Lacalle se llama a silencio para cuidar el vínculo con un socio importante de la coalición

Un año y dos días después, Lacalle Pou –ahora como presidente de la República– volvió a esa reflexión, pero esta vez para referirse a los motivos que habían derivado en la salida de canciller de su gabinete, Ernesto Talvi, quien a su vez es el representante de uno de los socios más importante de la coalición. 

“Callo cuando creo que tengo que callar. Ese es el mejor aporte que le puedo hacer hoy al país y al gobierno”, expresó en una conferencia de prensa brindada algunos minutos después de asumir la presidencia pro tempore del Mercosur.

Más allá de que está molesto por cómo se dio el proceso, el presidente eligió llamarse a silencio acerca de los motivos que precipitaron la salida de Talvi del Ministerio de Relaciones Exteriores, porque entiende que debe cuidar al máximo la relación con el líder de Ciudadanos, el sector mayoritario del Partido Colorado, para evitar turbulencias en la coalición.

Lacalle Pou y Talvi acordaron en una reunión mano a mano que el economista dejaría el cargo una vez que terminara la cumbre del Mercosur. El canciller venía trabajando desde hacía varias semanas en la preparación de la reunión, y esperaría a que finalizara el evento y Uruguay estuviera al mando del bloque, para poner fin de una forma prolija y elegante a una gestión que fue tan breve como intensa.

Pero el acuerdo entre ambos se rompió y al mediodía del miércoles, en el medio de reuniones del Mercosur, Talvi renunció y abandonó la Cancillería, lo que hizo subir la temperatura en el piso 11 de la Torre Ejecutiva, donde funcionan los despachos del presidente y secretario de la Presidencia.

El mandatario dijo que tenía “el mejor” concepto acerca del economista, pero que en su salida se habían entremezclado cuestiones “políticas y personales”. “Como quiero a la actividad política y de gobierno, la respeto y la trato de hacer con honor, muchas veces hablo cuando creo que tengo que hablar, y otras tantas, callo cuando creo que tengo que callar”, manifestó. 

Lacalle Pou reconoció que las relaciones políticas no están ajenas a tensiones y consideró clave cómo se resuelven. “No me cabe la menor duda que no va a ser la última tensión –ojalá sean las menos y haya más acuerdos–, pero las hemos resuelto bien”, subrayó respecto a las diferencias registradas en los cuatro primeros meses entre los cinco partidos que son socios de la coalición.

“Por supuesto que no nos gusta atravesar por determinadas tensiones; ahora, una vez que las atravesamos, tenemos que tener el orden de prioridades bien claro: país, partido y dirigentes políticos. Como estoy seguro que ya no solo el Partido Nacional sino el resto de los partidos de la coalición lo entienden así, no tengo ninguna sospecha de debilidad de la coalición”, sentenció.

Talvi también eligió llamarse a silencio y no hacer declaraciones. “Mi contribución al buen funcionamiento de la coalición es guardar silencio”, declaró al semanario Búsqueda.

Las versiones acerca de la responsabilidad en la salida precipitada de Talvi varían entre los implicados. 

En su despedida ante el gabinete de la Cancillería, el economista manifestó que daba el paso al costado porque entendía que el presidente había avalado que se manejara públicamente el nombre de su sucesor y dio a entender que la confirmación de forma extraoficial por la prensa de que Francisco Bustillo llegaba el fin de semana para asumir el mando del Palacio Santos era el golpe de gracia a su gestión. 

Dijo que lo renunciaron desde Presidencia y que se desplegó una “operación enchastre” antes de abandonar el cargo, informó Búsqueda y confirmó El Observador. 

Desde Presidencia señalaron que antes de que eso ocurriera, Talvi se había cortado solo al anunciar una reforma de la diplomacia comercial que ellos desconocían y que ya sabía que no ejecutaría, porque su salida estaba acordada para los próximos días. 

Este incidente fue la última descoordinación entre ambos, aunque hubo varias en las últimas semanas. 

Talvi no estuvo en la reunión que Lacalle Pou mantuvo con los representantes de Naciones Unidas en la Torre Ejecutiva ni participó de la videoconferencia con presidentes iberoamericanos en la que sí estuvo la ministra de Economía, Azucena Arbeleche, y discrepó con el apoyo de Uruguay al candidato de Estados Unidos a la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mauricio Claver-Carone.

Antes, en una entrevista con El Observador había rechazado decir que Venezuela era una dictadura, había chocado con el presidente en los nombramientos en Argentina y Estados Unidos, y resistido a designar a Julio Luis Sanguinetti (hijo de Julio María Sanguinetti) en la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), algo que estaba acordado entre Lacalle Pou y el dos veces presidente.