Leonardo Carreño

Las “complejidades” para completar cargos: cinco socios, equilibrios internos y una elección postergada

Los criterios también incluyen sobre todo ponderaciones de votos y un orden de relevancia por categoría

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24 de abril de 2020 a las 05:03

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Los cruces del gobierno con el Frente Amplio por las renuncias masivas de cargos de confianza en la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) expusieron un tema que hasta ahora el Poder Ejecutivo había podido sobrellevar sin muchos sobresaltos, aunque era materia de conversación constante entre los dirigentes de la coalición que, en medio de la demanda de tiempo excluyente de la emergencia sanitaria, negocian entre ellos para designar a representantes de sus sectores en distintas áreas del Estado.

La postergación de las designaciones jugó en contra al gobierno en el área de la salud, y el presidente Luis Lacalle Pou reconoció este jueves “complejidades” de una alianza entre cinco socios para definir algunos puntos, como las definiciones sobre los cargos.

Al presidente le preguntaron en una conferencia de prensa si el gobierno no había actuado con “omisión” o “demora” al no completar los relevos en esos cargos de confianza política designados en la administración anterior. “Si hubiéramos sabido que el 13 de marzo teníamos esta situación quizás hubiésemos apurado, pero es de Perogrullo que la realidad no se vive dos veces”, respondió Lacalle Pou. 

“Ustedes intuyen que el gobierno trata de cuando hace un nombramiento conocer la persona, sus aptitudes. Obviamente, y también lo saben, este es un gobierno integrado por cinco partidos políticos. Es la primera vez en la historia. Tiene ciertas complejidades; tiene fortalezas pero también complejidades. Entonces en el nombramiento de distintas áreas, en este caso en la salud, obviamente que se cruzan muchos de estos elementos”, agregó.

La negociación por los cargos de confianza política en el gobierno tiene varias aristas que incluyen equilibrios políticos primero entre los socios de la coalición y en segundo orden –aunque no menos escabroso- pujas internas entre los sectores que integran las colectividades.

Además de los equilibrios entre los socios y de los tires y aflojes internos de cada partido, dentro de la división de cargos hay criterios de relevancia, pues algunos se consideran más importantes y otros menores. Eso también es parte de la negociación en las rondas de división de lugares entre los partidos, para lo que el presidente definió un criterio de ponderación de votos por lema en octubre.

En la repartición también entran en cuestión aspiraciones personales y hasta una elección municipal que fue pospuesta y podía dejar a varios con un “premio consuelo” que quizás ahora no tendrán.

Las venias de algunos de los cargos más relevantes comenzaron a votarse en el Senado, aunque todavía quedan otros directorios por integrar, y los casos son todavía más en una tercera línea de autoridades donde permanecen varios cargos políticos designados en gobiernos frenteamplistas.

Más allá de las consideraciones sobre la salud, el presidente puso como ejemplo contrario el de la educación, donde en los desconcentrados permanecen autoridades designadas por la administración del Frente Amplio pero donde remarcó una base de acuerdo para retomar las clases presenciales en escuelas rurales.

En las primeras dos semanas de gobierno, aún sin coronavirus en Uruguay, el gobierno enfrentó una situación con algunos puntos de contacto en los entes, cuando el Frente Amplio le pidió a los presidentes de las empresas públicas designados por el gobierno anterior que no formulen propuestas de aumentos tarifarios. 

Según dijeron a El Observador fuentes del oficialismo, la emergencia sanitaria hizo que pusieran el foco allí y se retrasaran las negociaciones para completar todos los lugares. De todos modos, esperan designar los equipos entre lo que queda de abril y mayo, lo que consideran un tiempo correcto en comparación con administraciones anteriores.

En el gobierno quien encabeza las negociaciones por los cargos es el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, ocupado en ser uno de los principales portavoces del Poder Ejecutivo y negociadores con distintos actores públicos y privados en la atención de la pandemia. Por los socios los nexos son Adrián Peña (Ciudadanos), Tabaré Viera (Batllistas), Rivera Elgue (Cabildo Abierto), Pablo Mieres (Partido Independiente) y Daniel Peña (Partido de la Gente).

El proceso se demora también ante problemas internos de los partidos por sus equilibrios sectoriales.

El mano derecha del presidente es además el hombre de referencia del sector Todos y negocia las aspiraciones dentro de los nacionalistas con Unidos (Herrerismo y el grupo de los intendentes) representados en las conversaciones por el ministro de Transporte, Luis Alberto Heber, y con  Alianza Nacional, del ministro Jorge Larrañaga. Otros dirigentes, como el senador Jorge Gandini de Por la Patria, le mandaron directo una carta a Delgado con las propuestas de su sector.

Entre los blancos Larrañaga pujó por distintos cargos. El ministro del Interior buscó mantener a Gustavo Delgado en Antel, esta vez como vicepresidente, pero ese cargo recaló entre los colorados. Según fuentes nacionalistas, el exconsejero Daniel Corbo fue manejado como opción para un lugar en el Codicen que correspondía al Partido Nacional, pero finalmente el cargo quedó para Juan Gabito del Herrerismo. Alianza Nacional sí estará representado en el Banco Central por el economista Washington Riveiro. La autoridad monetaria será presidida por Diego Labat, hombre de confianza del jefe de Estado.

En el Partido Colorado siguen una definición de categorías de cargos “a”, “b” y “c”, en función de su relevancia. Eso sirve para ordenar la negociación por rondas entre los sectores Ciudadanos, Batllistas y la Tercería Vía. Los colorados también tuvieron tironeos internos, sobre todo por la resistencia del canciller Ernesto Talvi (Ciudadanos) a que Julio Luis Sanguinetti (Batllistas) ocupe algún cargo. Además de Antel, los colorados tendrán la vicepresidencia de UTE, según la negociación entre partidos. En la división interna, esta vez le toca elegir primero a Batllistas.

Además la propagación del coronavirus sumó un nuevo elemento de distorsión. En un principio los socios de la coalición habían considerado reservar algunos cargos hasta mayo para aquellos líderes partidarios que iban a competir en las elecciones municipales pero no fueran electos, sobre todo en el interior. Pero las departamentales se atrasaron hasta fines de setiembre, y ahora  esa opción de algunos cuadros políticos deberá ser reconsiderada.

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