: de dónde me llamás, de qué lugar, cómo es el mercado y sus posibilidades económicas. Aspiro a cobrar de acuerdo a lo que considero soy dentro de mi profesión. Porque sino mañana viene un muchacho con buenas cualidades, te dice 10 y le dicen 'cállate la boca porque Fossati arregló por 5'.

Camilo dos Santos

¿Qué influyó en la decisión?

Un montón de cosas, además de las que te comenté. Por ejemplo, mandaron a Carlos Buela porque era dirigente cuando estuve en 1993. Pero también analizamos con mis compañeros de cuerpo técnico. Matraca (Gutiérrez) y la Pocha (Martins), quienes conocían al plantel más que yo. Porque no soy de ir a las canchas. Prefiero mirarlo por TV. No lo vi a River las veces que lo vio la Pocha, que va con su hija a la cancha porque es hincha de River. Ellos fueron los que me hablaron de Arezo. Me hablaron del plantel de River, desgranamos uno por uno los jugadores. Llegamos a la conclusión que el club tenía un plantel bueno, competitivo. Fue entonces cuando le dije a los dirigentes que había que reforzar los zagueros y me enteré que Gonzalo Viera estaba en la vuelta. Les dije que no se durmieran, porque le iban a aparecer ofertas. Lo llamaron y se arregló enseguida porque puso todo de su parte para quedarse. Trajimos a Piquerez. Y así se fue armando todo. Cuando se terminó el primer año, les plantee que si me aseguraban la continuidad del equipo, seguía. ¿Sino para que iba a continuar? Se terminaban 15 contratos y desarmaban lo que habíamos hecho qué sentido tenía seguir. Trajimos refuerzos, sufrimos percances, y apelamos a los jugadores del club. Pibes que veíamos del año pasado, que estaban trabajando y de quienes estábamos contentos con la evolución, y cuando vuelva el fútbol tendrán las oportunidades. Por eso creo que River tiene plantel competitivo este año. Tiene que estar para mejorar lo que se hizo. Creo que puede ser protagonista.

¿River puede ser campeón?

Creo que sí. En torneos locales, sí. Es competitivo. La continuidad es muy importante. Y sabemos que peleamos con planteles más amplios que tienen jugadores hechos en Primera, pero nosotros tenemos un gran grupo. Si me preguntabas en julio del año pasado, te decía que estábamos peleando el descenso. Ahora, con humildad y ocho meses de trabajo podemos pelear por el título, ¿por qué no?

Leonardo Carreño

En estos tiempos de encierro, ¿cómo es el seguimiento que realizan a los jugadores?

El mantenimiento lo hacen con los profes. Todos los días los jugadores reciben videos, explicaciones, con el profe Avelino demostrando. Tenemos un grupo de WhatsApp entre los jugadores y cuerpo técnico para recrear las charlas que podemos tener antes de cada entrenamiento. Como si estuviéramos en la mitad de la cancha. Enviamos audios, videos, y escribimos mensajes de texto. Broma va, anécdota viene, y esa charla de cada entrenamiento nos permite recrear la actividad.

¿Cómo debería producirse la vuelta a la actividad?

Vamos a suponer que reiniciamos la semana que viene. Sé que no sucederá, pero pongámoslo como ejemplo: estaríamos completamos un mes sin entrenar. Pero durante todo ese mes tuvieron trabajo, entonces esperamos que estén en un 70% físicamente. Sí, 70% u 80% el que se comportó como buen profesional y no se dejó ganar por bajón ni estrés por encierro, porque le puso ganas. Quienes no fueron buenos profesionales y no llegan a ese porcentaje, el equipo no puede esperar por ninguno y el problema es de ellos, por tanto, si volviste mal, vas al fondo de la fila. Los jugadores lo tienen clarísimo desde el primer día que están con nosotros.

Cuando regresemos vamos a volver con trabajos técnico-táctico, y una vez que comencemos necesitamos dos semanas para ponerlos en forma. Lo ideal sería un mes de trabajo antes que se reanude el torneo. El mínimo para empezar son dos semanas, porque los vas a poner en prevención de que no vengan lesiones musculares, porque es el mayor riesgo.

Camilo dos Santos

¿Entre sus proyectos a futuro está dirigir nuevamente a la selección?

No lo tengo como proyecto. Porque mi proyecto hoy es salir campeón con River. Vivo el trabajo en el lugar en el que estoy y me concentro en eso, porque donde estoy es el mejor lugar del mundo.

¿Le gustaría volver algún día?

¿Eso es hoy una posibilidad? Entonces para qué mirar un lugar donde no hay. Es absolutamente ilógico pensar en eso. Por eso, mejor me sigo metiendo en lo mío y a la selección la sigo viendo como hincha, por más que ese hincha se mezcla con el técnico.

¿Hasta cuándo piensa dirigir?

Hasta que me sienta con energía. No puedo decir una fecha. Depende de la energía y pasión. Y hoy están intactas. Si no tengo pasión, lo corto mañana. Por suerte me sigue doliendo no ganar como desde el primer día, sigo disfrutando de ganar, sigo con las mismas ganas de entrenar como la primera vez que llegué a Las Acacias a dirigir a los pibes de Quinta de Peñarol. Y sigo hoy luego de todo el trayecto que Dios me permitió recorrer y con algo más de conocimiento y experiencia.

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