La trama oculta del diplomático uruguayo que Venezuela acusó de conspirador

La acusación salió de la boca del ministro de Relaciones Exteriores venezolano, Jorge Arreaza, en un encuentro bilateral con el canciller Rodolfo Nin Novoa durante la XXVI Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno que se desarrolló en Guatemala entre el 13 y el 16 de noviembre, dijeron tres fuentes de cancillería a El Observador.

Con la designación de Remedi, el gobierno uruguayo había decidido elevar la jerarquía de la misión. Pero la nominación de este diplomático profesional –sin vínculos con el Frente Amplio o el chavismo– no demoró en generar un nuevo foco de conflicto con el gobierno de Maduro. De hecho, Remedi es el primer jefe de misión en Caracas sin afinidades ideológicas desde 2005, en los últimos días del embajador Juan José Arteaga.

Tras meses de idas y vueltas en los que se nominó a dos candidatos a ocupar el puesto de embajador –Carlos Barros, hoy en Perú, y Alberto Fajardo, hoy en Chile–, la decisión del gobierno uruguayo era mantener a Caracas sin un embajador, lo cual señalaba cierta distancia frente al gobierno de Maduro. La misión en Caracas estaba disminuida desde que Óscar Ramos –un hombre de confianza del Frente Amplio que venía de las gremiales del sector automotor– había dejado el puesto vacante en febrero de 2016. Entre esa fecha y el 5 de octubre, la diplomática Verónica Ramírez –una funcionaria de carrera de menor jerarquía– había asumido como encargada de negocios de forma interina.

Remedi llegó a Caracas el 5 de octubre como encargado de negocios y comenzó a hacer la tarea que cualquier diplomático formado hace cuando desembarca en un nuevo destino: juntarse con sus colegas para adquirir un panorama del estado de situación para poder informar a la cancillería. Así, el diplomático uruguayo hizo múltiples visitas de cortesía, que incluían tanto a los pocos aliados que al régimen de Maduro le quedan en el barrio como a los más vocales denunciantes de la crisis política y social de ese país.

Remedi estuvo con representantes de la Autoridad Palestina, Angola, Nicaragua, Bolivia, Cuba, Irán, Argentina, Colombia, El Salvador, Alemania, Portugal, Chile, China, Japón, Estados Unidos, Colombia, España, Paraguay y Canadá, entre otros.

Su participación en un par de grupos de trabajo que tuvieron encuentros organizados por la embajada de Canadá en los que se buscan alternativas diplomáticas para poder destrabar el conflicto político y contribuir a que el país caribeño salga de la crisis humanitaria le valió la acusación del gobierno de Venezuela, que no duda en tildar de espías o desestabilizadores a los diplomáticos de los países que denuncian los crímenes de lesa humanidad del régimen.

Visita a la Asamblea Nacional

Fuentes diplomáticas dijeron a El Observador que Remedi mantenía informada a la cancillería de forma constante sobre todo lo que hacía. Pero lo que no le dio tiempo de informar fue de su visita protocolar a la Asamblea Nacional del pasado 19 de noviembre, en poder de la oposición y declarada en desacato por la Justicia chavista, que en su lugar instaló a la Asamblea Nacional Constituyente.

“Estamos en la casa del pueblo, aquí están representados todos los ciudadanos venezolanos, es el lugar donde la democracia vive y yo quería venir a saludar al Sr. Presidente Omar Barboza y a los diputados para transmitirles el saludo del pueblo uruguayo”, declaró Remedi luego de la reunión que mantuvo con los parlamentarios opositores.

Sus palabras fueron explotadas por la oposición política venezolana –no pasó una hora y el reguero de pólvora con la visita “del uruguayo” ya estaba encendido– y llevaron a que el comité de base Líber Seregni del Frente Amplio en Venezuela acusara al diplomático uruguayo de “interferir en los asuntos internos” en una nota dirigida a la Comisión de Asuntos y Relaciones Internacionales del Frente Amplio (Carifa) informó La República este martes.

“Al visitar la Asamblea Nacional tácitamente le da legalidad a esta y no al gobierno del presidente Maduro, elegido por su pueblo, lo cual entra en contradicción con la posición del gobierno uruguayo de no interferir en los asuntos internos de ningún país”, dice el comunicado del comité de base.

Fuentes de la cancillería dijeron que el encargado de negocios ratificó sus dichos en una comunicación con el ministerio y que dijo que estaba dispuesto a defender su postura. Eso fue antes de que Nin Novoa lo llamara en consulta. La reunión tuvo lugar este martes en el Palacio Santos y transcurrió en muy buenos términos, según pudo saber El Observador. Tanto es así que Remedi volverá a Caracas en unos días para retomar sus actividades.

Las autoridades de la cancillería no creen que el representante uruguayo haya incurrido en algún error al visitar la Asamblea Nacional –uno de los cinco poderes del estado en Venezuela–, pero entienden que dadas las sensibilidades del caso el representante uruguayo debió cuidar un poco más sus comentarios públicos. Las jerarquías del Palacio Santos tienen claro que una visita protocolar de un diplomático extranjero al Parlamento y su encuentro con políticos opositores u oficialistas no debería ser motivo de preocupación para nadie, salvo que se trate de un gobierno que no tolera la diversidad de pensamiento.

Tampoco es la primera vez que representantes diplomáticos de Uruguay dialogan con miembros de la oposición venezolana en los últimos dos años. Antes de la llegada de Remedi, varios opositores venezolanos pasaron por la embajada uruguaya en Caracas: Williams Dávila (Acción Democrática) –en varias ocasiones–, Delsa Solorzano (Un Nuevo Tiempo), Gerónimo Correa, con enviados de Henry Ramos (Acción Democrática) y María Corina (Vente Venezuela) e incluso con Lilian Tintori, la esposa de Leopoldo López (Voluntad Popular), quien fue arrestado y condenado a 13 años de prisión.

En todos los casos hubo un pedido de audiencia de parte de los venezolanos, que fueron recibidos y escuchados. En el caso de Tintori el encuentro fue fugaz y fuera de la embajada.

Presentación ante el gobierno

Otro de los puntos que Arreaza recriminó a Nin Novoa y que curiosamente también coincidía con la nota que el comité de base del Frente Amplio en Venezuela remitió a la Carifa fue que Remedi no se había presentado formalmente ante las autoridades de la cancillería venezolana.

Según pudo saber El Observador, una de las primeras cosas que hizo Remedi en su nuevo destino fue enviar una nota verbal al Ministerio de Relaciones de Venezuela para solicitar una audiencia formal. Hasta el momento, las jerarquías de esa secretaría no respondieron a la solicitud del encargado de negocios uruguayo y, por lo tanto, no le concedieron una audiencia.

Quienes conocen y han trabajado con Remedi en los últimos 20 años afirmaban que este funcionario no dudaría en dar un paso al costado en caso que viera peligrar las relaciones bilaterales con otro país por su culpa. Pero ese no parece ser el caso, a juzgar por la decisión de Nin Novoa de enviarlo nuevamente a Caracas.