Juan Samuelle

Las lluvias amenazan a la agricultura y afianzan a la ganadería

De cómo resulte el verano depende en parte que la economía uruguaya pueda crecer más que el año pasado

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11 de enero de 2019 a las 06:00

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Por Blasina y Asociados, especial para El Observador

Este enero lluvioso puede hacer la diferencia, para bien o para mal. Como en una lógica pendular, toda el agua que faltó el verano pasado parece venir en este que ya suma un diciembre con más del doble de las lluvias normales y un enero que seguirá por el mismo camino, o más.

Una reivindicación del campo natural, que ofrece en este verano una verde continuación de la primavera. Y la amenaza de un nuevo golpe a una agricultura que salió del CTI a cuidados intermedios con la cosecha de invierno (cebada, trigo y colzas), pero que quedaría en la lona con un fracaso en soja y/o arroz. Los dos cultivos principales de Uruguay por volumen de producción y facturación están en vilo.

De cómo resulte el verano depende en parte que la economía uruguaya pueda tener algo más de crecimiento que el año pasado cuando la sequía se hizo sentir en la faz agrícola. De acuerdo a las lluvias caídas y a las que todavía están por venir, un escenario de excesos es altamente probable en algunas zonas como el norte y el este, por ejemplo en las zonas de Rocha que tienen problemas estructurales de drenaje.

Alfredo Lago

Gana la ganadería

Está en juego la producción de terneros de la próxima primavera y las lluvias permiten abrigar razonables esperanzas de un buen resultado. 

Las vacas en este enero retozarán en las praderas y los campos naturales con un verdor poco habitual para el mes más caluroso del año. Y si hay algo fundamental en este momento de la ganadería es un repunte en la producción de terneros porque la oferta de novillos se ha caído en una magnitud muy importante.  

Uruguay viene con una producción relativamente estable en el eje de 2,8 millones de terneros, que cayó a 2,7 millones en el último año y que no tendrá demasiadas mejoras en el recuento 2019, consecuencia del entore de la sequia del año pasado. 

Este entore puede renovar el desafío de llegar a los tres millones. Para ello habría que lograr 70% de terneros destetados por vaca entorada, difícil pero con un verano lluvioso no imposible. 

Está en juego la producción de terneros de la próxima primavera.

La tasa de eficiencia reproductiva se ha mantenido estable en torno a 64%, la persistencia de lluvias, la buena situación forrajera resultante puede llevar a que esa tasa suba a aproximadamente 68% y la producción de terneros llegue  a 2,9 millones o algo más.

No es una diferencia abismal, pero sería un récord que aliviaría algo el abastecimiento de mediano plazo de los frigoríficos. Con una buena disponibilidad de forraje eventualmente de cara al próximo invierno los precios podrían mantenerse relativamente estables compre o no compre Turquía.

Una buena situación forrajera y una buena disponibilidad de maíz parece casi asegurada lo que debe permitir una mejor ganancia de peso por lo que la caída de la faena previsible puede terminar siendo algo menor. A la vez, en caso de que Turquía demora en volver a comprar permitirá a los criadores vender a invernadores que tendrán forraje en abundancia.

Pasar de un desteste de 64% a 68% supondría sumar 170.000 terneros y terneras respecto a lo que sería un año “normal” lo que puede significar un adicional de US$ 50 millones al sector criador y lograr  empezar la década del 2020 con más de 2,9 millones terneros, algo nunca logrado hasta ahora.

Para los ovinos, las lluvias no son una buena noticia, pero la parición ha sido buena, los precios para las lanas finas se han mantenido. 

Los productores lecheros a la inversa de los ovejeros, vienen produciendo bien pero con precios muy bajos. Las lluvias de verano complican por los ataques de parásitos pero no deberían interrumpir una tímida recuperación de la diezmada majada y deben dar impulso a la producción lechera.

A diferencia de los vacunos de carne, la persistencia de lluvias perjudicará gravemente a la producción ovina y lechera.

Bueno para el maíz y sorgo malo para la soja y arroz

 En la agricultura de maíz y sorgo, al menos para los cultivos de primera, sembrados en setiembre/octubre el partido está casi ganado. 

Los maíces cruzaron la floración con buenas lluvias, generaron como mínimo dos espigas por planta y tienen lluvias para el llenado de grano.

Ya hay algunas operaciones por maíz nuevo y proyecciones de rendimiento interesantes. 

La persistencia de lluvias perjudicará a la producción ovina y lechera.

Por otra parte maíces y sorgos ya tienen asegurado generar material verde en abundancia, lo que retroalimenta potencialmente a la producción lechera de 2019. 

Para los cultivos sembrados tardíamente principalmente de soja, pero también algunos de maíz y sorgo, la persistencia de la lluvia puede ser letales  y la recuperación de la producción sojera, que ocurrirá, puede no ser tan impactante como se esperaba hasta hace dos semanas.

En particular las lluvias que se esperan para el norte del río Negro son peligrosas y pueden tener una significación de mediano plazo. También hay riesgos en la zona este. Para muchos productores un nuevo quiebre de la zafra sojera o arrocera significaría dar un paso al costado de la agricultura y pasar a esquemas más ganaderos y por lo tanto menos riesgosos. 

Ambos cultivos con los precios actuales y los costos de producción de Uruguay son para ganar algo en las muy buenas, empatar en las buenas y perder con frecuencia. Muchos cultivos directamente no pudieron ser sembrados o fueron sembrados pero se pudrió la semilla por el anegamiento. 

Algunos productores pasaron esas chacras a maíz o sorgo de modo que es ya casi un certeza que habrá una reducción en el área de la oleaginosa. 

En cuanto al rendimiento esperado hay dos situaciones muy diferenciadas. 

Hay cultivos sembrados en fechas tempranas que se encuentran en buen estado mientras los que quedaron para ser plantados “de segunda” luego de la cosecha de  trigo o cebada arrancan mal. 

El exceso de lluvias también ha sido  problemático para el sector granjero, frutícola y hortícola, la cosecha de uva de mesa se aproxima y los problemas pueden seguir en particular en la zona norte donde las lluvias se espera sean copiosas. 

Como siempre sucede con la agricultura, la incertidumbre y el riesgo son muy altos. En esta semana parecieron despejarse incertidumbres comerciales en torno a la soja ya que EEUU y China parecen acercarse a un acuerdo comercial que puede consolidar el panorama comercial.

Entre el impulso ganadero y los riesgos de la agricultura este verano puede determinar la recuperación de la agricultura o el regreso a un país ganadero forestal, con algo de agricultura.

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