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La premonición de Cedrés a Bengoechea, la broma de Larriera a Valentín y el cansancio del Indio Olivera

La interna de un triunfo clásico trascendente: la premonición de Cedrés a Bengoechea, la broma de Larriera a Valentín Rodríguez, un jugador que no festejó y el cansancio del Indio Olivera

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17 de julio de 2021 a las 05:04

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Iba un minuto de adición en el clásico del Gran Parque Central y si bien Peñarol había sido neto dominador, había que aguantar los instantes finales.

Los nervios y la adrenalina le ganaban a Gabriel Cedrés luego de haber jugado tantos y tantos partidos de este tipo. El actual gerente deportivo vio desbordar a Valentín Rodríguez y quitarse a cuatro hombres de encima para convertir el 2-0 y saltó de su silla, corrió y se fue a abrazar con el director deportivo, Pablo Bengoechea. Saltaban como dos niños.

“¡Viste! ¡Te dije! ¡Te dije!”, le gritaba emocionado Cedrés. Es que el miércoles, en plena práctica en el gimnasio de Los Aromos, le había dicho a Bengoechea que este clásico lo iba a definir Valentín Rodríguez, uno de los futbolistas que quizás no estaba en los planes de nadie justamente para que fuera decisivo.

Staff Images / Conmebol
Valentín Rodríguez celebra el 2-0 transitorio ante Nacional

Tanta fue la alegría que una fuente cercana al plantel reveló a Referí que al llegar al vestuario Larriera bromeó con Valentín: “Así que ahora sos puntero…”.

En una de las últimas prácticas, 19 jugadores se quedaron a patear tiros libres terminada la misma. Si uno patea y convierte un gol, el que sigue, sale del juego.

Detrás del arco y pegado al palo siempre estaba Gabriel Cedrés. "Los carga a los arqueros, les hace bromas para incentivarlos. Tira una energía muy positiva", contaron desde dentro de Los Aromos a Referí.

El gol del descuento hizo que un futbolista no festejara tanto como los demás. Giovanni González estaba muy bajoneado y entre todos, trataron de levantarle el ánimo. Consideraba que su error en la salida había sido decisivo para ese tanto.

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Giovanni González no tenía muchas ganas de festejar porque se sentía responsable del descuento del rival

El ayudante técnico, Darío Rodríguez resumió lo que había significado el gol del rival en la hora. “En el fondo, capaz que es mejor, porque así vamos bien enchufaditos a la revancha y no vamos relajados que ganamos 2-0”, cuentan que dijo.

El Indio Walter Olivera, integrante de la dirección deportiva, estaba tan cansado como cuando jugaba y cuando llegaron de regreso a Los Aromos, prefirió irse a su domicilio y no cenar allí. Había descargado mucha adrenalina.

“Lo peor es que podés festejar a medias, porque todavía no se consiguió la clasificación”, comentó a Referí, la misma fuente consultada.

En Peñarol entienden que el cuerpo técnico de Larriera trabaja muy bien, de forma muy seria, con una armonía brutal en Los Aromos, y cuando las cosas salen mal que es cuando se quiebran los grupos, muestran que tienen todo dominado y demuestran tranquilidad.

Larriera se empezó a sacar la mochila pesada

Solo 11 días habían pasado del clásico anterior también en el Gran Parque Central en el que Peñarol no había mostrado casi nada y había perdido 2-0. Y solo 10 de que Mauricio Larriera se reunió con el presidente Ignacio Ruglio, quien quería saber cómo se sentía y el DT le respondió que seguía con la confianza intacta.

Claro que fueron días de muchas emociones encontradas para Larriera porque sabe más que nadie que su futuro en el club depende de estos clásicos de la Copa Sudamericana.

Y el primer paso lo dio de forma convincente. Le adosó a Nacional una derrota que no reflejó en los números (2-1) la diferencia futbolística que se vio en la cancha. Sí, tan solo 11 días después, Peñarol era otro equipo totalmente diferente, aunque con la misma convicción del técnico. Son esos vaivenes que tiene el fútbol, y más en un club grande, donde se aprende a vivir al límite. Los errores se hacen notar más, los aciertos quizás, a veces, pasan más desapercibidos.

Eitan Abramovich / Pool / AFP
Para Mauricio Larriera fue un partido muy importante

Larriera aprendió del clásico anterior y así preparó este. Con el mismo trabajo incesante de siempre en Los Aromos, pero con una mochila pesada sobre los hombros. Siempre hay que ganar los clásicos, pero esta llave de ida y vuelta, es decisiva para él.

“Siempre aparece igual, no exterioriza demasiado, salvo los dos goles de anoche (el jueves). Si venís del exterior y hablás con él, no te das cuenta si Peñarol ganó o perdió”, dijo una fuente del club a Referí.

Ahora se viene Liverpool el domingo y habrá variantes, porque el clásico del jueves 22, es prioridad.

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