Lacalle Pou confronta con sindicatos en anticipo de campaña por la LUC

Está el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado; está el intendente de Salto, Andrés Lima; están figuras del gobierno nacional multicolor y del gobierno frenteamplista del departamento; está también un grupo de locales que se acercaron a la inauguración del Centro Pyme en la calle Artigas 678.

También están las pancartas: “Basta de hambre y desigualdad”, “Estado ausente”, “Salto Solidario”, “No nací mujer para morir por serlo”, “Ollas y merenderos presentes”, “No al cierre de planta Salto”, “No a la LUC”. Están los chiflidos, las cacerolas y los gritos.

“Acá están los que vienen a saludar, los que vienen a pedir y los que se vienen a quejar. Eso es Uruguay”, resume Lacalle ante el micrófono.

La participación del presidente en el acto inaugural de Salto coronó una semana salpicada por la conflictividad en distintos sectores de actividad, desde medidas sindicales como el paro portuario de 72 horas hasta las dos interpelaciones del Frente Amplio y la presentación de una denuncia penal a jerarcas de primera línea del gobierno. Una semana que, a juicio de varios integrantes del oficialismo, es un anticipo de lo que será la campaña por el referéndum contra 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC).

En el gobierno consideran que  la postura más confrontativa de los gremios se debe, entre otras cosas, a la proximidad del referéndum por la ley de urgencia.

El aperitivo de este jueves contó con Lacalle Pou –quien ya ha señalado que defenderá la ley desde las limitaciones que le impone su cargo– como figura protagónica. El presidente había seguido de cerca la evolución del conflicto en el puerto –que tuvo lugar desde el martes hasta el mediodía de este jueves–, y se había pronunciado este miércoles a través de Twitter respecto a la denuncia presentada por el Frente Amplio por la ampliación de Katoen Natie. Su salida a Salto, y en particular el acto que encabezó frente al Centro Pyme, le dio la oportunidad de responder a reclamos sindicales que se hicieron sentir a fuerza de gritos.

"No tendría ni que decirlo: están en todo su derecho de exigirle al gobierno lo que reclaman", dijo el mandatario. Ante los aplausos, pero también algunos gritos que le siguieron –desde "vende patria" a "no mientan más"–, agregó: "Me olvidé de decir que con respeto hay que reclamar, pero lo daba por hecho". 

Luego aludió a que el país está saliendo de la pandemia con "esfuerzo", pero los gritos volvieron a tapar sus palabras.  

–"¡Recortaste todo! ¡están recortando todo!", se escuchó desde la multitud.

"Vamos a hacer una cosa: cuando yo termine los voy a escuchar a todos, como hicimos siempre en todos los lugares. No nos borramos de ningún lado", respondió Lacalle, despertando aplausos y más gritos. "También es importante, para mantener una sociedad cohesionado, no solo lo que se dice sino también cómo se dice. Este gobierno no escucha más a los que gritan, escucha más a los que tienen razón. Y la verdad no tiene volumen", agregó el presidente. 

Luego, más allá del cruce por el tono y la reivindicación de su actitud dialoguista, centró su crítica en las decisiones sindicales de los últimos días. "En esta salida que estamos de la pandemia, mucha gente está haciendo uso del derecho legítimo a la huelga y al paro, pero mucha gente va a ser defendida por el gobierno: la que quiere trabajar, no hacer huelga y no hacer paro”, continuó.

"La sociedad es eso: reclamar y poder gozar de los derechos que la Constitución nos otorga a las dos partes. Y hay tiempo para todo. Pero no podemos contraponer una parte de la sociedad a la otra. Está costando mucho salir", dijo Lacalle. 

A continuación, el mandatario ejemplificó el impacto que tuvo en productores de Salto el paro de 72 horas en el puerto, que “frenó el país”. "Venían recién unos vecinos que están esperando a ver si se reactiva una de las inversiones más importantes en lo que hace a los cítricos. El gobierno está trabajando para que esa empresa pueda volver a producir. Ahora, por más esfuerzo que se haga en Salto, si los barcos no pueden salir con los cítricos, no vale la pena el que está agachando el lomo acá. El país quiere trabajar y nosotros vamos a respaldar al que quiere trabajar legítimamente”, remarcó Lacalle Pou.

“Hay que dialogar, comprender los reclamos, pero no se puede trancar el país”, añadió.

Acto seguido, el mandatario se enfocó en las políticas de gobierno enfocadas en las pequeñas y medianas empresas, y nombró como ejemplo algunas normas contenidas por la LUC. 

–¡Gobiernan para los ricos!–, se oyó desde la acera de en frente. 

–Estoy hablando de un almacén de barrio, no de las grandes superficies–, rebatió el presidente. 

Ya más sobre el final de su discurso, y ya no como reacción a un grito sino como parte de su argumentación, Lacalle volvió a reivindicar la cercanía de su gobierno: "Ustedes vieron que nosotros no ponemos barreras frente a la gente. Nosotros caminamos entre la gente".

Cuando terminó su intervención respondió preguntas a los periodistas. Para ese entonces, buena parte de la movilización ya se había dispersado, y Lacalle no pudo ir a su encuentro.