Lacalle Pou apuesta a dar más empleo a costa de salarios

Para el aspirante a la presidencia, el sistema de negociación colectiva debe asegurar su legitimidad “a ojos de todos los involucrados”, lo que significa que “cuando alguna de las partes siente que no es escuchada, o se considera perjudicada en forma sistemática, la legitimidad del sistema termina por resentirse”. 

Por eso, entiende que el mundo del trabajo debe analizarse desde perspectivas multidimensionales, que incluyen aspectos educativos, tecnológicos, demográficos y políticos. 

El senador Álvaro Delgado explicó a El Observador que si llegaran al gobierno el objetivo es “aggiornar la negociación colectiva, generar ámbitos técnicos para definir indicadores sobre la productividad y que existan mecanismos de descuelgue” de las negociaciones, que hoy existen pero no se utilizan con mucha frecuencia. 

En esa línea, proponen tomar en cuenta el territorio en el que se negocia. Lacalle Pou dijo al diario El País la semana pasada que “no es lo mismo trabajar en un supermercado en Montevideo que en Santa Catalina, hacerlo en cualquier punto del interior del país”. 

La propuesta se basa en el entendido de que la competitividad es diferente dependiendo de dónde se ubique la empresa. “Se tienen que poner en rangos diferentes según el tamaño y el dinamismo de la empresa. Coyunturalmente puede que (empresas más pequeñas) tengan un laudo menor pero es la diferencia entre la posibilidad de tener cinco o veinte empleados”, ejemplificó. 

Esa propuesta va alineada con los reclamos de las Cámaras de Comercio del Interior y de la CIU. En el primer caso, piden que se considere que la realidad de Montevideo no es la misma que la del interior y plantean que no se puede negociar algo en la capital que luego tiene alcance nacional. Para los empresarios de la industria es vital que se diferencien las negociaciones dependiendo de si son pymes o grandes empresas. 

“Nosotros decimos algo similar (que Lacalle Pou) sin hablar del territorio. Hay que saber diferenciar el tamaño de una empresa del de otra más pequeña”, dijo Gabriel Murara, presidente del organismo, a El Observador.

Bastante diferente es la visión de Richard Read, histórico sindicalista que el año pasado tuvo su última negociación colectiva con el sindicato de la bebida. Read valoró que Lacalle Pou “haya instalado el debate” sobre los Consejos de Salarios: “Es necesario escuchar todos los aportes respetando las formas de pensar. Los Consejos de Salarios vinieron para quedarse. Es obligación adecuarlos a la nueva realidad”, escribió en su cuenta de Twitter.

Sin embargo, Read  cree que la propuesta del precandidato nacionalista no es realizable. 

“Me parece imposible de hacerlo”, dijo al ser consultado por El Observador y agregó: “Rescato que el tema se ponga sobre la mesa porque es un tema que hay que debatir pero es incoherente regionalizar el precio del salario”.

En un punto medio se ubicó el abogado especializado Nelson Larrañaga, experto en asesoramiento legal en relaciones laborales de Ferrere. 

Para el laboralista, la pretensión de instalar negociaciones dependiendo del territorio implica que se deba dar un aumento del presupuesto para el Ministerio de Trabajo y hacer un estudio de la realidad de sectores y subsectores del interior. “Es una propuesta a analizar en cuanto a que sí es una realidad que los salarios que se perciben en Montevideo están pensando para el mercado montevideano y no para el del interior”, dijo a El Observador. 

Las propuestas de Lacalle Pou y su equipo sobre las negociaciones colectivas están plasmadas en sus lineamientos programáticos –difundidos en octubre del año pasado– y también se han incluido iniciativas puntuales en las ideas que presenta desde 2016 cada 2 de marzo y le envía al presidente de la República, Tabaré Vázquez. 

Pese a que no hay negociaciones salariales en curso, los consejos de salarios ocuparon parte de la agenda de esta semana. El disparador fue el primer desayuno de la Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM), del que participaron el politólogo Oscar Bottinelli (director de la consultora Factum) y los economistas Ignacio Munyo y Gustavo Licandro. 

“Los Consejos de Salarios son los enemigos de los desempleados, solo son queridos por los negociadores y los sindicalistas”, dijo el director del estudio Licandro-Díaz, exvicepresidente de la Cámara de Comercio y subsecretario de Economía durante el gobierno de Luis Alberto Lacalle. 

Su relación pasada con la política generó que varios dirigentes del Frente Amplio lo vincularan con el precandidato nacionalista Luis Lacalle Pou, quien había dedicado parte de sus discursos de estos últimos días en pueblos de Río Negro y Soriano a explicar su postura sobre los Consejos de Salarios.

En filas frenteamplistas señalaron que su idea era idéntica a la de Licandro y lo relacionaron con una intención vedada de quitar las negociaciones salariales. Ello motivó que tanto Lacalle Pou como dirigentes de su sector salieran a aclarar que lejos están de eliminar las negociaciones salariales en el marco de los Consejos de Salarios, pero que sí que es necesario hacerles modificaciones.

“La ortodoxia laboral y económica del economista Licandro no me gusta. Se pueden discutir, con altura, instrumentos y cómo mejorarlos. Los derechos no se discuten. La negociación colectiva es parte de nuestra propuesta de políticas laborales. Discusión seria y diálogo social siempre”, escribió Delgado en Twitter. 

El equilibrio 

En los lineamientos programáticos del precandidato blanco se destaca que el gobierno ha “ignorado” recomendaciones y observaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), especialmente atendiendo a reclamos de empleadores del sector privado. “Numerosas empresas solicitan tener en cuenta la heterogeneidad que existe dentro de una misma rama de actividad, según cuál sea el tamaño de la empresa, su ubicación geográfica, entre otros. No todas las empresas están en condiciones de asumir los mismos compromisos”, indica el documento. 

“Se pueden discutir instrumentos y cómo mejorarlos. Los derechos (laborales) no se discuten” 
Álvaro Delgado 
Senador de Aire Fresco

Para el abogado Larrañaga, esa contemplación que Lacalle Pou pretende tener tiene que ver con la discusión sobre “mantener el equilibrio entre conservar el empleo y el salario”. “La realidad es que si al empresario no le da el presupuesto, va a tener que empezar a recortar empleos”, sostuvo. 

Las coincidencias 

Si bien Read, Murara y Larrañaga tienen diferencias entre sí, coinciden en un punto que Lacalle Pou destaca en sus propuestas sobre los Consejos de Salarios: Uruguay está desactualizado y es necesario atender las recomendaciones de la OIT y adaptarse a la realidad coyuntural. 

“Si bien deslocalizas (con la propuesta de Lacalle Pou) la negociación colectiva requiere infraestructura”
Nelson Larrañaga
experto en derecho laboral 

En esa línea, Murara y Larrañaga señalaron que se debe respetar que la negociación privilegiada sea la bipartita (trabajadores y empleadores) y que el gobierno intervenga, más que nada, para definir los salarios mínimos. Esa no es la situación actual ya que el gobierno interviene en toda la negociación. 

Algunos puntos 

Cambios. En los lineamientos programáticos del sector Todos, se destaca que la revolución tecnológica, la automatización y la inteligencia artificial “están transformando muchas cosas”, entre ellas el mundo del trabajo. Por eso proponen que el empleo se analice desde puntos de vista educativos, productivos, tecnológicos, demográficos y políticos.

Funcionamiento.  Para Lacalle Pou se debe “asegurar la legitimidad del sistema de negociación a ojos de todos los involucradoso”. “Eso requiere un funcionamiento razonable y equilibrado. Cuando alguna de las partes siente que no es escuchada, o se considera perjudica en forma sistemática, la legitimidad del sistema termina por resentirse”, agregan los lineamientos programáticos. 

Tiempos.  Para el sector de Lacalle Pou es necesario revisar la normativa relativa a los tiempos de trabajo, porque creen que su limitación “es un elemento esencial para la protección de la integridad física del trabajador, así como para la conciliación entre la actividad laboral y la vida personal y familiar”.